La caída en los precios internacionales y la sequía implican que las importaciones de energía podrían reducirse a la mitad. La balanza comercial energética pasará a ser superavitaria en 2024, después de más de una década de déficit estructural.
Balanza energética, en equilibrio
Para todo 2023, Economía y Energía estima que las importaciones ascenderán a u$s7.064 millones, casi la mitad que el año anterior. A este número llegan a raíz de que Enarsa ya realizó todas las licitaciones de compra de buques de GNL para este año, donde se adjudicaron 44 buques, aunque no se adquirieron finalmente cuatro cargamentos previstos para los meses de julio y agosto, por las elevadas temperaturas durante el invierno.
Con respecto a las exportaciones, la proyección de la consultora es que finalicen en todo 2023 en u$s6.794 millones. Esto sería 20% menos que el año pasado, ya que aunque aumentaron las ventas al exterior de petróleo y gas, hubo una fuerte reducción en los precios internacionales.
De esta forma, Economía y Energía anticipa que 2023 terminará con una balanza comercial energética “prácticamente equilibrada”, lo cual significará que se revertirá el déficit de u$s4.349 millones de 2022. El panorama es más alentador para la gestión que le tocará encabezar al próximo Gobierno: “De mantenerse la tendencia expansiva de la producción de hidrocarburos, durante 2024 la balanza comercial sectorial debería alcanzar un superávit significativo, quebrando más de una década de una balanza comercial estructuralmente deficitaria”, dice el trabajo.
Expansión de hidrocarburos
La Secretaría de Energía, que encabeza Flavia Royón, celebró los últimos datos de producción de hidrocarburos. En julio, la producción de petróleo alcanzó los 616,8 mil barriles/día, un incremento del 6,5% interanual. En el acumulado del año, el aumento de la producción asciende al 7,1%. “El primer semestre fue el mejor desde el 2009”, indicó Royón. Solo en la Cuenca Neuquina, la producción trepó 13,3% interanual en el acumulado enero-julio.
De todos modos, desde Economía y Energía resaltan el impacto de las limitaciones en la capacidad de transporte para el crudo. “Durante el año 2022, la falta de capacidad de transporte de crudo desde la cuenca Neuquina había limitado el crecimiento de la producción. Se esperaba que la reactivación del Oleoducto Trasandino (OTASA) y la posibilidad de exportar crudo a Chile permitiría un crecimiento significativo en la producción. El inicio de las exportaciones de crudo a Chile en el mes de mayo no se tradujo todavía en un aumento en los niveles de producción, por el contrario, la producción mantiene una tendencia levemente descendente desde el mes de marzo del corriente año”.
Fuente: Ambito