Ya no se pueden comprar coches nuevos alimentados por GNC en nuestro país. De hecho, ningún fabricante tiene ahora ningún modelo con este combustible en su lista, tras el abandono del Grupo Volkswagen y Fiat, las dos principales empresas que habían seguido dedicándose al desarrollo en los últimos años.
Pero, ¿ha llegado realmente la historia del gas natural comprimido (GNC) a los créditos finales (al menos en los coches)? Hay quien cree que no. Ecomotive Solutions, una empresa italiana, con sede en Serralunga di Crea, ha desarrollado y producido una flota de Panda Hybrid reconvertidos para funcionar con GNC con el fin de alcanzar la máxima eficiencia posible.
Descubrimos cómo es el proyecto, presentado en Roma en la conferencia ‘Biometano para una movilidad sostenible: la evolución verde del motor de combustión interna’, que explica las aplicaciones futuras que esta tecnología (ya conocida) podría tener.
Mecánica probada
Para entrar en detalles más ‘técnicos’ sobre estos coches, empecemos por las características más interesantes. El punto de partida utilizado por la empresa piamontesa fue el Fiat Panda Hybrid de serie, equipado con el motor atmosférico de gasolina 1.0 mild hybrid de 70 CV.
El motor, para funcionar con combustible gaseoso, se ha modificado con la adición de inyectores específicos, gestionados mediante una unidad de control adicional que puede accionarse desde el interior del habitáculo a través de un interruptor digital ‘clásico’, que permite (como ocurre desde hace años en los coches bifuel) pasar de un combustible a otro.
Las bombonas de metano con una capacidad total de 28 kilos (que pueden llenarse a través de una boca de llenado específica situada junto a la de gasolina) se han alojado finalmente en el maletero, que, viendo el coche en directo, ha perdido muy pocos litros de su capacidad.
Según las primeras cifras publicadas por la empresa, con un depósito lleno de GNC cada Panda Hybrid es capaz de recorrer al menos 300 km, con intervalos de mantenimiento programados cada 30.000 km.
Un combustible interesante
El gas metano (GNC) es un combustible que en los últimos 20 años ha sido apreciado por muchos automovilistas europeos, gracias al bajo coste en el surtidor que les permitía (y en cierta medida aún les permite) viajar con mucho menos gasto que la gasolina y el gasóleo. Si bien, es verdad que hubo un periodo en el que el coste de este carburante estuvo disparado.
Para entender en concreto las ventajas reales de esta tecnología, basta pensar que hasta 2020 el coste medio del combustible gaseoso, estable desde hace 10 años, se situaba en algo menos de 1 euro/kg, un valor gracias al cual era posible reducir a la mitad o a un tercio los gastos de viaje.
A partir de septiembre de 2021, sin embargo, el precio medio en el surtidor subió gradualmente hasta superar los 3 euros/kg en septiembre de 2022, causado por el encarecimiento de la materia prima provocado también por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Esto provocó un escepticismo generalizado por parte de los automovilistas europeos hacia esta tecnología, que en 2023 y 2024 dejaron gradualmente de ‘confiar'” en un combustible muy propenso a subidas de precio impredecibles. Un hecho que, en consecuencia, provocó una rápida reventa de los coches en su poder e impulsó a los fabricantes de automóviles a interrumpir su desarrollo y producción.
Dos años después de la crisis, sin embargo, la situación ha cambiado y se ha calmado, con el precio del metano estabilizado en poco más de 1,30 euros/kg, representando una alternativa real al gasóleo, frente al que permite reducir ligeramente los costes en determinadas circunstancias.
Y precisamente aprovechando la experiencia adquirida en el sector de los vehículos pPesados, Ecomotive Solutions ha desarrollado toda la flota de 11 Panda Hybrid transformados a GNC que, para ser probados sobre el terreno, serán suministrados próximamente a varias empresas asociadas. Durante los próximos meses, esas compañías recorrerán las carreteras italianas para realizar pruebas reales de eficiencia y consumo.
Una conversión que aún puede hacerse
Entrando en materia, sin embargo, y respondiendo a la pregunta inicial de si todavía tiene sentido o no convertir un coche a GNC, la respuesta es sí, si se tiene en cuenta que, con un precio medio de 1,30 euros/kg, el ahorro para el automovilista aún puede ser importante y que todavía es posible aprovechar los incentivos fiscales vigentes en algunos países europeos al instalar este sistema en un motor de gasolina.
Fuente: Es Motor 1