Volvo lanzó oficialmente en Latinoamérica su primer modelo compacto pensado para conquistar un nuevo público y hacer que más usuarios puedan tener un auto de alta gama gracias a un precio muy competitivo. Se fabrica en China pero tiene todo el ADN sueco que hizo famosa a la marca.
Tijuana de un lado, San Diego del otro. México al sur, Estados Unidos al norte. Entre ambos países, una enorme pared metálica de varios metros de altura, como si fuera una división de dos mundos. Es el muro, el impactante límite físico que los Norteamericanos levantaron a lo largo de toda la frontera para evitar la emigración ilegal a su país. El avión que trasladó a más de 40 periodistas que representaban a buena parte de los países latinoamericanos, llegó a las 2 de la mañana. El traslado hasta el Valle de Guadalupe, unas dos horas al sur, obligó a recorrer varios kilómetros paralelos a esa muralla.
Más allá del drama social que generó la construcción de semejante barrera entre dos pueblos hermanos, y que hace ínfimo cualquier tema relacionado con automóviles y tecnología, bien podría representar la división que el mundo está viviendo entre los autos convencionales y los eléctricos.
El organizador del viaje hasta el límite norte de Latinoamérica fue Volvo Latam. El motivo fue presentar formalmente para todos los mercados de la región, desde Centro América hasta los lejanos Argentina y Chile, el auto que llega para cambiar la historia de la marca: Volvo EX30.
El EX30 no necesita insignias en la parte delantera para ser reconocido como un Volvo. Es fabricado en China pero con ADN de Suecia.
Se trata del primer modelo de una nueva época para Volvo, y que va mucho más allá de ser un vehículo 100% eléctrico. El EX30 es diferente a todos los modelos que lo precedieron por varias razones. Una es el segmento que ocupa, SUV-B, una novedad para su portafolio de productos. Otra razón está en su apuesta a la sustentabilidad, utilizando como ningún otro Volvo antes, materiales reciclados y reciclables para partes tan disímiles como los paragolpes o los tapizados interiores. Pero finalmente, el auto especial porque representa un cambio conceptual que ataca el gran problema de los autos eléctricos a nivel global: su precio.
“El auto es el modelo de entrada a la marca y llega con un precio distinto. Eso nos permite acercarnos a más gente. Es un auto con muchísimo diseño, y hemos visto que ya hay un efecto en el rango de edades”, dijo Andrea Burgos, Manager de importadores de Volvo para Latinoamérica a Infobae. “Lo que hemos comprobado es que el auto llega a un público promedio que tiene diez años menos que el cliente habitual de Volvo. Este pretende ser el primer auto eléctrico para muchas personas”, completó.
Andrea Burgos, Manager de importadores de Volvo para Latinoamérica.
“Creemos que el EX30 será relevante en el mercado Latinoamericano. Tenemos la expectativa de conseguir mejorar aún más lo que logramos con el XC40, porque Volvo no tenía un SUV-C hasta ese momento y con su aparición prácticamente duplicó los volúmenes de la marca”, amplió la ejecutiva mexicana, que apenas en enero pasado comenzó a liderar la relación con todos los importadores regionales.
“El impacto que ha tenido el EX30 en la industria automotriz ha sido de gran magnitud. Hizo que muchas marcas se den vuelta para mirarnos como un competidor fuerte. Hablamos de marcas de lujo o Premium que siempre se han rankeado en los primeros lugares en volumen. Hubo tres aciertos con el EX30. El primero es el diseño, que es versátil y sofisticado; el segundo es la tecnología del vehículo, tanto en conectividad como en seguridad; y el tercero, que ha cerrado la fórmula perfecta, es su posicionamiento en precio. Estas tres condiciones han hecho que tenga una aceptación increíble en los mercados en los que ya se ha empezado a comercializar”, dijo Jennifer Montejo, Product Manager de Volvo Latam.
Desde el momento que el conductor de acerca al auto, empieza una experiencia con características propias del EX30. No son mejores o peores que otras. Algunas gustarán más y otras menos de acuerdo a cada consumidor, pero no se puede negar le dan personalidad al modelo.
No hay llave ni llavero. Lo que hay es una tarjeta del mismo tamaño de una tarjeta de crédito, que permite ser guardada en una billetera o cartera de mano. Así como hay otros autos que tienen una botonera, en el pilar B hay un sensor sobre el que hay que apoyar la tarjeta para que al reconocerla, el auto abra sus puertas.
Ya sentados en el interior, la segunda sorpresa es que no hay botón de Start/Stop por ningún lado. La tarjeta debe apoyarse en la parte delantera de la consola central donde está también el cargador inalámbrico para los teléfonos celulares, y al detectarla, el auto se pondrá en contacto automáticamente. Una vez reconocida la tarjeta, esta se puede guardar y el auto seguirá encendido. En cambio, cuando se llega a destino, sólo hay que poner el selector de marcha en P (Parking), y al bajar, nuevamente colocar la tarjeta en el Pilar B. Eso hará que el motor se apague y se cierren las puertas.
Pero volviendo a la butaca del conductor, la tercera cosa que llama la atención es la ausencia de un cuadro de instrumentos detrás del volante, es decir, delante de los ojos de quién conduce. No es la primera ni será la última vez que un modelo tenga todo junto en el centro del tablero, aunque quizás en este auto es por otra razón, y esa es precisamente el concepto del vehículo.
Volvo ha pensado el EX30 como un auto eléctrico que tiene que tener un precio competitivo con el de otros EV de segmento B. Entonces, como el costo de las baterías seguirá siendo una variable que por el momento no se puede bajar, lo que se ha hecho en este auto es bajar costos de fabricación en otros elementos que no afecten la calidad y la seguridad.
Unificar todo en la pantalla central y el volante ha permitido que no existan conexiones hacia las puertas. Por esa razón, los espejos exteriores se ajustan desde la pantalla, la apertura y cierre de las ventanillas se hace desde la consola central, y el equipo de audio no tiene parlantes en las puertas sino en una especie de tubo de muy cuidado diseño que baja por los dos pilares A y se extiende por toda la base del parabrisas.
La reducción de costos se debe a la utilización de menos cables y conexiones, pero también hay una reducción de peso, y eso es algo que en los autos eléctricos resulta vital, ya que el peso de la batería es inevitable, pero a la vez, cuánto más liviano sea el vehículo, más autonomía tendrá. El EX30, al tener dos opciones de batería de buena capacidad, es un auto con un peso alto, 1.840 kg.
La versión de acceso se llama CORE y tiene una batería LFP de 51 kWh que alcanza una autonomía de 344km, mientras que las dos restantes versiones, PLUS y ULTRA, vienen equipadas con una batería NCM de 69 kWh, con un rendimiento de 476 km. Ambas están asociadas a un único motor sobre el eje trasero, que transmite sus 272 CV únicamente a las ruedas posteriores.
Una vez ajustados todos los controles y posición de conducción, el auto preguntará si esos ajustes son definitivos y se quieren guardar en el perfil de un usuario. Y cada vez que se corrija algún parámetro, la pregunta regresará. Así, el vehículo va aprendiendo todos los gustos de cada uno de los conductores que vayan pasando por el asiento delantero izquierdo.
Al ponernos en marcha, la dinámica no sorprende. Es un Volvo con comportamiento de tal. Si bien el auto se fabrica únicamente en China para todo el mundo, los ejecutivos de la marca aseguran que es un auto concebido en Suecia, producido en China, y puesto a punto en Gotemburgo nuevamente.
“No es un auto chino ni europeo, es un Volvo. Tiene el alma de la marca en diseño, tecnología, seguridad y electromovilidad. Tiene el alma de la marca no sólo en la bandera sueca que está en los asientos, sino en todo lo que hicimos dentro del auto en cuanto a sustentabilidad, reciclaje de materiales, y fundamentalmente en cómo posicionar de manera Premium, un vehículo pequeño del segmento de entrada”, concluyó Burgos.
Más allá de los 7 airbag de serie para todas las versiones, el auto tiene una calidad de asistencias a la conducción (ADAS), que superan a todos sus competidores de segmento e incluso a muchos de las siguientes categorías. El Control de Crucero Adaptativo, el asistente de estacionamiento, o el corrector de carril, tienen dos versiones más sofisticadas que conforman lo que la marca denomina Safe Space Tecnology.
Una es el sensor que está colocado justo por detrás del volante, que tiene la función de controlar el estado de fatiga o distracción del conductor, generando una alerta sonora y sensitiva. La otra es el Alerta de Apertura de puertas, que está pensado para detectar con sus cámaras externas que rodean completamente el perímetro, si se aproxima una bicicleta o una moto, de modo de impedir que el conductor o sus acompañantes abran la puerta repentinamente.
El EX30 tiene 4,23 metros de largo con 2,65 metros de distancia entre ejes con llantas que van desde 18 pulgadas para la versión Core hasta 20 pulgadas para la Ultra. La estabilidad que se genera con esas dimensiones, es uno de los detalles más llamativos. Pero además tiene una notoria distribución de los espacios interiores, con una muy buena habitabilidad para las plazas traseras y un baúl con doble fondo para disponer de más espacio si es necesario y lograr que se pase de los 318 litros hasta los 390 litros o incluso 904 litros si se rebaten los asientos traseros.
En general, hay un excelente aprovechamiento de los espacios como sólo puede hacerlo un auto 100% eléctrico, lo que demuestra que no es una plataforma multipropulsión, sino una que fue concebida únicamente para funcionar con uno o dos motores eléctricos y una batería en el piso del habitáculo.
El auto llegará a Argentina importado por Eximar en el último trimestre de 2024. Y aunque hay que definir las versiones con las que entrará a nuestro mercado, hubo una curiosa gráfica en la presentación realizada en México, en la que se publicaba el precio de arranque de EX30 en cada país. Los mercados en los que tiene menor precio son Paraguay y Guatemala, donde costará 36.900 dólares. Luego viene Chile, donde arrancará desde los USD 37.500.
En el otro extremo está Argentina, donde al día de hoy, debido a los impuestos que paga por ser importado de extrazona, eléctrico y con un precio superior a los 25.000 dólares, su precio sería 65.000 dólares. Casi el doble que del otro lado de la cordillera de los Andes
Fuente: Infobae