Con un predio de 8 hectáreas, NAO mueve en la actualidad 9.000 camiones por año, que equivalen a 300.000 metros cúbicos de combustible, entre los que entran y salen de su refinería, en el Parque Industrial Plaza Huincul.
«Revamp». Palabra inglesa que, según el Diccionario de Cambridge, significa: «cambiar o arreglar algo de nuevo, con el objetivo de mejorarlo». El término se oye mucho en Rodrigo Arias, gerente general de New American Oil. Con su versión argentina, si es que acaso existe: «revampear». Todo el tiempo, en cada línea, con cada concepto. Como si fuera la clave del ADN de New American Oil, empresa que cumplirá 20 años en 2020 y que llegará a ese aniversario siendo algo muy distinto de lo que fue cuando comenzó.
«A principios de 2017, decidimos revampear nuestra refinería para los crudos no convencionales. Para las producciones primarias de los proyectos no convencionales en fase de ensayo, éramos una muy buena opción de evacuación de petróleo.
Lo mismo que se da con el gasoil», señalan en la empresa.
«Por nuestra ubicación estratégica, desde Plaza Huincul teníamos la capacidad logística de darles a los productores
ese servicio. Las petroleras que estaban arrancando en Vaca Muerta no tenían sus facilities en tierra para tratarlo, para inyectarlo. Entonces, nosotros íbamos y se lo retirábamos», describen.
El formato, agregan, se replicó con el gasoil. Así, indican, NAO
se convirtió en un proveedor que, a su vez, se transforma en cliente. «Estamos de ambos lados del mostrador: compramos petróleo y vendemos combustible. Y, por eso, podemos canjear petróleo por combustible», definen.
Con un predio de 8 hectáreas, NAO mueve en la actualidad 9.000 camiones por año, que equivalen a 300.000 metros cúbicos de combustible, entre los que entran y salen de su refinería, en el Parque Industrial Plaza Huincul.
Tiempo de mejora
«Estamos en un estadio en el que nuestras obras son para eficientizar procesos, como el recupero de las corrientes calóricas o del gas de refinería», indica Arias, acerca del actual foco de inversión de NAO. «Fuimos creciendo con una lógica: primero, el músculo. Ahora vamos con cuestiones más finas». En ese sentido, menciona su cargadero de camiones como un hito importante en cuanto a servicio: ocho dársenas en Plaza Huincul, con capacidad para operar en simultáneo. «Lo mismo nuestro parque de tanques, que creció mucho», subraya.
«Vaca Muerta nos puso más oferta y más demanda en la puerta de nuestra refinería», aseguran en NAO. «Siempre, tuvimos la vocación de conocer todo el espectro de crudos de la cuenca
de testearlo en nuestra refinería, conocer sus rendimientos, entender la geología. Cuando fue lo de Vaca Muerta, la curiosidad se acrecentó. Las señales eran esas», narran.
Con clientes como XTO, ExxonMobil, Chevron, Baker Hugues GE, Pluspetrol y Halliburton, NAO también logró posicionarse en Vaca Muerta como proveedor back up; en los casos en los
que no son la primera opción del productor, dada su cercanía
a los rigs y stocks permanentes de combustibles aseguran siempre una rápida respuesta ante imprevistos.
Punto de partida
Hoy, New American Oil tiene 50 empleados, más otros tantos si se considera su operación logística. Dos décadas atrás, arrancó con dos: sus fundadores. Jorge Arias, un ex Pérez Companc, y Eduardo Mónaco, quien provenía de EMU SAIC, una empresa de fabricación de equipamientos pesados de gas y petróleo,
que tenía larga trayectoria en la industria. El proyecto arrancó operando con combustibles para el agro. Luego, llegó a estaciones de servicio. El gran salto se dio en 2002: alquiló una planta
de asfalto modificado y la reconvirtió («revampeó», como les gusta decir en la firma) para petróleo. Cinco años después, la adquirió. Así, 2007 se convirtió en el punto de partida de un ciclo de inversión para ampliar capacidad y procesos. Por ejemplo, adaptándola para procesar shale.
Otro hito tuvo lugar en marzo de este año. NAO adquirió Medanito Challaco, planta de inyección y bombeo que pertenecía a la atribulada Medanito y que a la compradora le dio acceso directo al oleoducto Oldelval, caño de 1.700 kilómetros que une Rincón de los Sauces (Neuquén) con Puerto Rosales (Bahía Blanca).
«Es la parte de servicio y evacuación de petróleo. Lo retiramos con camiones cisternas, lo inyectamos a través de nuestra planta y el crudo que el productor tenía en una locación no conectada ahora está en Bahía Blanca. Sería nuestro pasito en midstream», define Arias.
Lo ve como un proyecto escalable. «Desde que la compramos, empezamos a ponerla en valor. Funciona a un tercio de su capacidad. Comenzamos a habilitar los otros tanques que tenía. Cambiamos por bombas más rápidas. Cambiamos todas las instalaciones, con lo cual puede funcionar tres veces más que antes. Es una nueva unidad de negocios», amplía.
«Ya no somos una empresa que solo refina y vende combustible. Somos una empresa de servicios. Y uno es la entrega de combustible just in time. Otro, el midstream».
«Nuestro principal foco es el servicio de entrega de combustibles. Dejar de ser una refinería que hace productos para ser una empresa de servicios», insiste. Su principal ventaja competitiva para ese turn-around, apunta, es contar con producción propia. «Podemos garantizar calidad, stock permanente y aprovechar nuestra posición geográfica. Para llegar a Vaca Muerta, somos, desde el punto de vista de los combustibles, la empresa con mayor stock y de mayor cercanía, y con la mayor oferta de diésel que se pueda consumir: bajo azufre, grado 2, base gasoil para lodos, para fractura, para coiled, para perforación, para generación… Tenemos toda la gama», despliega. Algo que, recuerda, para una empresa de servicios petroleros resulta vital. «La operación petrolera no se puede quedar sin gasoil», remarca.
Así, NAO retira el crudo del yacimiento –siempre, en condiciones comerciales, de agua y sal– y lo devuelve convertido en gasoil.
En su caso, el grado 2 más bajo de azufre del mercado: menos de 300 partes por millón, acorde con lo que la legislación argentina prevé recién para 2022.
«Explotamos esa cercanía geográfica. Con cualquier productor que nos venda crudo, también habrá un win-win de precios. Porque no tiene que llegar a Puerto Rosales para venderlo», describe Arias. En ese sentido, el productor ahorra flete, tratamiento, transporte y costos de almacenamiento antes de exportarlo o venderlo al mercado interno. «Acá, el día uno ya nos lo entregó. Tiene ahorro financiero y no carga con el transporte. Nos pasa a nosotros el título y riesgo cuando sale de la brida de despacho».
En la empresa, reconocen que su negocio más fuerte es el diésel. Desde siempre. Sin embargo, intentan diversificar. No depender enteramente del negocio petrolero. Por ejemplo, continúan proveyendo al agro y, también, a la pesca. «Este último, en el Sur, es un segmento en el que nos está yendo muy bien. Y, como la temporada de pesca tiene estacionalidades, el negocio petrolero nos ayuda para lograr uniformidad de demanda y dar en los picos de la pesca, como para no estar tan fraccionados», señala Arias. Otro segmento importante para NAO es la minería.
«Está claro que, en cuanto a escala, lo nuestro son nichos. Pero, para cualquier nueva operación que emprendamos, ya tenemos esa capa de aprendizaje que no es inmediata, porque lleva muchos años», comenta.
En ese sentido, una oportunidad que buscará capitalizar es su condición de planta fiscal. «Hace mucho tiempo que exportamos a Chile una corriente de solventes. Logísticamente, Vaca Muerta está mucho más cerca del Pacífico que del Atlántico para insumos críticos. Estamos relevando cuáles serían aquellos, con valor agregado, en los que podríamos aprovechar esa condición para importar y, luego, hacerlo llegar a los productores», dice Arias. Entre tanto, también identificó otro nicho a explorar.
«El fenómeno de las empresas grandes en no convencional hace que las principales productoras se vayan desprendiendo de áreas más marginales. Eso da lugar a firmas como GeoPark, Oilstone o President Petroleum. En ese formato, también hay espacio», vislumbra.
Es que, como él mismo subraya, NAO va a nichos. «A las empresas con las que queremos trabajar porque entendemos que son una buena opción para nosotros«, aclara. «A veces, jugamos con la palabra “boutique”», agrega. Una boutique en permanente «revampeo». ×
New American Oil
Fundación: 2000.
Fundadores: Jorge Arias y Eduardo Mónaco.
Activos: Refinería (Parque Plaza Huincul, Neuquén); planta de despacho de solventes (Dock Sud); planta de inyección y bombeo a oleoducto (Challaco, Neuquén).
Productos: solventes, diluyentes, kerosene, naftas, aromáticos, aguarrás, gasoil, diésel, fuel oil y mezclas específicas de combustibles por demanda.
Fuente: Econojournal