El gobierno negocia con automotrices, metalúrgicas y sindicatos una ley para dar marco a este desarrollo productivo anclado en las amplias reservas de litio.
La posibilidad de fabricar autos eléctricos avanza en Argentina. El Gobierno busca aprovechar la disponibilidad de amplias reservas de litio con un proyecto de ley para dar marco a este desarrollo productivo en los próximos años, que se encuentra negociando estas semanas con el sector empresarial y gremial.
El objetivo del proyecto es promover el desarrollo de la industria nacional de vehículos eléctricos, híbridos y su la cadena de valor sectorial. Su redacción y las negociaciones están siendo llevadas adelante de forma conjunta por la Secretaría de Asuntos Estratégicos, la Secretaría de Industria, la Secretaría de Energía y el Ministerio de Transporte.
A diferencia del proyecto de Ley de Electromovilidad que promovió en 2022 el entonces ministro Matías Kulfas, y que nunca pudo avanzar por falta de consenso, el proyecto actual, denominado de “Promoción de Producción Nacional de Vehículos Eléctricos e Híbridos” tiene un alcance más acotado. Como su nombre da a entender, solo apunta al desarrollo autos, bicicletas y monopatines eléctricos.
Entre otros puntos, el proyecto tiene como objetivo el desarrollo de la cadena de autopartes, la producción de equipamiento auxiliar para la infraestructura de electromovilidad, la regulación de tecnologías vinculadas a esta área y la formación y capacitación profesional para garantizar empleos.
Los incentivos industriales que promueve el proyecto se darían en tres áreas: producción y exportación de vehículos, electropartes y formación profesional.
La redacción del anteproyecto ya culminó y en la última semana comenzó la etapa de diálogo con los sectores involucrados. Por la parte del capital, las conversaciones incluyen tanto a cámaras ADEFA, AFARTE, AFAC y ADIMRA como directamente a empresas automotrices, por ejemplo Ford, Fiat, Mercedes, Toyota y Nissan. Por la parte sindical, fueron convocados SMATA y la UOM.
Las claves y desafíos de la fabricación de autos eléctricos en Argentina
En el Gobierno entienden que aprobar una ley marco de este tipo es necesario para que a futuro no se pierdan puestos de trabajo. Según explican, la cuestión es que un auto eléctrico lleva el 10% de las autopartes que un auto convencional, por lo que, para que los empleos del sector se mantengan, es indispensable que esas piezas no terminen siendo importadas sino que se fabriquen en Argentina.
“Si no empezamos ahora nos quedamos afuera”, resumen quienes están a cargo del proyecto, atentos a la transición energética que avanza a nivel global. También remarcan que la supervivencia de la industria automotriz es necesaria para que pueda existir localmente otra industria estratégica como la de maquinaria agrícola.
Aunque el proyecto solo abarca la producción de vehículos eléctricos terminados, el Gobierno avanza al mismo tiempo en la producción local de baterías de litio a partir de los amplios yacimientos en el noroeste, con la intención de que toda la cadena de valor se produzca localmente.
De este modo, se busca aprovechar que Argentina es uno de los únicos aproximadamente 20 países en el mundo que fabrican automóviles y que, a pesar de que el mercado local es relativamente reducido, exporta esta producción a otras naciones que están en vías de transicionar a la movilidad eléctrica.
Con todo, el desarrollo de autos eléctricos en el país no será una tarea libre de obstáculos. El exdirector nacional de Minería Nadav Rajzman indicó a este portal que es poco probable que Argentina pueda desarrollar baterías de litio para exportar. “La razón es que los vehículos eléctricos tienen poca demanda local, por lo que no se justifica la inversión en una fábrica de baterías en el país por parte de una multinacional como Tesla”, explicó.
El otro problema es que el litio se trata de un mineral muy reactivo, de transporte peligroso, por lo que lo usual es que las fábricas de baterías se instalen cerca de las de autos. La incógnita es si estos obstáculos podrán ser superados por los incentivos para generar localmente toda la cadena de valor.
El optimismo de la industria
Por ahora, debido a que no hay todavía un borrador final y las negociaciones siguen, en los sectores empresariales involucrados se muestran cautos y evitan hacer declaraciones abiertas sobre el proyecto.
Aun así, fuentes industriales con las que pudo hablar El Destape resaltaron la “buena actitud” del Gobierno en abrir el diálogo. “Es un tema que le interesa al sector. En efecto forma parte de la Visión 2030 que diagramamos ya hace 3 años con la cadena de Valor y compartimos con las autoridades”, resaltaron desde el sector automotriz.
Por su parte, fuentes de la industria metalúrgica también consideraron que “la cadena ha reconocido este criterio abierto para discutir los del sector privado, aunque aclararon que todavía están “analizando la naturaleza de las medidas, la vinculación de esa legislación con otra legislación vigente y cómo están planteados los incentivos”.
Las fuentes admitieron además que los sindicatos “están preocupados” por las repercusiones que este desarrollo puede generar en el empleo. El Destape se comunicó con fuentes de SMATA para conocer su punto de vista pero no obtuvo respuesta.
Fuente: El destape