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El cultivo fue beneficiado por la suba internacional del precio de los aceites. La recaudación por retenciones sería de más de u$s1.200 millones. Ahora las miradas están puestas a la próxima siembra de trigo.

El girasol dio el batacazo este año, de la mano de la suba internacional del precio de los commodities y, principalmente, del aceite. Se espera que este año el cultivo aporte a la economía argentina el récord de u$s1.909 millones. Aquellos productores que optaron por este cultivo en la zona núcleo están de festejo, lo mismo que las arcas nacionales que recibirán u$s495 millones y u$s1.202 millones en términos de recaudación fiscal y exportaciones, respectivamente.

La suba internacional de los commodities parece no detener su ritmo, mientras se prolonga el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, los granos alcanzan valores récord pero también sucede lo mismo con el petróleo y los fertilizantes. Una buena y otra muy mala noticia para la economía local.

Por lo pronto, las proyecciones indican que este año el campo aportaría el récord de más de u$s44.000 millones, pero un contexto que además genera presión la suba de la energía, entre otros factores claves.

El dato a tener en cuenta que los precios internacionales de los commodities alimenticios, metalíferos y energéticos se mantendrán en niveles “históricamente altos” hasta fines de 2024 debido a las disrupciones en el intercambio y la producción generadas por la guerra entre Rusia y Ucrania, en lo que representa un “shock” sin precedentes desde la década de los setenta, según anunció el Banco Mundial (BM).

“El consiguiente aumento de los precios de los alimentos y la energía está generando un alto costo humano y económico, y probablemente frenará los avances en la reducción de la pobreza”, explicó Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas que elabora el informe en el Banco Mundial, y agregó que “la suba de los precios de los productos básicos exacerba las presiones inflacionarias, ya elevadas en todo el mundo”.

Entre los diversos commodities, el BM estima que los precios del trigo avanzarán un 40% este año, un récord histórico en términos nominales, lo cual provocará una mayor presión especialmente en los países en desarrollo que dependen de la importación de alimentos.

Asimismo, en el campo energético, se espera un petróleo cuyo barril Brent promediará los US$ 100 durante el año -el nivel más alto desde 2013, mientras que el carbón y el gas natural alcanzarán récords históricos en Europa, con valores que, en el caso del gas, duplicarán a los del año pasado.

Como respuesta a la crisis, los economistas de la entidad recomendaron a los formuladores de políticas en los gobiernos y organismos, focalizar en resolver el desbalance entre la oferta y la demanda.

Además, y en una línea similar a la del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial exhortó a diseñar programas de protección social focalizados, como las transferencias monetarias y de obras públicas, en lugar de fijar subsidios a los alimentos y los combustibles.

Mientras tanto, en lo que respecta estrictamente a la Argentina a partir de esta semana comenzaron a ingresar los dólares de la cosecha de soja y eso será un alivio en las próximas semanas en un marco en el que el mercado comenzó a presionar la cotización de los dólares paralelos.

En abril se espera que el ingreso de divisas del campo supere los u$s3.000 millones y a partir de mayo y hasta agosto próximo ningún mes mostraría una liquidación del campo por debajo de los u$s3.500 millones.

En cuanto a la recaudación por retenciones se espera que el 2022 cierre en torno a los u$s11.000 millones.

De ahora en más las miradas están puestas a la intención de siembra del trigo en un contexto en el que el precio de los granos alcanza máximos pero también lo hacen los fertilizantes.

 

Fuente: Ambito