Desde la entidad agropecuaria ratificaron su preferencia por un régimen cambiario unificado en vez de la proliferación de tipos de cambio sectoriales
Las versiones sobre una posible reedición del “dólar soja” para diciembre que circularon los últimos días incluyeron el dato erróneo de que la Sociedad Rural Argentina podría estar negociando con funcionarios del Gobierno para impulsar esa medida. Pero desde la entidad agropecuaria aseguraron oficialmente a iProfesional que no existen negociaciones en curso, contradiciendo rumores que se habían difundido desde ámbitos políticos.
De hecho, en la primera edición del régimen cambiario especial para los productores sojeros, en septiembre pasado, las autoridades de la Sociedad Rural habían manifestado su preferencia por un régimen de tipo de cambio único en vez de recurrir a incentivos sectoriales temporarios, como los que han proliferado en la gestión de Sergio Massa en el ministerio de Economía.
Por otra parte, aclararon desde la Sociedad Rural que no mantienen negociaciones con el Gobierno en forma directa, sino que todos los temas de la agenda agropecuaria son abordados a través de la Mesa de Enlace, que compone junto a la Federación Agraria, Coninagro y las Confederaciones Rurales Argentinas.
Las versiones sobre el nuevo “dólar soja” se intensificaron a partir de la erosión en la posición de reservas del Banco Central, que en lo que va de noviembre ya tuvo que resignar más de u$s900 millones.
Por otra parte, la persistente sequía que está afectando al campo llevó a que se volvieran a revisar a la baja las proyecciones para los principales cultivos en la próxima campaña. Por caso, la Bolsa de Rosario, recortó la semana pasada a apenas 11,8 millones la previsión de la campaña de trigo, la mitad de lo cosechado el año pasado.
La lluvia trajo algo de alivio para la campaña de siembra sojera, que venía retrasada, y tomó velocidad en las zonas que recuperaron la humedad del suelo. Pero no hay grandes esperanzas de que cambie la perspectiva del trigo, el cultivo que hace el aporte de dólares durante el verano. Y los economistas mantienen su pesimista pronóstico de una caída de u$s10.000 millones en el aporte del campo a la exportación del 2023.
Esto es lo que pone el mayor grado urgencia en el Gobierno, dado que el trigo es el cultivo que hace el principal aporte de divisas durante los meses de verano. Con las dificultades climáticas de este año, la perspectiva es de un mayor riesgo de turbulencia cambiaria. Y es esa la situación que disparó los rumores sobre un nuevo incentivo para los sojeros, dado que permanece en silobolsas mercadería por unas 10 millones de toneladas. A los actuales precios del mercado internacional, eso implicaría unos u$s5.300 millones
Nuevo dólar soja: no llegó pero ya se hace notar
El mercado está lejos de ver una unanimidad respecto de la conveniencia de repetir el tipo de cambio preferencial para los sojeros. Después de todo, la experiencia de septiembre, que fue exitosa en la captación de dólares, tuvo algunos efectos colaterales que se están sintiendo hoy.
En principio, el costo fiscal ascendió a unos $400.000 millones, resultado de que el Tesoro debiera asumir la diferencia de comprar divisas a $200 y venderlas al tipo de cambio oficial de $147. Esto fue lo que motivó a que los economistas hayan calificado a esa propuesta de Massa como “un caballo de Troya”, junto con advertencias de que el alivio sería pasajero, porque los pesos que se volcaron al mercado constituirían el combustible que haría despegar nuevamente la brecha del dólar paralelo.
Pero no fue el único efecto negativo: en septiembre se incrementó la presión de los precios por parte de los sectores que usan a la soja como insumo. Un ejemplo de ello fue el aumento casi instantáneo de 30% que habían sufrido los pellets de soja requeridos por los tambos como alimentación para las vacas.
Pero el principal efecto negativo que se había pronosticado era el del bajón exportador del “día después”. Fue algo que quedó en evidencia con la recaudación de la AFIP en octubre: el ingreso por derechos de exportación tuvo un desplome de 75% respecto del mes anterior.
Y en cuanto a la exportación, las cifras son elocuentes: en octubre, la liquidación promedio diaria del agro bajó a u$s60 millones diarios, una cifra muy modesta no sólo en comparación con los u$s400 millones diarios de septiembre sino también respecto de los u$s150 millones de agosto.
Y lo paradójico es que, según analistas del negocio agropecuario, son justamente los rumores sobre un nuevo “dólar soja” lo que está haciendo que la situación haya empeorado aun más en noviembre, con un promedio de liquidaciones diario de apenas u$s48 millones en el arranque del mes.
A ese ritmo, en todo el mes a duras penas se podrá llegar a una liquidación de u$s1.000 millones, la mitad de la cifra récord que se había registrado en noviembre del año pasado. Esa venta a “cuentagotas” podría hacer que el nuevo dólar soja se transforme en una especie de profecía autocumplida: como los productores esperan que llegue, entonces reducen más la exportación, con lo cual la “sequía” de divisas se torna más acuciante.
Lo cierto es que -en una situación análoga a lo que ya le pasó al Gobierno con los acuerdos de precios- hoy ya se están viendo algunos de los efectos de la aplicación del “dólar soja” sin que la medida haya sido efectivamente anunciada. Además del freno en las ventas, también surgió la inquietud de quienes usan este cultivo como insumo para su actividad: en los últimos días se vieron conductas defensivas de empresarios ligados a la actividad tambera, a la ganadería y al sector aviar, que adelantaron compras por si el precio se encarece el mes próximo.
Fuente: Iprofesional