Crece la incertidumbre entre los inversores. Las reservas y los próximos vencimientos de deuda bajo la lupa. ¿La vuelta de la banda cambiaria?.
El Banco Central compró ayer apenas u$s48 millones. Había arrancado la semana adquiriendo u$s59 millones; y el viernes tuvo que vender u$s52 millones para equilibrar el mercado. En plena cosecha, el BCRA debería estar de compras por volúmenes más altos, no menos de u$s200 o u$s250 millones diarios.
Esta dinámica no pasa por alto en las oficinas donde se definen inversiones. Los financistas, que hasta hace pocas semanas ponían sus fichas por el rumbo de la economía argentina, ahora plantean sus dudas.
Pese a la cosecha del campo, el BCRA no acelera la compra de dólares
Tanto en Buenos Aires como en Wall Street se preguntan si algo se rompió en la relación de confianza entre los inversores y el Gobierno de Javier Milei.
El menor ritmo de compras por parte del BCRA se ha transformado en una variable que los financistas siguen con lupa.
La acumulación de reservas y los vencimientos de la deuda pública se transformaron en dos variables clave para el mercado.
Más aun en un momento en que subsisten dudas sobre la actitud que tendrá China, a poco de un vencimiento de u$s4.988 millones que forman parte del swap de monedas entre ambos países.
Wall Street espera por la liberación del cepo
No hay un único desencadenante que explique la renovada tensión en los mercados. La caída de los bonos y la consecuente alza del “riesgo país” -que otra vez se sitúa en torno de los 1.500 puntos- son un emergente de la incipiente desconfianza en el derrotero de la economía.
Bancos de Wall Street ya advirtieron a sus clientes que la economía argentina recién se podrá normalizar a partir del levantamiento del cepo.
Voces de distintos economistas afines a la actual administración -desde Domingo Cavallo a Miguel Angel Broda- ya explicitaron su visión negativa sobre el actual proceso, a menos que el Gobierno tome medidas de fondo.
Pruebas a la vista: la devaluación extraordinaria de mediados de diciembre -suba del dólar del 118%- se fue desvaneciendo con el correr de los meses.
En el medio, el Gobierno no puso en marcha un plan de estabilización, que coordine las principales variables, desde precios a salarios, y sirva para anclar las expectativas y bajar la inflación más rápidamente.
En la Argentina, un plan de ese tipo debería comenzar por la eliminación de las regulaciones cambiarias y comerciales, que el Gobierno mantiene anudadas, y que Wall Street reclama para volver a apostar.
Caputo, ante una reunión clave con el FMI
El desencadenante de las bajas en las cotizaciones de los bonos y de las tensiones cambiarias ocurrió cuando hace menos de un mes, el Banco Central rebajó la tasa de referencia al 40% interanual. Y, en simultáneo, avisó que transferirá del BCRA al Tesoro parte de los pasivos. La acumulación de deuda en cabeza de Economía, ahora ya no queda exclusivamente en poder de los bancos sino que cotiza en el mercado secundario.
En el mercado tienen serias dudas de esa estrategia, y se preguntan si Luis Caputo no habrá dado un paso en falso: ¿tendrán las nuevas Lecap puntos de contacto con las antiguas Lebacs? Aquellas Letras lanzadas por Federico Sturzenegger fueron el germen de la crisis que explotó en 2018.
Para Wall Street, el momento bisagra transcurrirá durante la próxima negociación con el Fondo Monetario, que debería definirse antes de la primavera. De hecho, Caputo dijo que las conversaciones con el organismo ya se habían iniciado.
Sebastián Vargas, jefe de estrategia del Banco Barclays en Nueva York, comentó a iProfesional que esas negociaciones serán clave para determinar un nuevo esquema cambiario. Que incluya la salida del cepo.
Vargas cree que una de la posibilidades es que, ante la resistencia de Milei-Caputo a una libre flotación sin las reservas abultadas en el BCRA, se entable una especie de banda cambiaria similar a la que se puso en marcha -sin éxito- durante la época de Guido Sandleris en el Banco Central.
Banca cambiaria: una posibilidad real
En el mercado creen que la chance de una banda cambiaria, que se mueva y que dé la posibilidad de intervención al BCRA, podría ser exitosa esta vez, en el marco de un plan monetario y fiscal que ya fue puesto en marcha.
Eso sí: la implementación supondría un nuevo deslizamiento del tipo de cambio. A nadie le escapa que el incipiente atraso cambiario no sería aceptado por los técnicos del FMI.
La chance real de un acuerdo de ese tipo se encadena, además, con la cuestión política y social: ¿Podrá el Gobierno llegar a ese punto con una economía en recuperación y con una tasa de inflación en descenso?
Preguntas claves de la puesta en marcha de un plan que necesitará, sí o sí, de dar certezas a los inversores, en un próximo año muy ajustado en vencimientos de la deuda.
Ahí yacen las principales dudas sobre lo que viene en el futuro más o menos inmediato.
Fuente: Iprofesional