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El nuevo presidente y CEO de la petrolera controlada por el Estado prepara un ambicioso plan estratégico con el que pretende cuadruplicar el valor de YPF en los próximos cuatro años. Como punto de partida, reestructurará el top management de la compañía en tres grandes vicepresidencias. Quiénes estarán a cargo de esas unidades. Y por qué el modelo de competencia del tenista serbio puede ser una guía para anticipar la reorganización del portafolio de activos de la empresa.

A los amigos que tuvieron la oportunidad de conversar con él en estos días, Horacio Marín les confesó que la única vez que experimentó estos niveles de adrenalina fue cuando jugó el torneo junior de Wimbledon, la catedral del tenis, hace ya más de 40 años. La agenda de ingeniero que esta semana tomará las riendas de YPF está totalmente abocada a definir los detalles de su plan al frente de la petrolera controlada por el Estado. Tanto que terminó abriendo un centro de comandos paralelo en una suite del Hilton, frente a la torre de la empresa en Puerto Madero, para avanzar de antemano con la reestructuración que se comunicará oficialmente esta semana.

Los lineamientos centrales de esa estrategia, que fue bautizada internamente como ‘YPF 4×4’, ya están definidos. Contempla una reorganización del top management con un objetivo cuantitativo bien concreto: multiplicar por cuatro los principales indicadores de la empresa durante los próximos cuatro años. En esa apuesta están alcanzados desde la producción de hidrocarburos hasta la valuación bursátil y el EBITDA (ingresos antes de impuestos) de la petrolera, según pudo reconstruir EconoJournal en base a fuentes internas de YPF y también de directivos de firmas privadas.

“Marín no viene a privatizar a YPF, viene a cuadruplicar el tamaño de YPF, en especial en Vaca Muerta”, señaló un ejecutivo que lo conoce bien. Hasta el momento, el nuevo presidente y CEO de YPF avanzó en el diseño de su proyecto para la empresa sin condicionamientos de la política. Los contactos con Nicolás Posse, su reporte dentro de la mesa chica de La Libertad Avanza, son puntuales y casi siempre promovidos por el nuevo líder de YPF.

Nombres propios

Marín apuntalará el organigrama de YPF en tres grandes vicepresidencias: Upstream, Downstream y Gas y Energía. En las dos primeras llevará adelante una reunificación de áreas que hoy funcionan separadas. En concreto, Matías Farina, ex vicepresidente de Tecpetrol, asumirá como presidente de Upstream y pasará a consolidar las vicepresidencias de Upstream No Convencional, que dirige Juan Manuel Ardito, y la de Upstream Convencional, que encabeza Fernanda Raggio. El movimiento es claro: Farina fue uno de los profesionales de su mayor confianza dentro del brazo petrolera del grupo Techint. Juntos impulsaron un exitoso proceso de industrialización de las operaciones en Fortín de Piedra, la nave insignia de Tecpetrol en Vaca Muerta. Ese es el aporte que busca Marín al sumarlo al equipo de Upstream de YPF.

Por su parte, Mauricio Martín, que hasta ahora se desempeñaba como vicepresidente de Servicios y Tecnologías Digitales, reasumirá como vicepresidente de Downstream, su verdadera área de expertise, después de abandonar ese cargo en julio de 2022. El CEO saliente de YPF, Pablo Iuliano, había decidido desagregar esa área en dos posiciones: una vicepresidencial comercial y otra de Industrializaicón. Marín volverá al esquema anterior, probablemente a partir de la lectura de que frente al reacomodamiento de precios relativos que buscará el gobierno de Javier Milei precisa a cargo del Downstream a un ejecutivo que conozca al detalle la estructura de costos y el funcionamiento del negocio de refinación y comercialización de crudo. Mauricio Martín reúne esas condiciones.

Al frente de Gas y Energía, en tanto, continuará Santiago Martínez Tanoira, que ocupó esa posición durante todo el gobierno de Alberto Fernández, aunque ahora tendrá el mandato de articular de forma sistémica con el resto de los players de la industria para intentar destrabar proyectos estratégicos de infraestructura (LNG, Vaca Muerta Sur, Profertil y MEGA, entre otros), que hasta ahora YPF no logró dinamizar en la velocidad que había prometido. Tanto Martín como Martínez Tanoira se formaron profesionalmente bajo el liderazgo de Carlos Alfonsi, histórico vicepresidente de Downstream de YPF, que salió de la empresa en 2019.

En el área de Asuntos Públicos, Relaciones Institucionales y Comunicación, un área que durante la última gestión estuvo completamente colonizada por La Cámpora, asumirán Lisandro Deleonardis, director de Relaciones Institucionales del grupo Techint, y Guillermo Garat, un experto en comunicación política que se formó con Jaime Durán Barba, que estará al frente del área de Comunicación y Marketing. Deleonardis, una persona de máxima confianza de Marín, funcionará como el nexo con los actores gubernamentales y apuntará a construir un canal de interlocución con la política en general, así como también con cámaras de la industria (representantes regionales de proveedores y firmas de servicios) y también con entidades empresariales ajenas a la actividad.

Método Djokovic

Hace poco más de un mes, Marín fue invitado como uno de los oradores centrales de un seminario organizado por el Instituto Argentino de la Energía, que lidera Jorge Lapeña. Allí estructuró su presentación sobre el ‘método Djokovic’, con la intención de extrapolar a la industria hidrocarburífera los criterios de decisión que le permitieron al tenista serbio convertirse en mayor ganador de Grand Slams de la historia.

Marín, un ex jugador que se destacó como junior y desistió de competir a nivel mayores para enfocarse en la ingeniería en petróleo, cree que Djokovic se convirtió en el mejor porque es el más eficiente. “Juega unos 75 partidos al año, pero la mayoría en torneos Grand Slams o Másters, sólo algunos ATP 500 y ningún challenge”, explicó aquella vez en el IAE. Marín hablaba como presidente de E&P de Tecpetrol, pero en realidad trazaba un mapa de lo que debería hacer YPF, un destino que ya figuraba en su horizonte de corto plazo.

Desde ese paralelismo, Vaca Muerta representaría los torneos de Grand Slams o MasterClass y es allí donde YPF deberá concretar su inversión en los próximos años. Desde la óptica de Marín, la petrolera puede elegir jugar en algún ATP500 y conservar la operación de algún yacimiento convencional que resulte importante, pero en el corto plazo su idea es buscar asociaciones (no necesariamente ventas) con petroleras independientes o más pequeñas para ceder la operación de la mayoría de los campos maduros que tiene hoy YPF. No es una idea nueva: lo intentaron, con diferentes estrategias, las últimas dos gestiones de la petrolera. Esta vez, sin embargo, no se prevé que la política atente con esa iniciativa.

 

Fuente: Econojournal