Aconcagua Energía puso en marcha un plan de inversión enfocado en la cuenca neuquina. Para 2024, la firma espera triplicar su producción, reactivar más de 200 pozos y perforar otros nuevos
Aconcagua Energía es uno de los jugadores recientes en sumarse a la industria local de petróleo y gas. Aunque posee una escala de producción pequeña en relación a los demás players del sector, la petrolera, fundada por dos ex ejecutivos de YPF en 2015, apuesta a crecer en el mercado nacional: acaba de anunciar un plan de inversiones de u$s 48 millones para el quinquenio 2019-2024.
El objetivo es triplicar su nivel de producción (pasar de los 1000 barriles de petróleo actuales a 3000 para el final de ese período) así como también reactivar más de 200 pozos y perforar nuevos. “Este trabajo implica el reacondicionamiento y la revitalización de yacimientos que deben adecuarse para producir nuevamente. Esto incluye, por ejemplo, el mejoramiento del petróleo remanente que hay en la formación”, explica Diego Trabucco, presidente y cofundador de la firma, junto con Javier Basso, ambos con una extensa trayectoria en la industria.
El directivo cuenta que estos pozos ya fueron descubiertos, pero que, por distintos motivos, dejaron de ser atractivos para las grandes empresas: “Ya sea por su estructura, por su resultado marginal o por alguna otra causa, fueron desatendidos y quedaron fuera del radar de los players de mayor talla”, detalla. Estas zonas, llamadas marginales, son el business-core de Aconcagua Energía. Antes de dar origen a la compañía, los socios fundadores ocuparon puestos relevantes en YPF y, en su paso por la empresa, descubrieron el potencial de este nicho.
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La firma lleva perforados más de 300 pozos y se concentra en la extracción de crudo en seis áreas maduras: dos en Mendoza (Puesto Pozo Cercado Oriental y Atuel Norte) y cuatro en Río Negro (Catriel Oeste, Catriel Viejo, Loma Guadalosa y Tres Nidos). “En esta provincia, tres de los bloques están posicionados sobre el borde de la cuenca, abocados a hidrocarburos convencionales. El otro bloque se halla en el centro de la cuenca y se enfoca tanto en hidrocarburos convencionales como no convencionales”, explica Trabucco.
Aunque la coyuntura afectó al negocio, el empresario califica al año como positivo. “Experimentamos un crecimiento sostenido desde nuestro nacimiento. En estos años, aumentamos el número de colaboradores de cuatro a 84 y nuestra facturación se incrementó alrededor de un 500%”, señala, aunque subraya que el 2019 los forzó a reinventarse y repensar procesos.
“En la categoría upstream, pasamos de comercializar el barril a u$s 74 a hacerlo a u$s 46 e incluso a u$s 38. A compañías independientes como las nuestras, esta oscilación de los precios nos genera un estrés adicional. Lo destacable es que, al ser una empresa chica, tuvimos la flexibilidad para adaptarnos rápidamente”, aclara, y remarca la dificultad, para una firma de su magnitud, para acordar precios: “El mercado es oligopólico y tenemos poco margen de negociación”.
De hecho, la petrolera tenía la intención de emitir una Obligación Negociable (ON) este año, pero retrasó la decisión frente al complejo contexto macroeconómico y las elecciones. “Estamos esperando la oportunidad. Creemos que, en el primer trimestre del año que viene, el mercado debería dar una señal para avanzar”, asegura Trabucco, mientras revela que algunos proyectos de la empresa se encuentran en stand-by: “No estamos yendo con la velocidad que nos gustaría ir, ojalá podamos acelerarlos en el corto plazo”.
En este sentido, el empresario considera que la falta de financiamiento es el primer obstáculo para el crecimiento de la compañía y el sector. “Esperamos que la nueva gestión facilite la inyección productiva. Somos una petrolera pequeña, pero tenemos la intención de poner en marcha varios planes. En la medida en que consigamos financiamiento, iremos concretándolos”, adelanta, y menciona que la empresa podría ingresar al mercado de capitales en 2020.
“El objetivo es realizar una ronda en los próximos meses. Por el momento, recurrimos a préstamos con bancos locales”, afirma Trabucco, y asegura que Aconcagua Energía se encuentra en la búsqueda de un socio estratégico, nacional o internacional, para “avanzar con más activos no convencionales, que requieren grandes inversiones”.
En cuanto al rumbo que pueda tomar el gobierno de Alberto Fernández, Trabucco opina que, de aplicarse medidas proteccionistas, la clave será centrarse en la eficiencia para optimizar costos: “En un escenario restrictivo, nos concentraremos en esta variable, que sí podemos controlar”. “De todos modos, esperamos que el Gobierno adopte una postura liberal para que el mercado se abra rápidamente y así poder acceder a fuentes de financiamiento adicionales a los flujos propios de la operación”, concluye el presidente de Aconcagua Energía.
Fuente: Cronista