El CEO de la automotriz se refirió al Mercedes-AMG Project One, que sigue demorado.
El director ejecutivo de Mercedes-Benz, Ola Källenius, reconoció que el consejo de supervisión de la automotriz debe haber estado “borracho” cuando decidió aprobar la producción del AMG One, un espectacular vehículo deportivo.
El Mercedes-AMG One es un súper deportivo que deriva de un prototipo presentado en 2017 ante el público en el Salón de Frankfurt. Allí fue el mismísimo Lewis Hamilton quien se encargó de presentarlo en sociedad. Desde entonces el proyecto sufrió varias demoras.
“El equipo de AMG y el brazo de Fórmula 1 de la división de alto rendimiento se acercaron a nosotros hace unos cuatro años y nos dijeron: ‘Tenemos una gran idea, pongamos un motor de Fórmula 1 en un auto de calle’”, contó Källenius a Autocar en una entrevista reciente. “Tendré que volver para revisar las actas de la reunión, pero estoy seguro de que estábamos borrachos cuando dijimos que sí”, bromeó.
Un problema que Mercedes-Benz tuvo que superar fue lograr que el tren motriz cumpliera con los estándares de emisiones WLTP que requieren el uso de un filtro de partículas de nafta. Ante la prensa, Källenius agregó que darán noticias sobre el AMG One “en un par de semanas”.
La jefa de marketing de la automotriz, Bettina Fetzer, también le dijo a Autocar que compartirán un “documental muy honesto” sobre el progreso del proyecto.
Solo 275 ejemplares del Mercedes-AMG One están destinados a la producción, cada uno con un precio de 2,4 millones de dólares.
Cómo es el Mercedes AMG One
El Mercedes AMG Project One lleva motor de F1: un V6 de 1,6 litros de más de 670 CV, que en conjunto con cuatro eléctricos entrega más de 1000 caballos de fuerza. Mercedes no lo especificó pero algunas fuentes aseguran que podría llegar a los 1200 caballos.
Como dos de esos motores mueven las ruedas delanteras, se trata de un auto de tracción integral. Además, pueden recuperar hasta un 80 por ciento de la energía generada durante la frenada.
La diferencia con el V6 del auto de F1 es que en el Project One puede girar a “solo” 11.000 revoluciones por minuto (rpm), un poco menos que el de carrera. Es para aumentar su durabilidad y que pueda funcionar con nafta de 98 octanos.
Con un chasis monocasco construido en fibra de carbono, la caja automática es de ocho marchas y el control de estabilidad tiene tres modos de funcionamiento: más interventor, con un nivel intermedio o desconectado por completo.
Lo que a la vista llamó la atención de este autazo es la impresionante “aleta” que tiene arriba, que cumple funciones aerodinámicas como cada moldura de la carrocería, diseñada para canalizar el aire de la mejor manera a más de 300 km/h.