La rehabilitación del Oleoducto Trasandino (Otasa) prevista para mayo, luego de 17 años de interrumpidas las exportaciones desde Neuquén, también requiere obras de reversión de los ductos de Oleoductos del Valle.
Avance en la producción de petróleo argentino
“Estamos coordinando con Otasa esta reapertura y para proveer de crudo tenemos que revertir el flujo y llevar una parte al Pacífico para liberar capacidad hacia el Atlántico, para lo cual estamos terminando este mes las obras necesarias para que cuando se libere el oleoducto a Chile podamos bombear hacia Puerto Hernández en lugar de hacia Puerto Rosales”, explicó.
Las obras principales del Oldelval consisten en potenciar la estación de bombeo Crucero Catriel y la reversión de todos los sistemas para poder bombear hacia Puerto Hernández, punto de conexión con el Oleoducto Transandino.
La capacidad del Oleoducto Trasandino es de 110.000 barriles/día y ya hay exportaciones comprometidas de crudo Neuquino a Chile por más de 60.000 bbl/día por 5 años con posible extensión, por lo que se espera llenar el oleoducto de ambos lados y totalizar 16 millones de barriles para fin de 2023.
El Gobierno nacional estima que la importancia de la capacidad que tiene el oleoducto es tal que con las exportaciones que hay comprometidas sólo de este año se podrían exportar cerca de 1.000 millones de dólares.
A ese objetivo de incrementar las exportaciones hacia el oeste de la formación neuquina, se suma la construcción del Oleoducto Vaca Muerta Norte, que transportará shale oil desde Añelo hasta Puesto Hernández, y que lleva adelante YPF y sus socios, lo que marcará el punto de partida de la esperada participación de la compañía en las exportaciones de crudo.
Otasa se encuentra inactivo desde 2006 y para su rehabilitación lleva adelante las pruebas finales para entrar en operación en mayo, lo que permitiría sumar el transporte una capacidad máxima de 110.000 barriles de exportación del shale oil.
El sistema binacional, que tiene a YPF, Chevron y ENAP como los principales accionistas, cuenta con una extensión de 427 kilómetros y el objetivo es rehabilitarlo tras casi 17 años de inactividad para garantizar el despacho de petróleo a Chile y en segunda instancia a los mercados del Pacífico.
Fuente: Ambito