El país se encuentra dentro de las diez naciones más activas para desarrollar proyectos de energías alternativas
Los proyectos de energías alternativas se siguen expandiendo por el país. En la actualidad, Argentina ocupa el puesto número siete en un ránking que evalúa las condiciones de inversión para energía limpia en los mercados emergentes.
Elaborado por BloombergNEF a través del “New Energy Finance Climatescope”, el informa se realiza con la participación de 104 países. India encabeza la lista, y cuatro de los diez primeras naciones son de Latinoamérica: Chile, en el segundo puesto; Brasil (3º); Argentina (7º) y Perú (9º). El ránking valora la capacidad de los países para atraer capital para fuentes de energías renovables, contribuyendo a la transición energética y al desarrollo hacia la economía verde.
Ofreciendo datos desde hace ocho años, la iniciativa es generada desde 2012. En principio, involucró sólo a países de América Latina y el Caribe, y en la actualidad participan 104 incluyendo África y Asia.
“Las naciones del climatescope representan el 82% de la población mundial, el 38% del PIB y dos tercios de las emisiones de CO2. Estos países también representaron el 56% de las entradas globales para proyectos de energía limpia en 2018”, indica el informe.
El índice del Climatescope contempla tres componentes: fundamentos, oportunidades y experiencia, organizando 167 indicadores y sub-indicadores, entre los que se encuentran algunas dimensiones ambientales. Por ejemplo, el índice “premia” a los países en función del número de sectores que están cubiertos por sus objetivos de reducción de emisiones y la existencia de incentivos de mitigación del cambio climático. También premia a los países si cuentan con Ley Nacional de Cambio Climático, política climática nacional, políticas corporativas de reducción de emisiones y de informes voluntarios de GEI por parte de las empresas, entre otros aspectos.
Los avances nacionales
Además de la buena valoración de las condiciones de inversión para energía limpia, Argentina ha avanzado en materia de energías renovables y su vinculación necesaria con el cambio climático. Se puede mencionar así, el Plan Renovar (Programa de abastecimiento de energía eléctrica a partir de fuentes renovables) y PERMER (Proyecto de Energías Renovables en Mercados Rurales). Nuestro país también actualizó la contribución de las Energías renovables con la Ley 27.191, que señala “como objetivo de la segunda etapa del Régimen de Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables de Energía Destinada a la Producción de Energía Eléctrica instituido por la ley 26.190, (à) lograr una contribución de las fuentes renovables de energía hasta alcanzar el veinte por ciento (20%) del consumo de energía eléctrica nacional, al 31 de diciembre de 2025”. Se agrega el trabajo multiactoral que se viene realizando desde la Plataforma de Escenarios Energéticos y que incluye al sector gubernamental y académico.
Se suma la aprobación el pasado 20 de noviembre de la Ley de Presupuestos Mínimos para la Adaptación y la Mitigación del Cambio Climático Global, y lo avanzado por los planes de acción climática sectoriales que se vienen desarrollando y actualizando conforme los compromisos asumidos en el Acuerdo de Paris, como lo fue el “Plan de Acción Nacional de Energía y Cambio Climático”, actualizado al 2019. Y también actividades encaminadas al logro del cumplimiento del ODS 7: “Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos”.
“La combinación de esta serie de componentes asociados a las oportunidades de inversión y al pulso y alcance de las políticas energéticas y ambientales, requieren una mirada integral, que nos permita analizar oportunidades y amenazas para el sector energético y ambiental, en sintonía con los diferentes esquemas de trabajo, para así prever acciones de formación académica que acompañen el proceso en manos de cuadros técnicos especializados en la materia”. indica Lorena Coria, docente de la Licenciatura en Gestión Ambiental de Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
Perspectivas
Algunas tecnologías de energía renovable se preparan para un rápido crecimiento, lo que rompe con el estancamiento de la inversión en toda la industria el año pasado.
El informe de Bloomberg NEF indica que contó US$282.200 millones en fondos para tecnologías de energía limpia en 2019, solo 1% más que el año anterior, sugiere que los autos eléctricos, los parques eólicos marinos y los dispositivos de almacenamiento de energía disfrutarán de las mayores ganancias.
Ese crecimiento probablemente impulsará una mayor inversión en capacidad de energía limpia, a medida que los gobiernos repriman las emisiones de gases de efecto invernadero y los inversores estén atentos a la expansión de oportunidades en las industrias verdes. A continuación se detalla algunas de las predicciones que los analistas de BNEF esperan para 2020 y más allá.
La financiación para la energía eólica en tierra en 2019 impulsó la inversión en capacidad renovable.
Es probable que la energía eólica abra nuevos caminos, reforzada por un aumento de 25% en las instalaciones en tierra a 69 gigavatios el año pasado. Más turbinas en Estados Unidos, China, Suecia, Noruega y España compensarán un ligero descenso en los desarrollos en alta mar. Eso debería impulsar una mayor inversión, asegura Tom Harries, analista de energía eólica de BNEF.
Las instalaciones de turbinas eólicas excederán los 75GW por primera vez en 2020.
La caída de los costos de las energías renovables está aumentando las instalaciones y también impulsará el negocio de almacenamiento de energía este año, según Logan Goldie-Scot de BNEF en San Francisco.
Este año, se anunciará más de US$5.000 millones en ofertas de energía renovable más almacenamiento, según el investigador.
Estados Unidos, en particular, ha estado liderando unidades solares con sistemas de almacenamiento conectados, gracias a políticas gubernamentales favorables. Si bien Europa históricamente se ha quedado atrás en esas combinaciones, BNEF espera que el número y el tamaño de los acuerdos aumenten en los próximos 12 meses.
El exceso de oferta en el mercado mundial de gas natural licuado continuará en 2020, aunque un poco menos agudo que el exceso que se acumuló en 2019.
Las importaciones mundiales aumentaron 13% el año pasado, agregando 40 millones de toneladas métricas adicionales al año a la demanda del combustible fósil más limpio. La gran mayoría de ese suministro terminó en Europa, donde el gas es el combustible elegido para la calefacción en muchos países.
Las importaciones de GNL se expandirán en 20 millones de toneladas métricas en 2020, y Europa y Asia tomarán la mayor parte, asegura Maggie Kuang, analista principal de BNEF sobre el combustible.
Fuente: Bae negocios