La medida restablece dos tributos suspendidos en plena campaña electoral por el entonces presidente Jair Bolsonaro, y apunta a recaudar unos 5760 millones de dólares este año
El Gobierno brasileño volverá a aplicar impuestos a la gasolina y el etanol, que habían sido suspendidos el año pasado, con el objetivo de mejorar la recaudación e impedir un mayor desequilibrio fiscal, informó el Ministerio de Hacienda de ese país.
Se trata de los impuestos federales PIS/Pasep, Cofins (Contribución para el Financiamiento de la Seguridad Social) y Cide (Contribución para la Intervención en el Dominio Público), los que regresarán al momento de pagar por la gasolina en Brasil.
Aunque no fueron precisadas las tasas que se aplicarán a esos dos combustibles, el Gobierno explicó que la medida permitiría recaudar este año unos 28.800 millones reales (5.760 millones de dólares), equivalentes a cerca del 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB).
Prórroga
Los impuestos sobre los combustibles habían sido suspendidos en mayo del año pasado por decisión del entonces presidente Jair Bolsonaro, líder de la ultraderecha que aspiraba a la reelección y fue derrotado en los comicios de octubre por el progresista Luiz Inácio Lula da Silva.
La medida fue criticada en su momento tanto por el mercado como por la oposición, que la consideraron una jugada “populista” de cara a las elecciones, aunque Bolsonaro la justificó como una forma de contener la inflación, en ese momento cercana al 10% interanual.
Al asumir el poder, el pasado 1 de enero, Lula prorrogó esa suspensión de impuestos a los combustibles, pero la delicada situación fiscal del país ha obligado a que esa decisión fuera revisada por el Ministerio de Hacienda.
Según se informó, en los próximos días serán fijadas las tasas que se aplicarán a la gasolina y el etanol, a la vez que se aclaró que seguirán suspendidos los impuestos al diesel y el gas de cocina, por su mayor peso en la composición de la inflación, que en enero fue del 0,53%, con una variación interanual del 5,77 por ciento.
Interna
El Partido de los Trabajadores ( PT), que lidera Lula, se mostró contrario a retomar los impuestos, con el argumento de que esa medida tendría un impacto directo sobre las clases más pobres.
Según el PT, el Gobierno debería primero revisar las políticas de la estatal Petrobras, que fija los precios de los combustibles en el mercado interno en función de las oscilaciones que se registran en los mercados internacionales de crudo.
Las estimaciones de la Asociación Brasileña de Importadores de Combustibles (Abicom) apuntan a que el aumento será 0,68 reales por litro en las estaciones de servicio, señaló Gazeta Brasil. Es decir, alrededor de 0,13 dólares por litro.
Haddad había rechazado la extensión cuando el ministro de Economía de Bolsonaro, Paulo Guedes, le propuso darle continuidad una vez que los resultados electorales dieron a Lula como ganador.
Fuente: Bae negocios