Los usuarios están sorprendidos por los pesos “nuevos y correlativos” que les entrega el cajero; por qué hay impresión en este momento en particular
Bienvenidos a Venezuela, my friends“, escribe un anónimo en Twitter. Acompaña el texto con un video de billetes nuevos, con sus números de serie escalonados, que supuestamente le había dado el cajero automático. El usuario sin identidad anunciada no es el único que publicó videos de billetes “frescos” a modo anecdótico para culpar al Gobierno de una presunta impresión descontrolada de dinero. Pero detrás de esos papeles no hay ninguna conspiración, sino simplemente un accionar habitual de la economía.
Por un lado, la “maquinita” nunca frena, porque con las impresiones se reemplazan billetes viejos. Esos billetes salen en forma correlativa, como una factura de la imprenta, con su número de serie.
Les dejo esto por acá. Vean como el Kirchnerismo está haciendo funcionar la maquina de hacer billetes. Todos nuevos y correlativos. Esta gente va a destruir el país mucho antes de lo que imaginan. Bienvenidos a Venezuela, my friends. Nosotros avisamos. 👇👊 pic.twitter.com/ZNZTLtE5op
— Diego Álzaga Unzué (@atlanticsurff) January 4, 2020
Por otra parte, este es un momento del año en el que la demanda de pesos es alta. En economía esto se denomina “estacionalidad”, y para el dinero, ese pico en la Argentina comienza en octubre y termina a fines de enero. En ese período, las empresas pagan aguinaldos, las personas se van de vacaciones y hay más salidas y compras de regalos.
Desde fines de octubre, explica el economista Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, se están emitiendo muchos pesos. Un 40% de esa emisión fue a compra de dólares por parte del Banco Central, producto de un cepo muy restrictivo y un excedente de moneda estadounidense en el mercado cambiario. El otro 60% se destinó a financiamiento del Tesoro, explica, para pagar el déficit primario e intereses y vencimientos de capital en pesos.
“Eso hizo que la cantidad total de dinero, es decir, la base monetaria, creciera alrededor de $408.000 millones entre fines de octubre y fines de diciembre, en poco más de dos meses”, detalla Caamaño. Esa cifra es aproximadamente un cuarto del total, pero solo la mitad de esa emisión está circulando entre las personas y las empresas. El resto quedó en encajes, señala.
“No es un tema de un gobierno u otro. Si vos armás el cepo, el Banco Central tiene que salir a comprar el superávit de cuenta corriente del sector privado [excedente de oferta de dólares]. Se sabía que iba a haber mucha emisión”, resalta.
¿Qué pasará cuando se termine la estacionalidad?
Esa emisión de pesos, por el momento está convalidada por la demanda estacional. El dilema, adelanta el economista, es qué va a suceder cuando se termine ese pico con todos los pesos que ya están en la calle.
Si hay liquidez excedente, es decir, pesos “de más” que circulan y no encuentran demanda inmediata, entonces lo más probable es que, en un contexto en el que la compra de dólares al tipo de cambio oficial está restringida, más personas recurran al mercado de cambio paralelo.
De ese modo, podría aumentar la brecha entre el dólar oficial y el blue o paralelo, y alimentaría la inflación en los bienes que se importan, proyecta Caamaño. Si eso sucede, además, se empieza a perder el ajuste del tipo de cambio real que habían dejado las sucesivas crisis cambiarias.
“Buena parte de los factores por los que el Banco Central estuvo emitiendo van a seguir en enero y febrero, y mientras tanto ya se ve que el Tesoro está haciendo algunas cosas para requerirle menos pesos a la entidad financiera“, dice. Y cita la licitación de letras para hacer un “rollover” de vencimientos de capital en pesos. “A partir de ahora deberíamos ver un BCRA más prudente con el tema de la liquidez”, cierra Caamaño.