Con una producción en torno de los 700.000 barriles de petróleo diarios, la industria anticipa el salto exportador de los próximos años con su fuerte impacto en divisas y empleo. El nuevo rol en el mercado global de hidrocarburos.
Si hay una certeza respecto de Vaca Muerta es que ha demostrado su capacidad geológica de producción y que está en condiciones de llevar al país a niveles nunca vistos. El freno que se observa para que ello suceda es el volumen de evacuación, que hoy le pone un techo temporal a su desarrollo productivo, por lo que será clave concretar obras de infraestructura masivas proyectadas y en distintas etapas de desarrollo.
La primera gran meta que se autoimpone la industria en general es alcanzar la producción de un millón de barriles diarios, algo que al ritmo de crecimiento actual de la formación no convencional se podría lograr en la Argentina hacia fines de 2027 o en 2028, de acuerdo a varias estimaciones.
Esto es muy positivo para el país, si se tiene en cuenta que el pico de producción se alcanzó en 1998, cuando se produjeron 846.929 barriles diarios.
En medio de los debates sobre el cambio climático y el futuro de la industria petrolera, ese próximo momento histórico consolidará a la Argentina en un rol exportador importante, que podría llevar hacia fines de la década a contar con un saldo comercial energético favorable de unos US$ 30.000 millones, también de acuerdo a distintas estimaciones coincidentes.
Exportar posiciona al país en un mercado global de hidrocarburos y permite analizar el peso que tendrá en ese movimiento diario de energéticos que recorre el mundo, que se encuentran aún a varios años de su peak oil, es decir del punto máximo de producción.
Es decir, multiplicará por cinco el superávit de casi US$ 6.000 millones del 2024, de acuerdo a recientes revisiones.
Estas cifras marcan la incidencia que esta industria tiene en la economía doméstica, pero a la vez posiciona al país en un mercado global de hidrocarburos y permite analizar el peso que tendrá en ese movimiento diario de energéticos que recorre el mundo, que se encuentran aún a varios años de su peak oil, es decir del punto máximo de producción a partir del cual comenzará a decrecer definitivamente para dar lugar a una nueva era.
Las proyecciones también permiten analizar el peso de ese primer millón de barriles de petróleo en el mercado internacional, algo casi marginal si se considera que la producción global a mediados de este año superó por primera vez los 100 millones de barriles diarios.
A valores de hoy esto significaría apenas el 1% de la oferta total de la cual sólo una parte se orientará a exportación.
Un club con pocos jugadores de nivel
Lejos de desanimar los esfuerzos de la industria, el impulso de Vaca Muerta meterá de lleno a la Argentina en el más selecto mercado de países exportadores que hoy largamente encabezan los yacimientos de los Estados Unidos, con más de 19 MMm3/d, seguido en la región por Canadá que este año superó los 5 MMm3/d y Brasil.
El gigante sudamericano se convirtió en pocos años en una auténtica potencia petrolera con el crudo hallado y explotado en las aguas ultra-profundas del Presal y que permitió al país una producción de más de 3 MMm3/d y en curva ascendente, superando a históricos como Venezuela y México.
El mapa global al que está arribando la Argentina también tuvo reacomodamientos con la creciente participación de Estados Unidos y Canadá en el comercio internacional, en principio en detrimento de la producción de Europa, que se redujo del 10% de la oferta global en 2000 a sólo el 3% en el último año. También se observa una disminución de la incidencia de África y Asia delPacífico.
A la vez, la producción de los países miembros de la OPEP+ se ubicó en 2024 en los 50 MMm3/d, valor levemente por debajo de los últimos años ya que ese conjunto de países encabezados por Arabia Saudita, Irán, Irak, Emiratos Árabes, Kuwait, Nigeria, Argelia, Libia y Angola pasaron de representar a inicios de siglo el 40% de la producción a poco más del 35% actual.
La balanza comercial, de fiesta
La Argentina hoy consume diariamente 500.000 barriles de petróleo y de 130 millones a 150 millones de m3 de gas dependiendo de factores estacionales.
Lograr una producción diaria de 1 millón de barriles de petróleo y más de 250 millones de m3 de gas, tendrán un impacto directo en la generación de divisas para el país por la exportación de excedentes, de acuerdo a un reciente informe para inversores realizado por la consultora PWC, una de las cuatro más grandes del mundo.
Hace justamente diez años, la balanza comercial del sector fue deficitaria en más de US$6.500 millones mientras que al 31 de octubre de este año se acumulaba un superávit superior a los US$5.000, en una escalada que superó las previsiones de meses atrás gracias a la dinámica de la producción y posibilidad de exportación de Vaca Muerta.
Es que en octubre, Neuquén registró un récord en la producción de petróleo al alcanzar los 447.460 barriles por día, 26,35 % que el mismo mes de 2023, y la variación acumulada en los diez primeros meses del año fue de un 24,15 %.
Así, el desarrollo masivo de Vaca Muerta y la puesta en marcha de las obras de infraestructura de transporte y los proyectos de producción de las operadoras, podría elevar el superávit a más de S$30.000 millones para 2030, desplazando al sector agrícola como principal sector generador de divisas.
La diferencia cualitativa es que, a diferencia del campo, la actividad hidrocarburífera, es de producción y venta continua, lo que le asegura al Banco Central, un flujo diario constante y razonablemente proyectable de divisas.
En este contexto de crecimiento, se estima que hacia 2030 se podrán estar desembolsando inversiones por unos US$ 120.000 millones y se destaca la capacidad generadora de empleo de la industria del gas y el petróleo, para lo cual se estima que el desarrollo masivo de Vaca Muerta podría agregar más de 500.000 empleos en forma directa e indirecta en lo que resta de la década.
Si bien la superficie concesionada alcanza menos de la mitad de la superficie de Vaca Muerta, aún son muy pocos los proyectos que se encuentran en desarrollo masivo y que han alcanzado su pico de producción. Para ese nuevo escenario será un pilar fundamental la expansión de obras de infraestructura muy necesarias como oleoductos, gasoductos y plantas de LNG.
El espejo del Permiam
La producción de petróleo de Estados Unidos mostraba una tendencia declinante hasta el año 2008, sin embargo, en el marco del desarrollo del shale, el país del norte incrementó significativamente su incidencia en el mercado mundial de crudo, lo que le permitió ser el principal país productor a nivel global desde 2014.
La Argentina hoy consume diariamente 500.000 barriles de petróleo y de 130 millones a 150 millones de m3 de gas dependiendo de factores estacionales.
Así, pasó de representar el 10% de la producción mundial de crudo en el 2000 al 20% en 2023, y actualmente mantiene también un significativo aumento de la producción.
A lo largo de la última década, la gran mayoría del shale oil producido en Estados Unidos provino de la región Permian, pero a la vez el incremento de la producción de crudo determinó también un significativo crecimiento de la obtención de gas asociado.
En otras regiones petroleras como Anadarko, Niobrara, Eagle Ford y Bakken, también se dispararon los niveles de producción de crudo y gas asociado, lo que permitió sumar notables excedentes exportables que hoy convirtieron a Estados Unidos en el mayor comercializador de hidrocarburos tras un pasado no muy lejano de importador neto.
Si bien no es posible hacer un paralelismo entre el caso de Estados Unidos y el de Argentina, dadas las fuertes diferencias en la producción de hidrocarburos, así como por las persistentes restricciones macroeconómicas que inciden en el desarrollo de la industria local, la explotación de Vaca Muerta tiene la posibilidad de seguir un camino similar de inversiones, producción y exportaciones.
El ranking de exportadores globales
En consonancia con la producción mundial, las exportaciones de crudo muestran una tendencia creciente durante los últimos 20 años, exhibiendo una tasa anual acumulativa de crecimiento del 0,9% entre 2003 y 2023.
En 2023 las exportaciones alcanzaron los 43 millones de barriles diarios, es decir, un 5% por debajo de los 45 millones de barriles diarios que se habían registrado antes de la pandemia, de acuerdo con la consultora Economía & Energía.
Las exportaciones de Medio Oriente consolidada como la principal región exportadora se han mantenido prácticamente estables a lo largo de las últimas dos décadas y significaron en 2023 el 41% de las exportaciones globales, mientras que en 2003 habían tenido una incidencia del 50%.
Dicho lugar fue ocupado, centralmente, por América del Norte, de la mano de la expansión de la producción no convencional y, en menor medida, por el crecimiento de las exportaciones de Rusia y el resto de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
En 2023 América del Norte explicó el 21% de las exportaciones globales, mientras que la incidencia de Rusia + Resto CEI fue del 16%.
Fuente: Dinamicarg