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Mayores valores podrían implicar incremento de la producción y desarrollo económico local.

Los precios de los alimentos cerraron en 2021 con un alza del 28,1% según la FAO. Ese dato se dio a conocer a principios de mes y se explicó en gran medida por el alto valor de los aceites vegetales, que cerraron el año recién terminado en máximos históricos tras apuntar una suba cercana al 66%.

Existen distintas situaciones que generan por estos días volatilidad en los mercados de commodities y las perspectivas son alentadoras en cuanto a que mayores precios podrían impactar en más productividad y exportaciones ya que nuestro país es el primer exportador de aceite de soja a nivel global.

Entre las razones que explican los altos precios de los aceites en el mundo, se deben considerar los stocks finales globales, factores climáticos y también geopolíticos. Jorge Ingaramo, economista y asesor de y de la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR) explicó en diálogo con Ámbito que “el ultimo informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) calculó una caída 9,5 millones de toneladas de soja en el mundo. Al mismo tiempo, se registraron graves inundaciones en Tailandia y Malasia que castigaron la producción de aceite de palma y Canada, que es el principal exportador mundial de aceite de canola, tuvo una muy mala cosecha”.

Los datos son contundentes y constituyen factores alcistas: la producción de aceite de canola del mundo caería 4,5%, las exportaciones 12,7% y la relación entre consumo y stocks globales quedaría en 8,7%, entre las más bajas de la historia.

Todo esto en un momento en el que la demanda de biocombustibles en Europa sigue fuerte y genera una situación de estrechez notable.

Contexto internacional

El pulso político entre Rusia y Estados Unidos por la tensión militar en Ucrania impactó en el valor de los combustibles y por lo tanto en el de las materias primas.

Juan Pablo Gianatiempo, Analista de Mercados la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se refirió a la presión que existe sobre los aceites, que llevó a la colza a su máximo valor desde que comenzó a cotizar. En diálogo con Ámbito destacó que “el alza de los precios de aceite de palma presiona sobre la colza dada la incertidumbre generada, ya que en Malasia se registraron condiciones climáticas adversas y una escasez de mano de obra en las plantaciones por el cierre de fronteras debido al aumento de contagios de coronavirus. Por otra parte, el conflicto entre Rusia y Ucrania también presiona sobre los precios debido a que Ucrania es el tercer exportador de colza a nivel mundial y una escalada del conflicto puede afectar las exportaciones”.

Según el analista, otro factor que también impacta está relacionado con la expectativa de menor producción de soja (y aceite de soja) en nuestra región, por eso es que se registraron en los último días niveles de precios históricamente altos. Solo durante el 1% de los días transcurridos desde 1990 hasta hoy, tuvimos precios de aceite de soja en Chicago superiores a los actuales

Impacto local

En el plano local también hay repercusiones, no sólo por la soja -la próxima campaña queda muy lejana y los productores aún analizan el impacto de la sequía- sino más bien por la molienda de la oleaginosa y una mayor demanda de materia prima por parte de las industrias.

Luis Zubizarreta, Presidente de ACSOJA explicó en diálogo con este medio que “mejores precios de aceite implican mejores valores para la soja y para el productor, sin embargo en cuanto a los biocombustibles, si EE.UU. genera más molienda competirá con nuestra harina de soja y eso nos deja en una situación incómoda, más aún cuanto tampoco podemos exportar biocombustible a ese país por una resolución injusta”.

En el caso del girasol se avizora una muy buena perspectiva de precios de cara a la próxima campaña que comenzará a fines de julio. Vale recordar que según datos recientes de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) el complejo del girasol alcanzó el mayor valor exportado de los últimos nueve años al cerrar 2021 con ingresos por u$s1.400 millones, que podrían incrementarse si se logra llegar a una siembra de 2 millones de hectáreas.

 

Fuente: Ambito