“Entre dichos términos se destaca (i) la disminución de la tasa de interés del préstamo sindicado (para el período 25/01/2019 hasta el 24/7/2019: tasa LIBOR más 1,50% (con un monto adicional del 1% PIK pagadero durante este período de 6 meses); desde el 25/7/2019 hasta el 24/7/2020, tasa LIBOR más 2,5%; y desde el 25/7/2020 hasta el vencimiento del préstamo: tasa LIBOR más 5%); (ii) la reprogramación de las fechas de pago de capital del préstamo (una cuota de u$s2.000.000 el 25/10/2019; una cuota de u$s6.000.000 el 25/7/2020; y el saldo en cuotas trimestrales de u$s8.000.000 cada una, comenzando el 25/10/2020); (iii) ciertas obligaciones de la Sociedad de vender determinados activos en condiciones razonables de mercado y aplicar el producido de dicha venta al prepago parcial del préstamo sindicado; (iv) la refinanciación de las obligaciones negociables clase 10 de la Sociedad; y (v) ciertas obligaciones de información de la Sociedad para con los acreedores”. Estas condiciones son las mismas que se pactaron en la primera prórroga y no han variado pese a los cambios en las condiciones financieras del país. Medanito recibió los u$s80 millones del préstamo de Credit Suisse en 2017 para financiar sus planes de desarrollo. Pero la crisis económica y la devaluación alteraron sus planes y su rentabilidad se deterioró. Según el último balance que presentó, actualizado al tercer trimestre de 2019, su patrimonio neto es negativo por 3.916 millones de pesos. Frente a su complicada situación financiera y productiva, el 8 de enero pasado la calificadora Fix (afiliada a Fitch Ratings) le bajó la calificación al nivel “D”, el menor rango posible para la emisión de Obligaciones Negociables Clase 10 por u$s20 millones, tanto para el instrumento como para el emisor.
Fix evaluó que Medanito sufre un “debilitamiento operativo y crediticio” y que “necesita realizar inversiones por un piso de u$s25 millones anuales para comenzar a recomponer sus activos”. Este es uno de los puntos clave de la debilidad de la firma, ya que las dificultades financieras le impidieron concretar las inversiones previstas para ampliar su capacidad productiva. Esto a su vez le restó ingresos y empeoró su capacidad de repago.
La calificadora no hizo más que ratificar sus dudas en torno del cumplimiento de las obligaciones financieras de la petrolera. En un informe anterior destacó: “Posee una deuda financiera de u$s117 millones, compuesta principalmente por un préstamo sindicado de u$s80 millones operando con un acuerdo en espera desde enero de 2019 para suspender los efectos del no pago de capital e intereses”, entre otros pasivos. Medanito tampoco pudo cumplir al pié de la letra con la obligación que asumió frente a sus acreedores de concretar ventas de activos que los dejaran satisfechos en función de los pagos pendientes. Se desprendió de una estación de bombeo en Neuquén y otros activos menores, pero los ingresos generados fueron insuficientes para compensar el desequilibrio.