Afirman que los principales productores de petróleo, gas y carbón sostienen un doble discurso en cuanto al cumplimiento medioambiental.
Y esa diferencia entre lo que debería producirse y lo que se producirá en realidad aumentará de aquí a 2040, advirtieron los autores del informe, cuya primera edición salió en 2019.
La peor situación es la del carbón: los planes y proyecciones de los 15 países analizados prevén que la producción de ese combustible aumentará un 240% de aquí a 2030.
La producción petrolífera aumentará un 57% y la de gas un 71%.
“Llegó el momento de que los países alineen sus planes del sector energético con sus ambiciones climáticas”, advirtió Niklas Hagelberg, coordinador del subprograma de cambio climático del Pnuma.
Entre los 15 países examinados se hallan Brasil y México, dos naciones que no se han comprometido a reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030, uno de los compromisos clave de la COP26.
El plan energético brasileño, por ejemplo, de aquí a 2050, aprobado el año pasado, demuestra que el Gobierno “prevé atraer inversiones y aumentar la producción de petróleo y gas” para convertir al gigante sudamericano en uno de los cinco principales productores mundiales, dijo el informe.
Desde el inicio de la pandemia de Covid-19, los países de G20 se han gastado más de 300.000 millones de dólares en el sector de los combustibles fósiles, reveló el informe.
La propia Agencia Internacional de la Energía (AIE) reconoció en su último informe que la presión para consumir fuentes de energía baratas y abundantes no decrecerá en las próximas décadas, a pesar de los escenarios catastrofistas que alertan los expertos del clima, de cara a 2050.
“La energía moderna es inseparable del modo de vida y las aspiraciones de una población mundial que crecerá en unos 2.000 millones de personas de aquí a 2050”, advirtió este mes la AIE.
Fuente: Ambito