El plan oficial de reabastecimiento de gasoil para el campo y los transportistas concentró las miradas de los sectores de los hidrocarburos y agroexportador. Ahora, la duda pasa por saber cuándo se normalizará la provisión del combustible.
Para facilitar la operación, el Gobierno les permitió a las empresas de hidrocarburos desgravar la carga fiscal del Impuesto a los Combustibles Líquidos sobre el gasoil importado, permitiendo así aliviar la presión sobre los costos de importación. La otra medida que se analizaba -y no se descarta aplicar en el futuro- es eximir a las refinadoras del pago del arancel previo para disponer el producto en plaza. Se trata de un canon que se abona antes de que llegue el embarque a tierra para evitar incumplimientos de pago. Para poner en práctica este beneficio no hace falta un DNU.
Entre marzo y mayo pasados se despacharon 3,9 millones de m3 de gasoil, lo que representa un volumen récord frente a los niveles de prepandemia, ya que resultaron un 12% más que en 2019 cuando se despacharon 3,4 millones de m3. Pero la reactivación económica en el campo y las industrias generó un 20% extra de necesidad de combustibles y el debate que se viene redundará en la posibilidad de sostener el nuevo corte más allá de los 60 días.
El precio del biodiésel publicado por la Secretaría de Energía para junio es $185.785 la tonelada más IVA, a retirar de fábrica. Algunos productores aseguran que con ese valor apenas llegan a cubrir los demás costos de la actividad como salarios, insumos, costos de estructura y los financieros. Cobran a los 45 días de la entrega. Ese valor hoy equivale a $164.420 por m3. “Por encima del 7,5% el precio se pacta libremente entre refinadores y productores de biodiésel. O sea, convivirán dos precios. Además, hay posibilidades que los refinadores agreguen biodiésel de manera voluntaria, de hecho, antes de la medida, en el último mes, se operaron 30.000 toneladas adicionales de biodiésel”, analizó Claudio Molina, director de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno. Pero para incrementarlo, se debe importar más gasoil, gastar más dólares y tensar más la cuerda con el FMI.
En una primera etapa, en los próximos 10 días, la producción de biodiésel crecerá a 75.000 m3 mensuales y servirá para aplacar -en parte- el exceso de demanda de gasoil en el Interior, principalmente en el Norte del país. Fadeeac asegura que solo tres provincias tienen abastecimiento normal: Neuquén, Chubut y Tierra del Fuego. En el resto se detectaron cupos, largos tiempos de espera y precios más elevados que los oficiales en surtidor. Hoy los cupos de carga son de 20 litros por unidad, cuando un camión necesita entre 35 y 40 litros promedio para recorrer 100 kilómetros.
En el tema precios se autorizó una suba del 12% promedio nacional en el gasoil para equiparar el costo de compra al exterior, ya que las refinadoras traen el producto de alta calidad (grado 3) que aquí no pueden obtener en grandes cantidades por falta de tecnología a u$s120 el barril de crudo, cuando en el mercado local el petróleo se paga entre u$s68 y u$s70. Así, el litro del Grado 2 de YPF en la Ciudad de Buenos Aires trepó a $128,10, mientras que Axion (PAE) lo llevó a $135,80 y Shell (Raizen) a $137,20. En tanto, el gasoil premium se ubicó a $175 en YPF y Axion y a $179,90 en Shell. Entre las tres suman más del 90% del mercado de combustibles.
A pesar del ajuste de precios, por la escasez que reina el litro de “gasoil blue” se llegó a pagar $289 y podría saltar a $300 esta semana, la sexta seguida de desabastecimiento. La normalización plena podría verse recién en 15 días. En los distritos de frontera el consumo creció 30% y la obligación es cobrarlo $240 para los vehículos de patente extranjera, aunque hay estacioneros que aplican sobretasas de carga aún mayores. Ahora los camioneros internacionales lo piensan dos veces: en Brasil cuesta 1,46 dólar y aquí, con precio blue, sale 1,33.
Previo a las medidas, la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustible (CEPREB), que representa a unas 30 pymes, tuvo varias reuniones con el secretario de Energía, Darío Martínez, para evaluar alternativas y soluciones. “Teniendo biodiésel disponible es una locura seguir sin resolverlo”, le dijeron.
Desde la Cámara Santafesina de Energías Renovables (CASFER) remarcaron que el plan oficial ayudará a paliar situaciones coyunturales, como la actual escasez de gasoil, beneficiando la cadena de agregado de valor de la agroindustria. Ahora quieren que se sostenga en el tiempo. Santa Fe tiene el 80% de la capacidad instalada industrial de producción de biodiésel del país, con grandes empresas que exportan junto a pequeñas y medianas, que atienden el mercado doméstico. La calidad del biodiésel santafesino es de nivel internacional, recordaron.
La empresa Energía Renovable SA (Enresa) ubicada en Catriló, La Pampa, trabajaba hasta ahora al 55% de su capacidad, con un cupo de entrega mensual de 2.500 toneladas de biodiésel. Tras la decisión del Gobierno su operación llegará al 80% y la producción puede alcanzar las 4.500 toneladas.
En Córdoba aseguran que la medida es un “paliativo” y desempolvaron un proyecto de ley del bloque Córdoba Federal que propone elevar el corte al 20%.
Además de Santa y Córdoba, los biocombustibles emplean a más de 10.000 personas en zonas donde nunca antes hubo industrias y también potencia las economías regionales de Santiago del Estero, San Luis y Entre Ríos. Abril y mayo son los meses de mayor actividad en las plantas de molienda de granos de Argentina, que conforman uno de los mayores complejos agroindustriales del mundo.
Fuente: Ambito