El gas se encareció en los mercados de EEUU y Europa. La jugada rusa contra Polonia y Bulgaria y la respuesta de la UE. Alemania e Italia, en alerta.
A media rueda del jueves en las pizarras del Nymex cotizaban a u$s7,184 MMBtu.
Según Natural Gas Intelligence (NGI), los precios al contado del gas en Estados Unidos operaron con alzas y bajas, ya que el mantenimiento de los oleoductos norteamericanos llevó los precios a la baja en algunas regiones, mientras que la demanda más fuerte de lo normal impulsó otras. En promedio, el gas al contado en EEUU escaló 27,5 centavos hasta u$s7,070.
En Europa el gas llegó a subir este miércoles un 24% hasta los 127 euros por megavatio hora, según el índice TTF, la referencia más utilizada en el mercado del Viejo Continente, equivalente a unos u$s40 MMBtu. Luego recortó la ganancia con hasta un alza de 15%. El martes había cerrado a 98 euros por MWh.
La escalada de precios se produjo el mismo día en que la empresa estatal polaca Polish Oil and Gas (PGNiG) confirmó que la rusa Gazprom paralizó el envío de gas a Polonia, a través del gasoducto Yamal Europe. Lo mismo le sucedió a la firma Bulgargaz, de Bulgaria, que también se negó a pagar el gas en rublos. Anualmente Bulgaria importa unos 3.000 millones de metros cúbicos de Rusia (3 Bcm), mientras que Polonia recibe unos 9.000 millones (9 Bcm).
“La pérdida conjunta de Polonia y Bulgaria del acceso al gas ruso no ha tenido un gran impacto en el mercado europeo total, pero es probable que haya una consecuencia más grave si otros países grandes o compradores individuales se ven cortados, como Alemania e Italia”, indicó la consultora energética Rystad.
De los 250 millones de metros cúbicos que Rusia ha estado enviando a la Unión Europea (UE) en los últimos días, unos 25 MMcm/d fueron a Polonia y unos 5 MMcm/d a Bulgaria.
Según los analistas, lo más grave es que ese gas está destinado a otros países europeos, y Gazprom ya amenazó a los polacos y búlgaros con nuevos recortes si Varsovia o Sofía se quedan suministro para sus otros clientes. “Bulgaria y Polonia son países de tránsito. En caso de retirada no autorizada de gas ruso entre las cantidades en tránsito hacia países terceros, los envíos de tránsito serán reducidos en las mismas cantidades”, advirtió el gigante ruso.
Según Gazprom, 10 de sus compradores europeos de gas ya abrieron cuentas especiales en rublos en Gazprombank, y cuatro ya efectuaron pagos en esa moneda.
En este marco, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acusó a Rusia de “chantaje” por cortar el gas en plena guerra de Ucrania y aseguró que Bulgaria y Polonia serían abastecidos “por sus vecinos” del bloque. “Hemos estado trabajando para garantizar entregas alternativas y los mejores niveles de almacenamiento posibles en toda la UE. Los Estados miembros han puesto en marcha planes de contingencia para tal escenario y trabajamos con ellos en coordinación y solidaridad”, dijo von der Leyen.
El primer ministro búlgaro Kiril Petkov vistió este jueves Ucrania e instó a Europa a ser “más fuerte” y encontrar “alternativas” al gas ruso. “Tenemos que ser más fuertes, tenemos que ser duros”, dijo Petkov en Irpin, uno de los lugares cercanos a Kiev. Petkov aseguró que su país tiene “alternativas” para reemplazar el gas ruso. “Si nosotros somos capaces, todo el mundo en Europa tiene que ser capaz”, agregó.
Polonia anunció que podría reemplazar las importaciones de gas ruso con gas noruego una vez que el gasoducto Baltic Pipe,con una capacidad de 10.000 millones cúbicos al año, que conecta las redes de gas polaca, danesa y noruega entre en funcionamiento en octubre.
Actualmente, las importaciones rusas aseguran a Europa el 40% de sus necesidades de gas natural y el 30% del petróleo. Por ahora, el gas fluye con normalidad en los otros dos grandes gasoductos con origen en Rusia, el Nord Stream 1, con destino a Alemania, y el que circula vía Hungría, cuyo gobierno es cercano a Vladimir Putin. Sin embargo, la posibilidad de nuevos recortes de gas a países europeos mantiene al mercado en alerta y alimenta la volatilidad.
La atención se centra ahora en otras capitales europeas, especialmente en Alemania, que depende en gran medida del gas ruso con una importación anual de 50.000 millones de metros cúbicos (50 Bcm), aunque por ahora no hubo ninguna reacción de Berlín. “Cualquier comprador que rechace el nuevo procedimiento de pago corre un riesgo muy real de que se le corte el suministro”, dijo Katja Yafimava, investigadora principal del Instituto de Estudios Energéticos de Oxford.
En Roma, el gobierno supervisa la situación minuto a minuto, y aumenta la preocupación de que lo que está ocurriendo en Polonia pueda ocurrir ahora en otros lugares, según dijeron a Bloomberg fuentes cercanas al Ejecutivo, quien añadió que, por ahora, no hay riesgos inmediatos de un corte del gas a Italia. Como medida preventiva, trascendió que Italia, que también es un gran importador de gas ruso, comenzó adoptar medidas para diversificar su suministro.
Al mismo tiempo, las tensiones con el gas provocaron una escalada en el petróleo. Cuando Gazprom cortó el suministro el barril de Brent del mar del Norte para entrega en junio subió 0,31%, a u$s105,32 en Londres; y el barril de West Texas Intermediate (WTI) para igual entrega ganó un porcentaje similar, a u$s102,02 en Nueva York.
Fuente: Ambito