Instalado el miedo de repetir una crisis energética terminal, el ala albertista del Gobierno es más moderada en sus pronósticos y explica sus razones
A pesar que el secretario de Energía de la Nación, Darío Martínez, describió un escenario demoledor para los próximos meses más fríos del año, con incumplimientos en el sumimistro de gas para el sector privado de la economía e incrementos y más penurias para la población que es beneficiaria de tarifas sociales, e instaló el temor de repetir una crisis energética terminal como la que vivió la Nación en el verano de 1988 bajo el gobierno de Raúl Alfonsín, el ala albertista del gobierno es más moderada en sus pronósticos y explica sus razones.
Es que los funcionarios más cercanos al presidente Alberto Fernández no piensan que ese drama que alteró la vida de la gente con asuetos administrativos, bancos que atendían a sus clientes pocas horas por día, reducción de turnos laborales, auge de adquisición de equipos electrógenos y, la foto demoledora de una reunión de ministros en la Residencia de Olivos alumbrados por un Sol de Noche, pueda volver a repetirse en el invierno de 2022.
En ese entonces, el presidente Alfonsín privilegió la actividad industrial e impuso cortes programadas en la Ciudad y en el Conurbano apagando el alumbrado público en las calles.
El Gobierno priorizará el gas a los hogares antes que a industrias
La actual crisis no es por un faltante de electricidad sino por los precios internos de la energía, completamente desalineados de los valores internacionales, que no hacen más que subir acicateados por la invasión de la Federación de Rusia a Ucrania. Y hoy, el gobierno nacional está decidido a priorizar la calefacción de los hogares antes que asegurar gas a las industrias.
Por este incremento de los valores en el mercado mundial, el precio del GNL o gas natural licuado, gas natural que ha sido procesado para ser transportado en forma líquida, es el que más afecta a la economía argentina.
Un ejemplo del uso de GNL como insumo imprescindible para la producción se ofrece en el sector logístico, del transporte, y en la actividad agrícola. Esta dependencia extraordinaria del GNL se torna inevitable en la generación de electricidad a través de energía térmica.
El 66% de la electricidad se explica por el método térmico de generación que utiliza un mecanismo de turbina y generador. Se quema el combustible y la energía térmica se usa para generar vapor a alta presión. Cuando ese vapor se expande, hace girar a una turbina conectada a un generador.
En este sistema, la energía térmica se convierte en cinética, es decir, la energía del movimiento. Ese movimiento, a través de la turbina que impulsa y que se conecta al generador, se convierte en electricidad. Precisamente, lo que podría faltar el próximo invierno y conjuraría el fantasma de la crisis energética de fines de los ’80.
Más allá de las severas advertencias públicas del secretario de Energía, Darío Martínez, a su superior inmediato en el organigrama gubernamental, el ministro de Economía Martín Guzmán, para solicitarle más fondos para su oficina, cuestión que quedó saldada horas después, la misiva sirvió para encender todas las alarmas y lamentarse por la tremenda paradoja de poseer el rico yacimiento de Vaca Muerta, una formación geológica de shale situado en la cuenca neuquina y que posee una extensión de 30.000 kilómetros cuadrados, y poca infraestructura para aprovechar su producción.
No hay tiempo de aprovechar Vaca Muerta
“The Winter is coming” (“El invierno está llegando”), decían con nostalgia por el verano perdido y preocupación por lo que vendría, los protagonistas de Game of Thrones, una popular serie que tenían los mismos sentimientos que Alberto Fernández y compañía y lo peor es que no hay tiempo de aprovechar Vaca Muerta por lo que en el corto plazo hay dos fechas fundamentales que decidirán la suerte del gas para las industrias.
Este martes 29, a través de la empresa estatal IEASA, la administración de Alberto Fernández resolverá la licitación para adquirir seis barcos de GNL para la terminal regasificadora de Escobar y otros tres cargamentos para la planta de Bahía Blanca que se deberán entregar a partir de mediados de mayo.
Y, el próximo jueves 31 de marzo, vencerá el plazo de negociación de la adenda al contrato con Bolivia. El incremento del precio del gas por la crisis europea llevó al vecino país a endurecer sus condiciones para firmar un acuerdo con su “nación hermana”, Argentina.
El precio del gas, en el centro de la discusión
A pesar de las coincidencias ideológicas entre los gobiernos de los Fernández y del contador Luis Arce apoyado por Evo Morales, negocios son negocios, y el gas boliviano, clave para reducir la importación de otros combustibles más onerosos, ha sido puesto en discusión no sólo por el precio sino, también, por el volumen negociado.
La cúpula de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ofrecería, tan sólo, 10 millones de metros cúbicos diarios durante los meses invernales contra los 26 millones que había acordado el extinto presidente Néstor Kirchner en el año 2006. Más modesta, la administración de Alberto Fernández negocia por, al menos, 15 millones de metros cúbicos diarios a un precio que aún es una incógnita.
Porque, a poco días de dar por cerradas las negociaciones, la empresa boliviana pretende una mejora en el precio que percibe por gas. En la temporada invernal pasada la Argentina pagó u$s7,4 por millón de BTU.
En la reciente Expo Oil Y Gas, Martínez sostuvo que “tenemos los fondos para importar gas en invierno, pero a precios racionales”. Pero, si la Tesorería nacional, termina por convalidar pagos superiores por u$s35 por MBTU durante las licitaciones de los cargamentos de GNL, como afirman que sucederá los analistas de las principales consultoras del área, entonces, los bolivianos querrán un precio más acorde a los tiempos de incertidumbre que se viven en el mundo. Por supuesto, precios mayores.
Los distintos escenarios en torno al gas
Y, aquí se tornan relevantes, los escenarios que son planteados por los funcionarios de la Cancillería que conduce el desavenido tándem Santiago Cafiero-Pablo Anselmo Tettamanti.
Divididos por la puja interna del Frente de Todos, en Casa Rosada aguardan, al menos, coincidencias en el diagnóstico de la situación internacional y la previsión de varios tipos de escenarios para el futuro próximo.
En ese sentido, el asesor consultado prefiere comenzar por el escenario pesimista, de guerra en Europa prolongada, por el que la Argentina terminaría con un déficit comercial cercano a los u$s6.000 millones a pesar que el país volvió a crecer tras cinco meses de caída. En febrero cortó una racha negativa y volvió a crecer: fue por u$s809 millones. Las exportaciones se expandieron 34,9% anual y alcanzaron los u$s6.443 millones. Es el nivel más alto en la historia para el segundo mes del año.
Pero, en un escenario menos apocalíptico, el déficit energético sería menor, a pesar de las presiones bolivianas por obtener mejores precios y al resultado de la subasta de GNL que convalidaría valores superiores a las anteriores compulsas y, para ello, es una condición sine qua non, que las conversaciones de paz entre los gobiernos de Vladimir Putin y Volodímir Zelenski, avancen sostenidamente.
El escenario intermedio de esta crisis, al que se aferran los asesores presidenciales, se fundamenta en ese avance sostenido de las conversaciones de paz pero que se produce de manera lenta y se sustenta en las recientes declaraciones públicas del presidente ucraniano que afirmó “las conversaciones de paz con Rusia son difíciles pero progresan paso a paso”.
Pues bien, la fórmula futbolística popularizada por Carlos Reynaldo Merlo para sacar campeón a Racing en 2001, se encarna en el gobierno nacional, que suele pedir con más frecuencia los reportes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para conocer las predicciones térmicas de los próximos meses.
Al menos, para los meses otoñales, marzo-abril-mayo de 2022, existen altas probabilidades de temperaturas normales o superiores a las normales para esta época del año. Es decir, será un otoño más cálido que lo habitual en casi todo el país. Esta particularidad, podría extenderse hacía el invierno que, probablemente, sea más benigno que el del año 2021.
Por estos motivos, durante los primeros días de abril, el Gobierno nacional tendrá la radiografía exacta del panorama que hallará en materia energética para el invierno que se aproxima y al menos podrá esbozar un plan que evite incertidumbres y análisis catastróficos como se han escuchado de boca de muchos analistas y funcionarios de provincias industriales en las últimas horas.
Todas las fuentes consultadas por iProfesional en Casa Rosada indican que la paz en Ucrania es el factor clave para retornar a los equilibrios iniciales en los mercados antes de la invasión. La dimensión de este factor está dada en el insólito hecho producido hace unos días. Europa, continente líder en la transformación energética, ha vuelto a quemar carbón y a contaminar el ambiente como antes del 2010.
Fuente: Iprofesional