En Ezeiza avanza la construcción del reactor RA-10. Será clave en la geopolítica de la transición, dado que se usa para la producción de chips de autos eléctricos.
Pero, además, resaltó el rol del reactor para la industria. “Uno de los servicios que prestará el RA-10 es el dopado de silicio, básicamente es un material determinado, se le agregan impurezas en forma intencional, para modificar ciertos parámetros de este material. La introducción de impurezas en materiales es un proceso que se practica hace siglos. El acero que vemos continuamente es hierro con una impureza, el carbono, efectivamente el acero es una solución sólida de carbono en hierro, que hace que se modifiquen varias de sus propiedades mecánicas”.
En este punto, vinculó el funcionamiento del reactor con el insumo industrial: “En el caso del silicio, el dopado, o su contaminación con impurezas, lo que logra es modificar sus propiedades eléctricas, lo que lo hace útil para fabricar chips de computadoras de muy alto rendimiento. Existen dos formas de dopar silicio: a través de un proceso químico, o por medio de irradiación en un reactor. Hacerlo a través de irradiación hace que el producto final sea de una calidad muy superior al del proceso químico”.
Para destacar la tecnología detrás del proceso, Gigante mencionó: “Este proceso es bien conocido y ya lo hace el reactor OPAL, en Australia, diseñado íntegramente por INVAP” (la compañía estatal argentina productora de tecnología espacial, nuclear y científica).
La relación entre este proceso y la geopolítica de la transición energética está en los autos eléctricos. “Se estima que un auto a combustión interna actual (de última generación) necesita alrededor de entre 1000 a 1500 chips de computadora para funcionar, pero en el caso de un automóvil eléctrico este valor alcanza los 3000 a 3500 chip de alto rendimiento”.
“Se habla de una electrónica de potencia, porque están sometidos a tensiones y corrientes elevadas) que solo pueden ser producidos con dopaje de silicio de alta calidad, es decir silicio dopado por transmutación neutrónica, que es justamente el que se obtiene en procesos del RA-10”, agregó Gigante.
Fuentes del sector anticipan que habrá faltantes de este servicio, debido a la demanda que existirá y una oferta “saturada en ventas”, por lo que se espera que sea un insumo estratégico y “muy bien remunerado”. Se estima que el servicio de irradiar una tonelada de silicio cuesta u$s 100.000.
Energía atómica e industria
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) tiene una oferta de servicios para el sector productivo, a través de unidades de vinculación tecnológica. Por ley, los ingresos que genera los reinvierte en sus laboratorios e investigaciones.
Fuente: Ambito