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El 30% de la energía consumida por Uruguay en febrero se compró al país vecino. ¿Por qué es más conveniente?

La estatal UTE decidió importar energía eléctrica desde Brasil para paliar la falta de producción de energía a través de sistemas hidráulicos, fuertemente afectados por la sequía que afecta a todo el país y ya comprometió las proyecciones de crecimiento.

La decisión, tomada luego de que la empresa registrará un 2022 con excedente de generación que exportó en su mayoría a Argentina, respondió a una cuestión de precios, luego de que a mediados de enero se recurriera a la generación térmica, una medida insostenible en el tiempo considerando sus costos.

El precio de la energía proveniente desde Brasil oscila entre los 60 y 100 dólares por megavatio-hora (MWh), esto es hasta tres veces más barato de lo que sale un MWh de generación térmica para UTE.

 

En la planta de Punta del Tigre el valor es de 260,5 u$s/MWh, mientras que en el caso del ciclo combinado abierto asciende a 285,8 u$s/MWh, según una recopilación de la consultora Exante en base a datos de la empresa estatal y de SEG Ingeniería.

 

 

En los últimos días de enero, UTE pagaba 1,5 millones de dólares diarios a Ancap para mantener operando las plantas termoeléctricas.

La electricidad importada desde Brasil cubrió casi el 30% de la demanda de lo que va de febrero, lo que representa una importación de unos 172 gigavatios hora (GWh) a través de estación conversora de Melo-Candiota.

La sequía, además de impactar en los costos de generación de energía eléctrica, está afectando la matriz energética del país, casi en su totalidad dependiente de energías renovables.

La composición de la generación de electricidad en lo que va del año dependió solamente en un 74% de fuentes renovables, mientras que en 2019 se había alcanzado el 98%.

Fuente: Ambito