Los problemas para las industrias, por las restricciones a las importaciones, son cada vez mayores. Al caso conocido de la autopartista FATE, se suma ahora el del sector de las motos.
“La situación es muy delicada. Las empresas a los que sus proveedores del exterior no les acepten otra forma de pago, están muy complicadas. La restricción se anunció, en principio, hasta fin de octubre. Si no se levanta, después de esa fecha, las fábricas van a tener que parar la producción por falta de insumos” dijo el empresario.
El problema no afecta a todas las empresas por igual. El escenario más delicado lo enfrentan las marcas que no son filiales de compañìas del exterior, ya que no tienen posibilidades de negociar otras formas de pagos.
En la carta, enviada al Ministerio de Desarrollo Productivo y al Banco Central, plantean la necesidad de que se instrumenten otras alternativas que permitan realizar pagos anticipados de importaciones.
Ante esta restricción, la producción se mantendrá hasta que cada fabricante agote el stock de piezas.
En el país hay 13 compañías que ensamblan motos con 90% de piezas importadas.
Este conflicto tendrá impacto en un sector que venía en alza, tanto es así que 2021 puede llegar a ser el año en que, por primera vez, se vendan más motos que autos en la Argentina, tal como adelantó Ámbito
Hasta septiembre, el mercado de las cuatro ruedas venía ganando la pulseada, aunque con realidades distintas. Mientras que en las motos el volumen de operaciones crece mes a mes, alentado por los planes de financiación de hasta 30 meses, los 0 km están estancados, lo que hace suponer un final muy peleado.
Las proyecciones que hacen las distintos sectores preanuncian un desenlace con leve ventaja para los motovehículos.
Las terminales agrupadas en ADEFA estiman que 2021 cerrará en unas 370.000 unidades. Podría ser más, pero dependerá del abastecimiento de 0 km importados, algo que está cada vez más restringido por la falta de dólares.
En tanto, en CAFAM y las concesionarias tienen una estimación de entre 380.000 y 390.000. En este segmento, los motovehículos montados en el país ofrecen una mejor disponibilidad de oferta y el peso de los importados es menor. El problema es que, ahora, ese escenario puede cambiar tras la advertencia de los fabricantes de motos.
Más allá de quién gane la pulseada, el sólo hecho de esta situación tan pareja ya muestra una imagen inédita. En los últimos años, la diferencia a favor de las ventas de autos en relación a las motos era muy marcada.
Por ejemplo, en 2019 -el último año “normal”, antes de la pandemia- las operaciones de uno y otro segmento fueron de 461.853 contra 327.414. En años anteriores, casi siempre la brecha estuvo por arriba del 30%. Los datos de septiembre último reflejan el cambio de tendencia. En autos, se patentaron 31.681 unidades, un 0,5% menos que en agosto anterior y 9,5% por debajo de septiembre del 2020
En cambio, en motos, las ventas fueron de 39.519 unidades. Esto representa un 10% más que en agosto y 36,8% más que un año atrás.
En el acumulado anual, el ritmo de operaciones de motos está creciendo un 45%, contra los primeros nueve meses de 2020, mientras que los autos suben un 23%.
Otro dato que confirma la nueva realidad es que, en 2021, las ventas de autos todavía van a estar por debajo del 2019, pero las de motos superarán el mercado de ese año.
Sin duda, el abastecimiento de productos es determinante. Los vendedores de autos aseguran que el mercado podría ser entre 10% y 15% mayor si hubiera 0 km disponibles. Al contrario, hay demoras de entrega y sobreprecios por la conjunción de una oferta restringida y una demanda alimentada por la brecha cambiaria.
Pero la situación económica es un factor clave. Los precios de los autos quedaron descolocados en relación a los salarios y los costos de mantenimiento subieron por el mismo ascensor. Los autos más económicos ronda $1.500.000.
En tanto, las motos más accesibles parten de $95.000, mientras que las del segmento más importante, las urbanas de 150cc, arrancan desde $145.000.
Fuente: Ambito