Actualmente, la máxima en algunas autopistas de la Argentina es de 130 km/h.
En su Plan Global de la Década de Acción por la Seguridad Vial 2021-2030, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) propone reducir el límite de velocidad máxima en las autopistas de todo el mundo a 100 km/h a fin de reducir un 50 por ciento la cantidad de muertos y lesionados en siniestros viales.
El nuevo plan de la ONU fue elaborado junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y está orientado al compromiso de los países, a quienes pide un esfuerzo para invertir en mejoras de infraestructura.
Por año en el mundo mueren alrededor de 1,3 millones de personas, atendiendo a los datos de la última década. El número se mantuvo relativamente estable durante los pasados veinte años, lo que preocupa a los especialistas en seguridad vial.
El proyecto contempla una serie de propuestas relativas a la movilidad, pero lo central es la reducción de los límites de velocidad máximos:
- Bajarlo a 30 kilómetros por hora en vías urbanas
- Bajarlo a 80 kilómetros por hora en vías convencionales
- Bajarlo a 100 kilómetros por hora en autovías y autopistas
Seguridad Vial pidió bajar a 30 km/h el límite urbano en Argentina
A tono con lo que propone la ONU, la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) recomendó a los gobiernos locales que bajen a 30 kilómetros por hora la velocidad máxima en las calles de las ciudades y los pueblos. El objetivo es reducir la cantidad de siniestros viales y, a su vez, proteger la vida de la ciudadanía.
Según la ANSV, la velocidad a 30 kilómetros por hora “reduce sustancialmente” la distancia de frenado de los vehículos ante una situación de emergencia. Eso, en base a la experiencia de otros países (dice la entidad), incide en la caída de la siniestralidad. En Bogotá, por ejemplo, limitar algunas calles a 30 km/h ocasionó un descenso del 32 por ciento en la mortalidad relacionada a los accidentes de tránsito.
Los estudios de los organismos de seguridad sostienen que una persona atropellada a 30 kilómetros por hora tiene un riesgo de morir “de apenas el 10 por ciento”. “Dicho de otro modo, de cada diez personas atropelladas a 30 km/h, sobrevivirán nueve”, asegura la ANSV. A medida que aumenta la velocidad, la chances de sobrevida de un peatón “se reducen exponencialmente”.
“Reducir la velocidad máxima permitida en calles a 30 km/h puede salvar vidas y mejorar la convivencia segura entre peatones, bicicletas, motocicletas, vehículos de cuatro ruedas, así como con los nuevos vehículos que surgen en las ciudades en respuesta a la movilidad urbana”, aseguran desde la ANSV.