El decreto presidencial que estableció un aumento salarial para todos los trabajadores registrados del sector privado se dictó mientras estaban en plena revisión algunas negociaciones paritarias.
Tal es el caso de las estaciones de servicio, donde los dueños de los surtidores pedirán aplazar el pago de la suba acordada en paritarias para que no se junte con el incremento obligatorio de $ 3000 a partir de enero (a cobrar en febrero) y de $ 4000 en adelante.
La Federación de Empresarios de Combustible de la República Argentina (Fecra) le pidió a Miguel Ángel de Virgiliis, jefe de Gabinete del Ministerio de Trabajo y mano derecha de Claudio Moroni, que considere esta opción, ya que habían acordado con el sindicato un alza de 7% en enero y otros 7 puntos porcentuales más en febrero, con lo que la paritaria 2019 iba a cerrar en 55%, en línea con lo que se espera que sea la inflación acumulada entre abril del año pasado y marzo del corriente.
Las conversaciones continuarán en los próximos días con la presencia del Sindicato de Obreros de Estaciones de Servicio, Garages y Playas de Estacionamiento (Soesgype), que conduce Carlos Acuña, ex triunviro de la Confederación General del Trabajo (CGT).
Hernán Landgrebe, secretario general de Fecra, aseguró que un 7% de incremento representa cerca de $ 2700 (sobre un salario básico bruto de $ 38.000), por lo que el decreto presidencial implica una mayor erogación y recomposición del poder adquisitivo para los trabajadores del sector.
Sobre el final de la paritaria, sin embargo, los empleados de las estaciones iban a terminar cobrando un básico de $ 44.000 brutos, que terminará siendo menor si prospera la iniciativa de Fecra. Actualmente, un operario de playa percibe algo más de $ 40.000 netos, sumando presentismo y otros ítems.
Fuente: Cronista