Los altos precios de la soja llevan a bancos públicos a ofrecer plazos fijos y fondos de inversión, en pesos, vinculados a los ajustes en dólares del campo
El buen desempeño del campo, a raíz de las exportaciones de las commodities que se encuentran en precios récords a nivel mundial, genera que surjan instrumentos de inversión asociados al rendimiento del agro. Entre ellos, se encuentran los plazos fijos sojeros y los fondos comunes atados a ese grano. Esto, en un contexto en el que el plazo fijo tradicional no rinde, incluso después de la suba de tasas por parte del BCRA.
En esta línea, distintas entidades bancarias públicas están ofreciendo particulares herramientas de ahorro del segmento tradicional, destinadas a uno de los principales sectores del país en la generación de ingresos de dólares.
Y van más allá de, por ejemplo, la simple compra de una acción de una empresa vinculada a la venta de materias primas, como puede ser Cresud.
Plazo fijo sojero: cómo funciona
Una normativa del Banco Central (comunicación A 7029) estableció la posibilidad de efectuar inversiones a plazo con retribución variable, con rendimiento determinado en función del incremento de la cotización del dólar estadounidense.
Bajo esta lógica, el Banco Nación ofrece un plazo fijo en pesos con cláusula de interés variable, desde junio de 2020, que está destinada a individuos o personas jurídicas con actividad agrícola. Por ello, para verificar que correspondan a este sector, se recurre a comprobar la constancia de inscripción del titular.
La tasa de interés que ofrece este instrumento sobre el capital invertido no se encuentra predeterminada desde el inicio, sino que depende al movimiento del parámetro cambiario.
Es decir, la actualización del capital se produce en función de la variación de la cotización del dólar, desde “dos días hábiles previos a la fecha de imposición hasta dos días hábiles previos al vencimiento”, indican desde BNA. Por lo tanto, “si la variación resultase negativa, se aplica tasa cero”, aclaran.
En cuanto al capital a invertir, desde la entidad estatal sostienen que debe ser de, al menos, $1.500 y de un máximo permitido de $500 millones.
En detalle, el requisito es que el monto invertido no puede superar el doble de las ventas totales del titular del depósito, en cereales u oleaginosas, registradas a partir del 1 de noviembre de 2019.
En relación al período de colocación de este particular plazo fijo, desde Banco Nación se sostiene que el depósito debe permanecer un mínimo de 60 días y un máximo de 370 días.
Respecto a las colocaciones realizadas con este instrumento, el BNA informa a iProfesional que, según los datos registrados hasta febrero 2021, para esa fecha disponía de 198 certificados vigentes, por un monto de imposición promedio que asciende aproximadamente a $38,5 millones.
Fondo de inversión en soja
Otro de los instrumentos de inversión vinculados al sector agropecuario corresponde al “Fondo de soja”, que fue lanzado por Provincia Bursátil, una de las empresas del Grupo Provincia.
De acuerdo a la entidad bancaria, se trata de una inversión en pesos que “permite obtener resultados que reflejan la performance de la soja en dólares, a través de una herramienta financiera local sencilla con eficiencia administrativa e impositiva”.
En Argentina, la soja se entiende como un refugio de valor, por lo que “es usual que productores agropecuarios retengan mercadería inclusive en momentos que no lo desean”, afirman desde la entidad nacida en la provincia de Buenos Aires.
De acuerdo detallan las fuentes, el SMR Fondo de Soja es el único fondo común de inversión del mercado local que “invierte exclusivamente” en la oleaginosa. De hecho, se sostiene que no existe en Argentina un ETF (índice) de soja, mientras que en Estados Unidos “son bastante caros y poco eficientes”, describe el presidente de Provincia Bursátil, Claudio Ariganello. Este vocero sostiene que SMR Fondo de Soja es “un producto institucionalizado”, autorizado por la CNV y administrado por expertos en los mercados de commodities.
En este marco, la entidad bonaerense, en su rol de comercializador, se constituye “en el puente natural entre el mercado de capitales y la economía real”, completa.
Así, tanto el productor agropecuario, como cualquier inversor con un capital mínimo de $30.000, puede invertir en pesos en este fondo sojero para replicar el valor de la soja en dólares.
La política de inversión de esta herramienta es posicionarse comprado en derivados de soja Matba-Rofex, debido al tamaño del fondo común. De esta manera, los administradores de este instrumento compran “futuros de soja, tanto de posiciones de cosecha como intermedias, para lograr un roleo exitoso y replicar de la mejor manera el valor del grano disponible”, detallan desde la entidad pública.
Entonces, completan desde Provincia Bursátil, que “el productor puede vender soja y tomar posición en el fondo sin riesgos físicos, sin costo de mantenimiento y con importantes eficiencias impositivas”.-
Fuente: Iprofesional