La División Delitos contra El Automotor de la PFA realizó una investigación exhaustiva del negocio con más de 50 millones de dólares en material incautado. El insólito caso en Neuquén y los vehículos que cruzan el país
El negocio es viejo pero no muere. Todo lo contrario. Hasta septiembre pasado se robaron, en promedio, 102 autos por día en todo el país durante 2022. La proyección sobre el tercer trimestre indica que habría un 17% más de ilícitos que el año pasado, según los datos del Registro de la Propiedad Automotor. Este año sería entonces, en promedio, el más alto de los últimos cuatro años de acuerdo a estos datos oficiales. Así, de cara a este nuevo auge, la reventa de repuestos robados y el esquema de desarmaderos se reinventaron con nuevos trucos.
El negocio siempre se trató de una modalidad mixta. Hoy, sigue de la misma forma. Los operadores truchos que ofrecen repuestos robados se mezclan en el hampa con los locales legales que ofrecen material manchado de sangre para evitar el pago de impuestos. Muchos, aseguran investigadores, se volcaron a Facebook Marketplace u otras plataformas online para la venta al menudeo. Allí, emplean perfiles con nombres falsos.
Los valores aumentaron de la mano de los movimientos del hampa y de la inflación. Volkswagen Gol, Renault Kangoo, Chevrolet Classic, Renault Clio y Chevrolet Corsa son los cinco autos más robados según los datos de la Superintendencia de Seguros de la Nación, los ladrones prefieren los autos de gama media, solo un 14% de los vehículos robados son importados. Así, un motor completo de estos autos de gama media pasó a valer en los últimos dos años en en el mercado negro de 200 mil a 400 mil o 500 mil pesos.
Sin embargo, la ruta de estas autopartes no es la misma de siempre. En 2022, se volvió literalmente federal. Los vehículos que se roban en Capital o el Conurbano terminan en el interior del país, según descubrió una extensa investigación la División Delitos del Automotor de la Policía Federal –que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales- que marcó un cambio de paradigma en la planificación estratégica, para atacar el negocio de forma macro.
Los detectives fueron más allá de los típicos comercios y talleres en la calle Warnes en Villa Crespo, o en el circuito del primer y segundo cordón del Conurbano. “Antes los autos se trataban de cortar en CABA o en el primer anillo del conurbano, se almacenaban en talleres pequeños y luego iban a depósitos más grandes”, asegura una fuente clave en la materia: “Ahora, van más lejos. Esos depósitos grandes empezaron a correrse porque los estábamos persiguiendo. Todavía hay pequeños depósitos artesanales, desguazan para menudeo rápido, pero el traslado es hacia el interior”, completa.
En julio de este año, la División llegó a la zona de Centenario en Neuquén para allanar un predio a cielo abierto, una hectárea en medio de la estepa patagónica. El lugar era un desarmadero que operaba a simple vista, apenas disimulado por un cerco de esterillas. Para los investigadores, se trataba, probablemente, del mayor lote ilegal de autos y autopartes robadas en toda la Argentina. Parecía literalmente un estacionamiento, había decenas de carrocerías, un Audi modelo 2012 en muy buen estado se oxidaba al viento. Se encontraron otros tres puntos vinculados al predio, 31 personas terminaron detenidas. Se calcula que había casi tres mil autos en proceso de desguace, entre motores, alternadores y puertas sueltas.
El precio final de todo el lote, calculan investigadores en la PFA, podría superar los 50 millones de dólares.
El lote tenía una curiosidad. No todos los autos venían de la Patagonia. Algunos, por ejemplo, venían de Córdoba.
Lo mismo ocurrió en una serie de talleres en San Miguel de Tucumán, con 90 millones de pesos en material. Allí, se identificaron autos de San Juan, así como vehículos porteños y bonaerenses que tenían pedido de captura. Hubo otros operativos a lo largo del año, con golpes que llegaron incluso al autódromo Gálvez.
Por lo pronto, el juego del repuesto robado no lo encabezan grandes capos, no hay reincidentes seriales o grandes señores, una gran diferencia, con, por ejemplo, los esquemas narco. “Se trata de cuentapropistas, pequeños operadores” que enlazan a ladrones y mecánicos, sigue una fuente clave.
Fuente: Infobae