El Gobierno se lo comunicó a distribuidores de marcas no radicadas en el país. Deberán conseguir financiación propia en el exterior.
Con la venta de los autos, recibirán dólares o pesos, por parte de los clientes. Si reciben divisas extranjeras – más allá de que la operación quede registrada en pesos – podrán utilizarlas para ir pagando el crédito. En caso de cobrar en moneda nacional, deberán acceder a los distintos mercados cambiarios para hacerse de dólares y saldar la deuda.
Lo que queda claro y es el mensaje que quiere transmitir el Gobierno Nacional es que, a partir de ahora, no se liberarán dólares desde el Central para importar autos. También que la oferta de vehículos estará limitada a las posibilidades que tenga cada importador de conseguir crédito y por el monto que le otorguen. Es decir, la cantidad de unidades estará limitada al financiamiento.
En el mercado se registran distorsiones debido a la falta del vehículos. Esto hace que existan sobreprecios o que se exija el pago en dólares billetes, más allá de que los 0km se vendan en pesos al valor del dólar oficial. La ley de oferta y demanda es la que determina hoy el valor de un auto.
Por otro lado, este mecanismo insumirá un mayor costo de importación que terminará pagando el consumidor.
Esta medida afecta a los distribuidores de marcas importadas sin fábricas en la Argentina. En tanto, las terminales radicadas en el país seguirán importando bajo el sistema actual que entrega divisas en la medida en que exporten.
Las autoridades de la asociación que agrupa a las fábricas locales (ADEFA) se reunieron hoy con el presidente Alberto Fernández para hacer un balance del 2021 para el sector, una industria considerada clave para la economía. En ese sentido, se destacó que se espera para el 2022 un aumento de alrededor del 30% en la producción y las exportaciones de vehículos.
Fuente: Ambito