Ya se estiman millonarias pérdidas por las demoras en zarpar de los puertos, la imposibilidad de amarrar y la menor cantidad de mercaderías transportadas para evitar encalles.

La bajante provoca pérdidas millonarias, que todavía no fueron calculadas. El tiempo extra de amarre y las menores cantidades transportadas recargan los costos en dólares del envío de mercaderías a otros países, o incluso, de puerto a puerto local.
La Bolsa de Comercio de Rosario y el gremio de los prácticos, que guían a los buques, advirtieron por las dificultades en las operaciones. Ya se estiman pérdidas de entre u$s30.000 y u$s50.000 diarios por cada embarcación varada.
Pero también están afectadas las importaciones y el abastecimiento de la zona del Litoral argentino. En Corrientes desplegaron un operativo terrestre de emergencia para distribuir combustibles por la imposibilidad de tránsito de las barcazas petroleras.
“La operación en los puertos oleaginosos del Gran Rosario demanda cuidados especiales para evitar que los barcos queden varados. Así es cómo desde la ciudad puede verse una larga hilera de cargueros anclados en el canal, a la espera que les den luz verde para cargar sus bodegas”, describió El UNO de Entre Ríos.
El nivel de aguas del Paraná quedó a 44 centímetros del récord histórico
En el puerto de Santa Fe la altura media del agua ronda los 2,84 metros, mientras que el alerta se ubica en 5,30. El Instituto Nacional del Agua (INA) estimó que esta semana mantendrá oscilante en los 2 metros.
La bajante es pronunciada, pero todavía se mantiene lejos de la marca de 2009, cuando el Paraná bajó a 1,53 metros. Los otros niveles históricos se registraron en 2006, con 1,85 metros, y en el 2001, con 1,60 metros. En septiembre del año pasado la falta de lluvias provocó un descenso del agua hasta 1,86 metros.
Fuente: Ambito