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El ex presidente boliviano se vio obligado a cancelar un contrato con una empresa alemana sobre la extracción del mineral, pero un nuevo gobierno podría liberar las regulaciones para las inversiones extranjeras

La salida de Evo Morales y el posible triunfo de un movimiento de derecha en las próximas elecciones en Bolivia sembró las dudas sobre el futuro de la extracción y producción de litio, un mineral clave para la nueva generación de dispositivos electrónicos y protagonista del proyecto económico para el altiplano.

La ola de nacionalizaciones del líder cocalero, iniciada hace más de una década y enfocada inicialmente en los hidrocarburos, también alcanzó el “oro blanco”, con un plan dividido en tres fases a mediano y largo plazo: la extracción del carbonato de litio, el despliegue de procesos industriales a través de alianzas con firmas internacionales y, finalmente, la producción local de baterías de litio.

Bolivia, que cuenta con las mayores reservas de litio en el mundo junto a Chile y Argentina, se prepara para dar el salto a la producción industrial de este metal clave en la industria electromotriz, liderada por China. Precisamente, en este llamado “triángulo de litio” está cerca del 80% de las reservas mundiales y donde mayor esfuerzo se espera para satisfacer la demanda. En tanto, la producción mundial de este metal no ha parado de crecer en los últimos años. En 2018, aumentó un 23%, a más de 85.000 toneladas de litio (equivalentes a unas 446.000 toneladas de carbonato de litio), según el informe anual “Mineral Commodity Summaries”, del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Y en febrero pasado, Bolivia logró certificar sus reservas de litio de 21 millones de toneladas, principalmente en las regiones potosinas del Salar andino de Uyuni, la mayor pastilla salina del mundo, Coipasa y la laguna de Pastos Grandes.

A partir de 2015, Bolivia entró en la segunda fase, con la construcción de infraestructura industrial en Uyuni, gracias a las millonarias inversiones y préstamos de firmas chinas.

El Salar de Uyuni (Reuters)

El Salar de Uyuni (Reuters)

Sin embargo, el proceso para la tercera fase no ha sido sencillo. La experiencia de la técnica usada en Chile no era aplicable para los desiertos bolivianos, donde hay una alta concentración de magnesio que debe ser separado. Las limitaciones de ACI Systems, una pequeña empresa alemana que ganó la licitación para la industrialización, complicó la tarea. Y este año, se sumó el factor social. En Potosí, el departamento más pobre del país y sede de las reservas, las organizaciones civiles exigían conocer los detalles del acuerdo y lograr una mayor participación en las regalías.

En las protestas se hizo visible la figura de Marco Antonio Pumari, activista que hoy es uno de los precandidatos a la presidencia de Bolivia. Ante el creciente caos social de las últimas semanas, el gobierno de Morales resolvió abolir el contrato con ACI Systems.

La imagen de Pumari se vio afectada en las últimas horas por la difusión de un audio que revela que le pidió USD 250.000 al líder cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, para ser su compañero de fórmula en los comicios, por lo que la incertidumbre es grande en cuanto sus opciones políticas y el armado de las candidaturas para los próximos comicios. ¿Ganará un gobierno que cambie de rumbo con respecto a la política de Morales? ¿O se mantendrá el recelo hacia las firmas extranjeras?

Tras la renuncia de Morales, el ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica llegó a deslizar una comparación entre el litio y el petróleo como supuesto motivo para el movimiento opositor que reclamaba su salida. “¿Cómo el mundo occidental le puede permitir a un indio que maneje el litio?”, ironizó.

Expertos consultados por O Globo de Brasil descartan que los yacimientos de litio hayan sido un tema determinante para la caída de Evo, pero coinciden en señalar que hay un margen para cambiar la doctrina acerca del “oro blanco”.

Javiera Barandián, profesora de política ambiental de la Universidad de California, consideró probable que haya “modificaciones y ajustes” a las regulaciones para la industria, pero aclaró que estos cambios demorarían y ve difícil que sea algo “radical”. Según apuntó, aunque el esquema de Morales haya sido criticado, también fue exitoso.

Por su parte, Thea Riofrancos, una politóloga especializada en litio de la Providence College (Rhode Island), dijo al periódico brasileño que es posible que Morales haya intentado una jugada estratégica al cancelar el contrato con la empresa alemana, buscando mejorar las condiciones del acuerdo. Además, apuntó que el mercado del litio ya no es tan atractivo como hace unos años, y consideró posible que el mercado boliviano se abra a la exploración de otras empresas extranjeras. “Si cualquier partido que no sea el MAS (Movimiento al Socialismo) es elegido, la estructura regulatoria será alterada“, vaticinó.

Utilizado sobre todo en la fabricación de baterías recargables de ion litio para vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos, el carbonato de litio, un polvo blanco fino como harina de repostería, también se usa para fabricar cerámica, vidrio y hasta medicinas. Con el 63% del mercado de baterías, China es el principal consumidor de este metal, frente al 23% de Estados Unidos.

Días atrás, la canciller del gobierno interino de Bolivia, Karen Longaric, dijo que corresponde “fortalecer” las relaciones con China, pero también reconducirlas, redireccionarlas y velar por los intereses del país protegiendo los recursos naturales.

Fuente: Infobae