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Frente a los nuevos aumentos, cada vez es más importante prestar atención a las distintas promociones que ofrecen bancos y billeteras virtuales para gastar menos al cargar el tanque.

El sábado 1° de junio comenzó a regir un nuevo aumento en el precio de los combustibles, tras actualizar el Impuesto sobre los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC).

La suba impactó en el precio de la nafta súper, la premium; el gasoil común y el Grado 3.

Tras postergar el aumento de los tributos en mayo, el Ejecutivo determinó aplicar las actualizaciones de los periodos pendientes con un nuevo cronograma de gradualidad, fijado mediante el Decreto 466/2024, publicado en el Boletín Oficial.

La normativa estableció que “los efectos de los incrementos en los montos de los impuestos precitados, derivados de las actualizaciones correspondientes al primer, segundo, tercer y cuarto trimestres calendario del año 2023, para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil, conforme a un cronograma de gradualidad, cuyo último tramo, referido a la actualización correspondiente al cuarto trimestre calendario del año 2023, resultaría aplicable a partir del 1° de junio de 2024, inclusive”.

Asimismo, resolvió que “a partir de esa misma fecha también
surtirán efecto los incrementos en los referidos montos originados
en la actualización correspondiente al primer trimestre calendario
del año 2024″.

Ante este panorama, cada vez es más importante prestar atención a las distintas promociones que ofrecen bancos y billeteras virtuales para gastar menos al cargar el tanque.

Aumento de combustibles: cómo quedaron los precios

La nafta súper pasó a costar entre $ 905 por litro en estaciones de servicio de YPF, donde hasta el viernes se vendía a $ 870. En tanto, la nafta premium pasó de $ 1074 a $ 1117.

Asimismo, que el gasoil común pasó de costar $ 918 a un nuevo valor de $ 950. El diésel premium ahora cuesta $ 1196.

El ajuste se debe, en parte, a la actualización de los impuestos a los combustibles, pero también por la decisión de las petroleras de no perder rentabilidad ante la depreciación del peso.

Con este ajuste, los combustibles ya subieron un 62% en lo que va del año, pero desde noviembre del año pasado, los incrementos acumulados alcanzan el 262%.

Fuente: Cronista