La consultora estadounidense marcó que produce más crudo en los primeros 90 días que un pozo en Permian. También resaltaron la calidad y sus oportunidades.
Según el reporte, la investigación de 2019 “concluyó que las propiedades geológicas de Vaca Muerta eran comparables a las principales formaciones de los Estados Unidos y que era un sitio prometodor”. Al compararlo con el 2022, “el punto de equilibro técnico promedio de pozos para Vaca Muerta está en línea con los principales campos no convencionales de Estados Unidos.
Al hablar de productividad, McKinsey & Company destaca que Vaca Muerta supera en los primeros 90 días a la producción de un pozo similar en la formación Permian, el principal play de shale oil de Estados Unidos, ubicado en Delaware. “En 2021, los pozos de Vaca Muerta lograron una producción máxima de 82 mil barriles de petróleo contra los 76 mil de Delaware. Las últimas tres campañas anuales incluso han producido un acumulado un 23% mayor”, explica el informe.
Otra cosa destacada en el reporte, es que el shale de Vaca Muerta está en la gama más ligera de petróleos y posee un bajo contenido de azufre, especificamente menos del 0,5%. Esto permite refinar y producir nafta de manera más sencilla, mejorando las oportunidades de exportación de combustible.
“Es lógico que el petroleo de Vaca Muerta podría colocarse en mercados como Europa (Francia, Italia y el Reino Unido), o Asia oriental (China, Corea y Singapur)”, explica McKinsey y agregan: “Esto se debe a su similitud con el crudo liviano de Estados Unidos”.
La consutora advierte que el yacimiento “requerirá al menos u$s45 mil millones durante los próximos 10 años” para el desarrollo necesario, pero también que “podría ayudar a superar los cuellos de botella de infraestructura, y podría ser alentado por una reducción en el perfil de riesgo expuesto”. De aprovecharse, el impacto económico de Vaca Muerta podría traer ingresos de entre u$s58 mil millones y u$s70 mil millones. Con un mayor nivel de actividad, también incrementaría la participación de la industria en el PBI, pasando de un actual 1,4% a un 8,4% para 2032.
Fuente: Ambito