Aseguró que el avance de la electrificación sube un 50 por ciento los costos de producción.
El CEO de Stellantis (es el nuevo grupo automotor que dirige a Fiat, Jeep, Peugeot y Citroën, entre otras marcas), Carlos Tavares, advirtió que el avance de los autos eléctricos es una potencial amenaza para cientos de miles de puestos de trabajo en la industria y para la calidad de producción de las unidades, ya que los fabricantes enfrentan costos más altos.
En una entrevista concedida a Reuters, Tavares aseguró que los gobiernos y los inversores quieren que la transición de los autos a combustión a los eléctricos se acelere, pero está “más allá de los límites” de las automotrices en términos de costos.
Hoy por hoy, producir autos eléctricos es muy caro. Se espera que los costos disminuyan a partir del aumento en la producción de baterías, pero recién para la segunda mitad de esta década. Y aún así no llegarían a ponerse a la par de los vehículos de combustión interna.
“Lo que se ha decidido es imponer a la industria automotriz una electrificación que trae un 50 por ciento de costos adicionales frente a un vehículo convencional”, dijo. Y aseguró que “no hay forma de poder transferir eso al consumidor final porque la mayor parte de la clase media no lo podría pagar”.
Tavares explicó que los fabricantes tienen dos caminos: vender menos autos a un precio más elevado o vender la misma cantidad de unidades y aceptar un margen de ganancia más bajo. El problema es que los dos conducen a recortes.
Apurar la transición “simplemente será contraproducente”, pronosticó el CEO de Stellantis, al mismo tiempo que se refirió a posibles “problemas de calidad”.
En muchas partes del mundo ya se fijó una fecha para el fin de la producción de autos con motor a combustión. En general, en los países y ciudades más desarrollados de Europa y América del Norte la transición definitiva se llevará a cabo entre 2030 y 2040. En la Argentina, el Gobierno lo propuso para 2041.
La opinión del CEO de Toyota
Este año, el director ejecutivo de Toyota, Akio Toyoda, alertó que millones de empleos en las automotrices podrían estar en riesgo si el gobierno japonés sigue adelante con su ambicioso impulso hacia la neutralidad de carbono.
Mientras Japón se propuso eliminar por completo las emisiones de gases contaminantes en los autos para 2050, Toyoda explicó que el cambio radical hacia los vehículos eléctricos podría paralizar la actividad industrial de la compañía.
“Japón es un país que depende de las exportaciones”, dijo Toyoda. “Por lo tanto, la neutralidad de carbono equivale a una cuestión de empleo. Los políticos están diciendo que tenemos que convertir todos los autos en vehículos eléctricos y que la industria es anticuada, pero no creo que este sea el caso. Para proteger los trabajos y las vidas de los japoneses, es necesario alinear nuestro futuro con los esfuerzos que hicimos hasta aquí”, agregó.
“Esto significa que se perdería la producción de más de ocho millones de unidades y la industria automotriz podría correr el riesgo de perder la mayoría de los 5,5 millones de puestos de trabajo”, argumentó Toyoda. “Si dicen que los motores de combustión interna son el enemigo, no podríamos producir casi ningún vehículo”, declaró.
Fuente: TN