23/11/2024
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Clave para el ingreso de divisas: crece la estimación de siembra para la soja

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Se sembraría 6,2% más que en la campaña anterior, lo que representa el primer incremento en nueve años. Además, en caso de que las condiciones climáticas lo permitan, se producirían 48 millones de toneladas, frente a los 20 millones del ciclo previo.

La sequía tuvo este año un impacto negativo estimado en u$s20.000 millones en el ingreso divisas. Y que, lógicamente, repercutió en toda la economía argentina. De todas formas, las proyecciones para el próximo ciclo agrícola son más alentadoras. Las estimaciones en la intención de siembra de soja crecieron y se espera un alza en la producción que redundará, también, en un mayor ingreso de divisas.

Por caso, según un reciente informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), “la superficie dedicada a soja experimentará un aumento, rompiendo una racha de nueve años de caída continua: estimaciones iniciales apuntan a una intención de siembra de 17 millones de hectáreas, lo que representa un aumento interanual del 6,2%”.

“En tanto, si las condiciones climáticas son favorables, se proyecta una producción de aproximadamente 48 millones de toneladasen contraste con las 20 millones del ciclo 2022/23, que marcaron el peor registro del siglo”, detalló el estudio, que resaltó que la superficie dedicada a la soja experimentó un marcado descenso en los últimos años, “pasando de 20,25 millones de hectáreas en la campaña 2014/15 a 15,97 millones en el ciclo pasado”. “Esta tendencia a la baja, que representó una pérdida del 21% del área sembrada en la última década, se debe a varios factores. Además de los problemas de malezas resistentes y costosos controles, la soja ha quedado rezagada en términos genéticos, lo que limita su potencial productivo en comparación con el maíz”, explicó el estudio.

De esta manera, a modo de proyección, según el precio FOB actual de la secretaría de Agricultura (u$s520 por tonelada), el incremento en la producción de soja podría representar u$s25.100 millones de ingresos de divisas. Lo que significa, aproximadamente, unos u$s10.000 millones más que la campaña anterior. Aunque, claro, el número final dependerá del total que se exporte, ya sea grano o productos con valor agregado (harina, aceite o pellets de soja).

Según explicó a Ámbito Lorenzo Sigaut Gravina, economista de la consultora Equilibra, las perspectivas no son buenas sólo para la soja, “sino también para maíz y el trigo, que si bien la superficie es muy parecida a la del año pasado, los rindes van a ser mejores”. Esto sucedería justamente gracias al clima y el fin de la sequía que fue el factor dominante del ciclo pasado.

En ese contexto, al analizar el impacto positivo que puede tener para la economía argentina, detalló: “El primer punto que se puede tener en cuenta es que la agroindustria perdió casi u$s20.000 millones por la sequía. Y, si bien no creo que se pueda recuperar todo el año que viene, una buena parte puede que sí”.

“Además, a diferencia de este año, que se va a ver una caída del PBI que se explica casi un 2% por la caída del agro, el año que viene el efecto puede revertirse. El impacto sería favorable: es algo obvio, incluso por el lado de las retenciones, que este año se perdieron 0,7 puntos del producto, por la caída de las exportaciones agroindustriales. Y el año que viene se recuperarían”, detalló el economista.

Panorama para el maíz y el trigo

Según explicó el estudio de la BCR, el maíz “mantuvo una posición más estable en términos de área de siembra, con una intención constante de 8,5 millones de hectáreas para el ciclo 2023/24”. “Los factores que favorecen al maíz incluyen un clima propicio para la alta producción después de varios ciclos marcados por fenómenos climáticos adversos. Además, la caída en la siembra de trigo en algunas áreas impulsa al productor a optar por el maíz en sus rotaciones”, detalló el informe.

En cuanto al trigo, detalló que el cultivo enfrenta dificultades relacionadas con la falta de agua en las últimas semanas. “Aunque las condiciones actuales del cultivo son buenas a muy buenas, la sequía persistente podría afectar el potencial de rendimiento. Las lluvias abundantes de los primeros 15 días de julio han contribuido a un retraso en la siembra en algunas áreas, lo que podría influir en los resultados finales. A pesar de estas condiciones desafiantes, se estima un área de siembra de trigo de 5,4 millones de hectáreas y una producción proyectada de 15,6 millones de toneladas”, concluyó.

 

Fuente: Ambito

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