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La sequía afecta a la actividad agropecuaria en el centro y el norte del país. Preocupan la baja de ríos y la posibilidad de incendios.

La baja del caudal de los ríos, la falta de lluvia y el cambio climático profundizan su efecto en extensiones donde se desarrolla actividad agropecuaria en la zona norte y centro de nuestro país. Según un informe realizado por el Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica (SISSA), el 54,48% del país está atravesado por las sequías. Uno de los motivos es la continuación del fenómeno de La Niña, que ocasionó incendios en la provincia de Corrientes. La secretaría de Agricultura había anunciado en diciembre una ayuda económica para productores por las heladas tardías.

Uno de los distritos más afectados es el de Santa Fe, donde los departamentos del norte ven golpeadas su producción agropecuaria e incluso peligra el abastecimiento de agua. Jorge Mercau, presidente de la Sociedad Rural de Tostado, detalló para radio UNO que en esa zona hay entre 3.000 y 4.000 vacas muertas por la falta de lluvias. “La única solución inmediata para un tercio del departamento es que Santiago del Estero abra las compuertas del río y que tengamos caudal normal”, señaló.

El Río Ceballos, en Córdoba, está en Emergencia del Sistema de Provisión de Agua Potable, por lo que esa región se prohíbe llenar piletas, lavar vehículos o realizar riegos, mientras el consumo de agua crece por las altas temperaturas. La Bolsa de Comercio de Córdoba estimó que la sequía provocó la perdida de 900 millones de dólares por la recaudación de cosecha fina, con respecto a los valores de la anterior campaña.

En la provincia de Salta, este martes se reunieron productores del sector ganadero con el ministro provincial de Producción y Desarrollo Sustentable, Martín de los Ríos, para analizar la declaración de la emergencia agropecuaria. El funcionario admitió que “la situación meteorológica no se regularizó” y apuntó que los feed-loot tienen rentabilidad negativa junto con las consecuencias que están padeciendo los pequeños y medianos productores.

Mientras que se informó que 6,09% de la provincia está tomada por sequías severas y moderadas, la Bolsa de Cereales de Entre Ríos sostuvo que “el efecto que esta situación tendrá sobre la producción de granos a nivel nacional es bastante obvio”, señalando que se atrasarán las siembres y que transitan “un escenario de extrema austeridad en los niveles de producción”.

El estrés hídrico, que amenaza con la posibilidades de incendios, afecta también a la provincia de Corrientes. Un estudio del INTA en esa provincia determinó que hay un total de 10.543 hectáreas de producción forestal fuertemente afectadas. El gobernador Gustavo Valdés prorrogó hasta julio del 2023 la Emergencia Agropecuaria, que implican una postergación en los vencimientos de impuestos y créditos provinciales y asistencias dispuestas por el ministerio de Producción Nacional.

“No se pudo sembrar casi nada y las fechas de la ventana más óptima se nos van, entonces entramos en una cuenta regresiva que nos preocupa porque lo que está sembrado queda comprometido y lo que no se pudo sembrar está pendiente sin saber si las lluvias ayudarán a completar la superficie”, indicó a La Gaceta de Tucumán Roberto Palomo, dirigente de Apronor. Se estima que en Tucumán lloverá a partir de la segunda quincena.

En Formosa, los departamentos de la zona oeste son los más afectados. “Tuvimos algunas lluvias parciales que no alcanzaron a cubrir todos los requerimientos pero sí a paliar la sequia”, aseguró Alfredo Maglietti, presidente de la Sociedad Rural de la provincia, para el diario El Comercial. Entre las complicaciones que provoca la sequía, indicó que no se limita a “la falta de pastura sino también porque los pozos desde donde se proveía el agua para la hacienda están secos”.

Las consecuencias han afectado también a las atracciones turísticas, como es el caso de Misiones donde el salto de Paca, ubicada en el centro de la provincia, se quedó sin caudal de agua en su cascada de casi cincuenta metros. Lo mismo ocurrió en el balneario santafesino El Cristal, declarado como Reserva de Vida Silvestre, donde la laguna se secó totalmente.

Fuente: Ambito