A pesar de que actualmente el mercado está copado de nuevos lanzamientos de SSDs PCIe NVMe, en realidad los que más se venden siguen siendo los de formato de 2.5 pulgadas e interfaz SATA 3, precisamente porque sus precios están ahora mismo en mínimos. Hoy os presentamos el análisis del nuevo Kingston KC600 que se presenta justo en el día de hoy, un SSD SATA 3 con un buen rendimiento y una excelente relación prestaciones / precio.
El KC600 de Kingston está optimizado para mejorar los tiempos de arranque, carga y transferencia en cualquier tipo de sistema, sea gaming o convencional, y tiene la particularidad de que cuenta con una suite de seguridad completa que incluye cifrado del disco basado en hardware con algoritmo AES-XTS de 256 bits, Opal 2.0 y eDrive, lo que permite a los usuarios asegurar la integridad y privacidad de los datos contenidos en el SSD.
Índice
Características y especificaciones técnicas
Estas son las principales características del dispositivo:
- Factor de forma e interfaz: 2.5 pulgadas SATA3.
- Capacidades disponibles: 256 GB, 512 GB, 1024GB y 2048 GB.
- Tipo de NAND: 3D TLC.
- Autocifrado del disco: cifrado AES 256 bit.
- Lectura / escritura secuencial:
- 256 GB: 550 / 500 MB/s
- 512 GB en adelante: 550 / 520 MB/s
- Velocidad máxima de escritura / lectura en 4K: 90.000 / 80.000 IOPS.
- Dimensiones y peso: 100.1 x 69.85 x 7 mm y 40 gramos.
- Esperanza de vida: 1 millón de horas MTBF.
- Garantía: 5 años.
- TBW:
- 256 GB: 150 TBW.
- 512 GB: 350 TBW.
- 1024 GB: 600 TBW.
- 2048 GB: 1200 TBW.
Estamos ante un SSD de formato estándar de 2.5″ con 7 mm de grosor, por lo que sería compatible también con ultrabooks. Su tasa de transferencia teórica lo coloca cerca del máximo que ofrece la interfaz SATA 3, pero el dato más interesante a nuestro entender es su durabilidad, pues esos 600 TBW en la unidad de 1024 GB que estamos analizando en el día de hoy garantiza que podremos utilizarlo durante muchos, muchos años sin tener el menor problema.
Unboxing, análisis y primeras impresiones
El Kingston KC600 viene embalado en un simple blíster de cartón y plástico que deja ver el dispositivo a través. En la cara frontal podemos ver marca, modelo y capacidad, así como una indicación de que el dispositivo es 15 veces más rápido que un disco duro tradicional. Es un tipo de embalaje que no suele gustar, porque para poder sacar el dispositivo del interior hay que romperlo.
En la parte trasera tenemos una descripción en varios idiomas, pero no aparecen las características técnicas. A través de una perforación en el cartón tenemos la etiqueta del SSD que hay en el interior.
En el interior, tenemos el SSD y nada más, ni un simple folleto para la garantía. Cuenta con una carcasa metálica pintada de color negro, y en el frontal tenemos solo el logo de la marca, dejando por detrás la etiqueta que ya veíamos antes desde fuera.
El SSD es, como decíamos, muy fino y liviano, apto para ser instalado en cualquier parte que admita unidades de 2,5 pulgadas. Además, al ser tan estrecho, es también válido para ultrabooks.
La interfaz es SATA 3 estándar, por lo que igualmente será compatible con cualquier PC moderno.
Para acceder al interior, deberemos retirar cuatro tornilos TORX, uno de ellos bajo una etiqueta que, lógicamente, nos indica que si la rompemos perderemos la garantía.
En el interior encontramos un pequeño PCB que ocupa menos de la mitad del largo de la unidad de 2.5 pulgadas, con dos chips de memoria 3D TLC por cada lado y la controladora por debajo.
Los chips de memoria son de 256 GB cada uno, y están fabricados por Micron.
En el lado opuesto tenemos los otros dos chips de memoria, bajo la etiqueta, y la controladora que es una Silicon Motion SM2259.
Visto el dispositivo, llega la hora de ponerlo a prueba en situaciones reales para ver su rendimiento.
Pruebas y análisis de rendimiento
Para las pruebas de rendimiento de este SSD hemos utilizado el siguiente hardware, junto con el sistema operativo Windows 10 1809 con todas las actualizaciones:
- Intel Core i7-8700K.
- MSI Z370 Gaming M5.
- Corsair Dominator Platinum RGB 3600 MHz (4×8 GB).
- EVGA GeForce RTX 2080 XC.
Lo primero que hemos hecho nada más conectar el SSD al equipo mediante SATA es crear una partición y formatearlo en NTFS, dejando todas las propiedades por defecto. Una vez hecho esto, medimos su velocidad de transferencia típica mediante Windows, copiando de un SSD PCIe NVMe a este Kingston KC600 un archivo de gran tamaño (32 GB).
La velocidad de transferencia se mantiene estable en torno a los 485 MB/s, lo cual se puede calificar de excelente.
CrystalDiskInfo
Vamos a comenzar con las pruebas de rendimiento, pero lo primero es ver toda la información sobre el SSD que nos puede ofrecer CrystalDiskInfo.
Como se puede ver, el SSD soporta las tecnologías S.M.A.R.T., APM, NCQ y TRIM, lo habitual en cualquier SSD moderno. También es compatible con DevSWleep, que permite al SSD entrar en modo de suspensión cuando el sistema operativo entra en reposo para ahorrar energía y retomar su actividad en milésimas de segundo.
CrystalDisk Mark
Este benchmark nos va a mostrar las velocidades de lectura secuenciales del SSD.
Las velocidades están por encima de lo que el fabricante decía en las características técnicas en lectura y escritura secuenciales, pero en la prueba 4 KiB Q32T1 la velocidad disminuye considerablemente, lo que significa que la controladora de este SSD no se lleva demasiado bien con archivos pequeños. No obstante las velocidades son normales, y los datos no son para nada alarmantes.
AS SSD Benchmark
Esta herramienta va a medir la velocidad de igual manera a como lo hace CrystalDisk Mark pero le va a asignar una puntuación arbitraria.
A modo comparativo, un Crucial MX500 obtiene 1168 puntos, así que estamos dentro de los términos normales para un SSD SATA 3.
Esta herramienta cuenta con dos tests específicos, el primero que mide la velocidad y el tiempo que se tarda en copiar distintos tipos de archivos.
El otro nos muestra el rendimiento del SSD con archivos no comprimibles.
En ambos casos, el SSD se comporta de manera excelente, entregando un buen rendimiento.
ATTO Disk Benchmark
Con esta prueba, vamos a ver qué tal se comporta el SSD en tareas de lectura y escritura con distintos tamaños de archivo. Por regla general, los SSD se llevan mal con archivos pequeños, y su rendimiento se reduce considerablemente intentando manejar éstos.
Lo esperado. A partir de los archivos de 32 KB, el SSD empieza a disminuir considerablemente su rendimiento, hasta un mínimo de unos 48 MB/s de escritura y 46 MB/s de lectura en archivos de 512 bytes.
Conclusión y opinión personal del Kingston KC600
A pesar de que hoy en día los SSDs PCIe NVMe están a la orden del día pues han multiplicado por varios enteros el rendimiento de los SATA 3, éstos siguen siendo el punto fuerte de ventas de todos los fabricantes dado que actualmente tienen una excelente relación de precio por GB.
Un SSD de gama media-alta como es este Kingston KC600 es una opción excelente para todos aquellos usuarios que quieran acelerar su equipo con un SSD de gran capacidad y a un precio contenido, con un rendimiento que lleva al límite lo que la interfaz SATA 3 es todavía capaz de ofrecer.
PROS:
- Muy buen rendimiento para la interfaz SATA 3.
- Buenas temperaturas y bajo consumo de energía.
- Excelente relación precio por GB.
- Gran capacidad.
CONTRAS:
- Sufre bastante con archivos pequeños.
Por todo ello, este SSD Kingston KC600 de 1 TB se lleva nuestro galardón de Oro, así como nuestra recomendación por su muy buena relación calidad / precio.