Los petroleros sostienen que el “reperfilamiento de la deuda cerrará los mercados”. Se trata de empresas que recurren a fondos del exterior para inversiones millonarias.
El reperfilamiento de la deuda local preanuncia un año complicado para las compañías locales. Para YPF, que recurre al crédito internacional cada vez que hay una ventana disponible, se avecina un año con previsiones difíciles. “Habrá menor nivel de actividad en Vaca Muerta en relación a este año“, dice Daniel González. CEO de la petrolera de mayoría estatal. El congelamiento de precios de combustibles sumado a un probable “año sin acceso al crédito” hacen que la empresa aun no pueda planificar cuáles serán sus inversiones durante 2020.
Mientras el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, cree que habrá nuevas ofertas en la licitación de los gasoductos desde Vaca Muerta -que está prevista para el 4 de noviembre-, las petroleras hablan de 2023 y del largo plazo, pero en el corto plazo son reticentes a definiciones concretas. “Durante el próximo ejercicio, vamos a invertir lo que generamos. Vamos a tener una lógica de almaceneros: lo que entra se invierte”, explicó González, que no precisó los desembolsos previstos para los próximos meses.
Las petroleras calculan que los precios de los combustibles están un 20% retrasados a raíz del congelamiento. ¿Se ajustará todo una vez que se liberen los precios durante el 15 de noviembre (como anunció el secretario Lopetegui) preguntó Clarín a la plana mayor de YPF. “Esperemos que no sea todo en ese momento. Esperemos que sea gradualmente, hacia fin de año. Ya hubo un 4% (de aumento), pero tratamos de ir saliendo ya del congelamiento”, puntualizó Miguel Gutiérrez, presidente de YPF. “De todas formas, el 20% de diferencia (entre lo que debieran valer según las empresas y el importe que se despacha en los surtidores), no es mucho mayor que en otros momentos y la industria lo gestionó muy bien como ocurrió en 2018 e incluso de 2019”, desdramatizó Gutiérrez.
La anglo-holandesa Shell continúa con su plan para producir 40.000 barriles de petróleo en Vaca Muerta. Sean Rooney, presidente de la filial en el país, aseguró que “el congelamiento de precios es un evento con impacto, resta competitividad a la producción local”. “Entendemos que es una medida de corto plazo, que el próximo Gobierno revisará”, añadió. Con respecto a los controles de cambio, Shell ya los experimentó en el pasado. “No tenemos ganancias para distribuir, pero es una señal pobre para repagar ganancias”, observó.
Aunque Shell apuesta por el desarrollo de Vaca Muerta en el largo plazo, su titular entiende que los “cambios en las condiciones (del negocio, o los contratos)” no son una buena señal para proyectos que requieren continuidad. “Pensamos en reglas que duren, por ejemplo, unos 20 años. Los desarrollos son mejores cuando alcanzan cierta continuidad en el tiempo. Cuando se avanza en forma esporádica, el proceso es ineficiente”, expresó Rooney.
En la exposición petrolera hay varias mesas y disertaciones diarias. En una de ellas, Osvaldo del Campo (de Galileo) soltó una frase sobre la relación del arco político con la industria energética y Vaca Muerta. “Ninguno de los gobernantes viene de Marte, aunque a veces se comportan como si vinieran”, planteó y provocó risas en un auditorio de ejecutivos del sector.
Fuente: Clarin