Un ingeniero agrónomo compartió en Twitter la imagen de lo que gastó por el combustible; por casi la misma cantidad de combustible pasó de 1400 a 10.000 pesos
Horacio Esteban Repetto tiene 59 años, es ingeniero agrónomo y actualmente preside el Colegio de Ingenieros Agrónomos de la provincia de Buenos Aires. Ayer publicó la fotografía de un ticket en las redes sociales donde refleja la diferencia entre lo que gastó en 2018 para cargar gasoil y lo que pagó en los últimos días por la misma cantidad de combustible. La diferencia sorprendió a sus seguidores, quienes replicaron el posteo.
En diálogo con LA NACION, explicó: “Encontré eso buscando en un cuaderno muy viejo, la factura del 2018, y justo había cargado gasoil. Cada tres o cuatro días cargo y justo vi la factura. Hay un litro de diferencia, pero eran prácticamente los mismos litros de gasoil y me impactó el cambio en tan pocos años”, dijo.
En la publicación que hizo en Twitter, Repetto, que trabaja en el asesoramiento de productores agropecuarios en la zona de Azul y Tandil, contó que por la misma cantidad de litros de gasoil que había cargado en 2018 había pagado $1400. En cambio, el 7 de julio de este año tuvo que desembolsar $10.002,91. “No es ninguna novedad para nosotros lo que aumentó el gasoil en estos años”, señaló sobre el problema del aumento de los combustibles.
El 9 de mayo de 2018 cargó 47,70 litros de diésel V-Power Nitro por $29,35 el litro. En tanto, viene de cargar 46,9018 litros de Infinia diésel a $158,25. “Ahora estoy en un sector en el que estoy viendo un parque eólico, cultivos, ganadería, y pienso que nosotros estamos en un país rico y somos pobres. Esto es de una tristeza enorme”, indicó.
“La primera vez que uno carga y pasa de 9000 a $10.000 es algo que no pasa desapercibido para ninguna persona. Esto fue la segunda vez”, afirmó.
Contó que los problemas de la economía del país “le pegan” puntualmente “como profesional independiente”. En las redes sociales indicaron que desde el primer ticket “habían pasado muchas cosas” en el medio. “Soy asesor y hago tasaciones de siniestros agrícolas y me pega como a todos”, puntualizó.
“Yo tengo un ejemplo muy cercano, porque mi hermana menor es ciudadana australiana, vive hace más de 20 años en Australia, un país con menos recursos que la Argentina y es rico, donde no hay un solo pobre. No existe la pobreza. Particularmente me produce un dolor terrible, por otro lado, entiendo a la juventud que está mirando hacia afuera. Mi hermana es psicopedagoga y su marido es biólogo marino. Mirá si se hubiesen quedado en este país, allá tienen un pasar que no te das una idea con esas profesiones. Es muy triste. Yo lo vivo como algo muy triste”, afirmó.
La actividad de siniestros agrícolas, explicó, empieza en noviembre y termina en mayo. En este caso, se analiza toda la temporada donde puede haber daños a los cultivos, como heladas, vientos fuertes y granizo.
Fuente: La nacion