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Las subvenciones estadounidenses a los productores de energías renovables aumentaron a más del doble entre 2016 y 2022, constituyendo casi la mitad de todas las ayudas federales relacionadas con la energía en ese periodo, mostró un informe del Gobierno estadounidense publicado el martes.

Las subvenciones a las energías renovables aumentaron a 15.600 millones de dólares en el año fiscal 2022, frente a los 7.400 millones de dólares del año fiscal 2016, según el informe Intervenciones Financieras Federales y Subvenciones en Energía de la Administración de Información de Energía (EIA, por su sigla en inglés).

El mayor porcentaje de esas subvenciones adoptaron la forma de incentivos fiscales en los últimos años, y las aplicaciones solares recibieron la mayor cifra de las subvenciones debido en parte al rápido crecimiento de la industria, según el informe.

Ese crecimiento también ayudó a la energía solar a superar la cuota de los biocombustibles, que fue el mayor beneficiario de los incentivos fiscales en 2016, según el informe.

En 2021, la financiación para el Programa de Asistencia Energética para Hogares de Bajos Ingresos, que ayuda con las facturas de energía y otros costos relacionados con la energía, se duplicó por una sola vez a casi 10.000 millones de dólares, después de que el Congreso aprobó financiación adicional para el programa bajo su plan de alivio COVID-19.

En tanto, los subsidios relacionados con el gas natural y el petróleo se convirtieron en un costo neto para el gobierno estadounidense, que concedió exenciones fiscales por valor de 2.100 millones de dólares en el año fiscal 2022, frente a una entrada de ingresos de 2.200 millones de dólares en los años fiscales 2016 y 2017 combinados.

Entre ellas se incluyen disposiciones que van desde incentivos a la producción nacional, condonaciones y deducciones vinculadas a la producción y los ingresos en el extranjero, y métodos contables aprobados que pueden reducir el valor imponible declarado de los activos.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, propuso en marzo un presupuesto que eliminaría miles de millones de dólares en subvenciones a la industria del petróleo y el gas, reavivando un eterno debate sobre si las empresas de combustibles fósiles deberían recibir lucrativas exenciones fiscales.

“Reducir los subsidios que reciben las partes interesadas en los combustibles fósiles puede ayudar a corregir intervenciones económicas ineficientes en los mercados energéticos, ahorrar miles de millones de dólares de los contribuyentes y reducir los impactos sociales y ambientales negativos”, según un análisis de 2019 del Instituto de Estudios Ambientales y Energéticos. (Reporte de Deep Vakil en Bengaluru; Editado en Español por Ricardo Figueroa)

 

Fuente: La nacion