Es la pickup mediana más extrema fabricada en serie. Refuerzos en el chasis, amortiguadores de competición y un motor de 213 caballos con una caja de 10 marchas.
Ford Ranger Raptor. Fabricada en Tailandia, la suspensión y el chasis de esta camioneta fueron modificados respecto de las versiones convencionales para poder soportar un uso extremo.
Un vehículo como una pickup nació con una finalidad específica: ser una herramienta de trabajo.
Y si bien a lo largo de la historia han tenido una evolución sorprendente, su objetivo primario siempre ha sido el de brindar una capacidad de carga a la de un auto convencional y ser capaz de soportar un uso intensivo y por terrenos en el que otros vehículos no podrían pasar o se deteriorarían muy fácilmente.
Ford Ranger Raptor. Su conjunto mecánico permite encarar cualquier camino con decisión y energía.
Por eso, las camionetas siempre han sido robustas, resistentes y hasta rudimentarias para poder soportar un cotidiano trabajo exigente. Cualquiera podría reconocer por lo tosco de sus movimientos que se encuentra a bordo de una pickup inclusive con los ojos cerrados.
Pero lo que acaba de presentar Ford de manera oficial en nuestro país excede cualquier antecedente: la Ranger Raptor es una pickup pero no fue concebida para el trabajo, sino que su finalidad es ofrecer un alto rendimiento fuera del asfalto. Y vaya que lo logra.
Así como hay marcas que toman como base un auto convencional y lo transforman para que tenga una gran performance en pista (Ford lo ha hecho con variantes RS o ST del Fiesta y el Focus, entr otros), la marca del óvalo hizo algo parecido pero con una herramienta de trabajo como plataforma y para que sobresalga en donde no hay caminos.
La división Ford Performance tomó la pickup Ranger y la modificó para convertirla en un vehículo de precisión para superar obstáculos con velocidad.
A diferencia de otras pickups y de otros modelos “especialistas” en materia de off road, esta Raptor es capaz de pasar por una loma lo suficientemente rápido como para despegarse del suelo y aterrizar como si nada hubiera pasado.
Y repetirlo una vez y otra vez y otra vez y otra vez…
Ford Ranger Raptor. Pedal a fondo en el campo de pruebas de Alta Gracia, Córdoba.
Lo primero que se hizo en este modelo fue modificar el chasis. Se utilizaron aceros de alta resistencia, se hicieron nuevos soportes para las suspensiones, lo que terminó generando unas trochas más anchas respecto de la Ranger normal; y se reforzaron distintas zonas.
Estos cambios fueron necesarios para soportar el castigo que puede recibir este modelo y para poder integrar el nuevo esquema de suspensión. En la parte trasera se optó por un esquema que en lugar de elásticos, como usa la gran mayoría de las pickups, lleva espirales.
Es por eso que su capacidad de carga está limitada en 700 kilos, en lugar de la tonelada que una camioneta de este tamaño es capaz de cargar.
Para la suspensión delantera se usaron unos nuevos brazos dobles de aluminio y se agregaron amortiguadores de competición Fox Racing Shox, que ofrecen, por un lado, una amortiguación variable y, por el otro, un recorrido más amplio.
Sólo así se explica que aterrizar después de un salto con esta pickup sea la misma sensación que la de cruzar un badén de bocacalle con un auto muy confortable.
Ford Ranger Raptor. Más ancha, más alta. Su anchura supera por 178 mm a la versión normal y el despeje es de 283 mm.
El apoyo con el suelo se completa con unos neumáticos BF Goodrich All-Terrain (285/70 R17), diseñados especialmente para este modelo, que brinda un buen rendimiento sobre tierra, barro, arena y nieve, pero que también, gracias a su flexión, tiene responsabilidad en el confort de marcha de la camioneta.
Debajo del capó lleva un motor de 2.0 litros biturbo que entrega 213 caballos de fuerza. No hay tanta diferencia respecto de la versión más potente de 200 caballos que se fabrica en la Argentina. Incluso los 500 Nm de torque (fuerza máxima del motor) están muy cerca de los 470 Nm que entrega la chata local.
La diferencia la hace con una caja de cambios automática de 10 marchas que permite aprovechar mejor al motor. La tracción es 4×4 (con caja reductora) y gracias a un sistema de gestión puede ofrecer hasta seis programas: Normal, Sport, Grass/Gravel/Snow, Sand/Mud, Rocks y Baja. Esta última variante es la que está pensada para ir rápido por terrenos irregulares.
Ese fue el programa que usó Clarín a bordo de esta Ranger Raptor en un circuito combinado de asfalto, ripio, tierra y arena especialmente diseñado. Sobre asfalto, y forzando el límite de adherencia, la sensación es que la carrocería se inclina hasta cierto punto y a partir de allí recorre bien con buen apoyo la curva.
Ford Ranger Raptor. En el interior casi no hay diferencias respecto de las versiones que se fabrican en el país
La transición a la tierra, también en plena curva, solo es percibida por una pequeña “ida de trompa” inicial y un lógico patinamiento del eje trasero que es contenido por el control de tracción, pero con presencia más permisiva.
Una vez que las ruedas delanteras apuntaron hacia una loma que atravesaba el camino, el salto era inevitable. Ver videos previos ayudó a forzar esa maniobra, no a evitarla.
Pero lo más sorprendete fue su aterrizaje: el nivel de amortiguación que ofrece la suspensión es sencillamente extraordinario. El contacto con el suelo luego de haber estado volando es suave. Y no hay ninguna exageración en esta afirmación.
Se siente mucho más el paso de un auto convencional sobre un lomo de burro que el aterrizaje de la Ranger Raptor después de haber pegado un salto.
Por supuesto que como vehículo “especial” su precio también tiene esa categoría, ya que cuesta 52.900 dólares (el mismo valor que en la preventa).
Ford Ranger Raptor. Motor Diésel 2.0 litros, biturbo, de 213 caballos.
No hubo oportunidad de probar más en ruta o en ciudad. Aunque al que busque este modelo, muy poco le debe importar.
Fuente: Clarin