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También conocido como ángulo muerto, es uno de los causantes de siniestros viales.

El punto ciego es el área de visión del entorno a la que el conductor de un auto no tiene acceso, ya sea de manera directa o porque los espejos retrovisores no la reflejan; es decir, lo que la persona que está volante de un vehículo no llega a ver su alrededor, en general hacia sus laterales.

También conocido como ángulo muerto, es un aspecto de la conducción a tener muy en cuenta. Sin una buena visibilidad integral de lo que ocurre alrededor del vehículo es difícil circular de un modo seguro. De hecho, el 90 por ciento de la información que reciben los conductores al volante llega a través de los ojos.

Qué es el punto ciego del auto y cómo minimizarlo para evitar accidentes

Hay una maniobra muy común: un conductor viene por una calle o autopista, chequea el espejo retrovisor y no detecta la presencia de otro vehículo. Entonces comienza a cambiar de carril y de repente escucha el bocinazo del auto que efectivamente venía a su costado, pero el campo visual de su espejo no le llegaba a mostrar. A veces, ambos conductores reaccionan rápido y bien para evitar un siniestro, pero otras terminan en un choque. Y a velocidades elevadas, esto podría poner seriamente en juego la integridad física de todos.

Cómo reducir los puntos ciegos

  1. Acomodar correctamente los espejos retrovisores antes de iniciar la marcha. Para ello, es necesario sentarse, agarrar el volante, adoptar la posición habitual de conducción y colocar los espejos a partir de esta perspectiva. Al conducir un vehículo de gran porte se debe tener en cuenta que cuanto más alto es el vehículo se tiene una menor visión delantera a corta distancia (el conductor pierde aproximadamente 3 metros de visión frente a él). Además, el espejo retrovisor interno no refleja la parte trasera del vehículo y los externos no cubren ampliamente los laterales del mismo.
  2. Antes de realizar una maniobra (giro, cambio de carril, adelantamiento, etc.) se debe disminuir la velocidad de circulación, colocar la luz de giro y mirar por los espejos realizando un pequeño movimiento corporal hacia adelante para ampliar el ángulo de visión. Se recomienda mirar al menos dos veces para corroborar el inicio de la maniobra.
  3. Mientras se circula, además de revisar los espejos retrovisores, utilizar la visión periférica dando vistazos por encima de los hombros cuando sea necesario.
  4. En lo posible, es recomendable usar espejos convexos homologados, pero se debe tener en cuenta que las imágenes que se reflejan en ellos no son reales en tamaño ni cercanía.

En los últimos años se popularizó entre las automotrices la implementación de un sensor de ángulo ciego. Básicamente, lo que hace es enviar una alerta visual al conductor a través de los espejos retrovisores cuando detecta la presencia de un vehículo en el ángulo que no se llega a ver mediante ellos.

 

 

Fuente: TN