Es ante la crisis que atraviesa el sector, erosionado por la falta de políticas energéticas.
En un país dotado de vastos recursos gasíferos, resulta paradójico que estaciones de servicio de Gas Natural Comprimido (GNC) estén cerrando sus puertas.
Esta situación ha sido denunciada por diversos estacioneros que advierten sobre la crisis que atraviesa el sector, erosionado por la falta de políticas energéticas.
“El negocio del GNC en Argentina creció notablemente en sus inicios, pero ha ido perdiendo rentabilidad con el tiempo. La vinculación del precio del gas con el de la nafta súper fue el golpe final”, explican los empresarios del sector. La falta de apoyo político y una visión estratégica a largo plazo han dejado al GNC como una opción olvidada, a pesar de que podría haber desempeñado un papel crucial en resolver la demanda de combustibles para poner el marcha los vehículos para el trabajo y desarrollo.
Los estacioneros apuntan a la falta de líderes energéticos con una visión de estadistas desde la época del desarrollismo, señalando que Argentina ha estado atrapada en una espiral de crisis energéticas recurrentes. “Nunca hubo un plan coherente para el desarrollo energético”, afirman, refiriéndose a la incapacidad del país de aprovechar efectivamente que se tomen medidas que fomenten la utilización del GNC y se implementen políticas de desarrollo energético, el país continuará desaprovechando sus recursos naturales y perdiendo la oportunidad de resolver sus crisis energéticas recurrentes.
Un ejemplo emblemático que ilustra este problema es cómo las obras de grandes pioneros energéticos, como Enrique Mosconi o Manuel Savio, fueron valoradas, pero sus ideas estratégicas quedaron en el olvido. “Nos quedamos con las obras, pero no con las ideas que las hicieron posibles. Mientras celebramos fábricas militares obsoletas o destilerías de YPF como símbolos de soberanía nacional, permitimos que los gobiernos tracen direcciones opuestas a las estrategias originales”, lamentan los estacioneros.
Fuente: Cadena nueve