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La obra clave para el avance de la producción de gas de Vaca Muerta no cuenta aún con el respaldo financiero para poder ser licitada. Desde un sector del gobierno se dio por hecho su construccición. Los detalles de la red de ductos y ampliaciones que se planifican.

Hay un punto en común dentro del gobierno nacional: que es clave la construcción de un nuevo sistema de gasoductos que vinculen a Vaca Muerta con los grandes centros de consumo, un paquete de obras que se sintetiza bajo el nombre de la línea más grande, el gasoducto Néstor Kirchner. Sin embargo, parece claro que no hubo consenso en cómo anunciar la obra, ya que mientras desde un sector del gobierno se salió hoy a dar por hecho su construcción, desde otros ámbitos del mismo gobierno se advirtió que “no podemos licitarla porque no tenemos los fondos”.

Como detalló anteriormente Energía On, el conjunto de obras que se resumen en el nuevo gasoducto a Vaca Muerta cuentan este año con un aporte en la ampliación presupuestaria de unos 183 millones de dólares, y otros 487 millones de dólares en el proyecto de presupuesto para el año que viene. Pero claramente ese cúmulo de fondos es insuficiente para la construcción de un plan que en su primera etapa demanda de 1491 millones de dólares.

Pese a esto, hoy tanto el subsecretario de Energía Eléctrica de la Nación, Federico Basualdo; el interventor del Ente Nacional Regulador del Gas, Federico Bernal, el titular de la exEnarsa hoy Ieasa, Agustín Gerez, e incluso el presidente de YPF, Pablo González, destacaron las ventajas de realizar esta obra que dieron por hecho que comenzará a ejecutarse, aunque sin mencionar un plazo.

Desde el mismo gobierno, se advirtió que pese al optimismo de los funcionarios, “no podemos licitar nada sin tener el financiamiento y el financiamiento no está definido aún”.

Entre las alternativas que se manejan se encuentra, casi como en un ranking de prioridades, la emisión de títulos con garantía del Estado por el dinero que resta para completar el presupuesto, es decir por unos 800 millones de dólares. La idea del gobierno es que parte de esos títulos sean tomados por Ieasa -previa modificación de sus facultades- y otra parte por inversores privados entre los que se mira con cariño a las mismas empresas hidrocarburíferas.

El segundo plan es generar una serie de modificaciones normativas para que los fondos del Impuesto a la Riqueza que se direccionó a Ieasa e YPF pueda ser utilizado para la obra, ya que de momento solo puede ser utilizado para proyectos de producción de gas.

Sin dejar de lado la posibilidad de que el gobierno de China decida financiar las obras, el tercer plan contempla un sistema en el que se genera una suerte de financiamiento por la carga que tendrán las distribuidoras, y por la cual el gobierno terminaría subsidiando un porcentaje de ese costo. Aunque esta alternativa se vista como poco viable ya que dependería de la actualización de las tarifas y por un plazo mayor a los 10 años.

Qué contempla la obra

La primera etapa del plan integral que el gobierno bautizó como Transport.Ar incluye al gasoducto Néstor Kirchner, un nuevo ducto con capacidad para transportar 19 millones de metros cúbicos que partiría desde el corazón de Vaca Muerta, en Tratayén, hasta la localidad bonaerense de Salliqueló. Esta línea tiene un costo estimado de 965 millones de dólares, pero requiere de otras obras para que ese nuevo gas pueda llegar a los puntos de consumo.

Entre esas obras complementarias se encuentran el ramal que una Mercedes con Cardales que requiere una inversión de 135 millones de dólares, también la ampliación del actual gasoducto central Neuba por medio de un loop y una nueva planta por 85 millones de dólares. En tanto que también se estima que son necesarios los tramos finales de dos líneas en la provincias de Buenos Aires por otros 75 millones de dólares, líneas que tendrían la función de llevar el fluido a un conjunto de centrales térmicas.

Por último, desde el gobierno se consideró clave sumar la repotenciación del gasoducto troncal Centro Oeste hacia La Mora, una línea desde la que se espera poder sumar exportaciones hacia Chile junto con el aprovisionamiento del mercado interno. Haciendo de esta forma que se llegue al total de 1491 millones de dólares estimados.

Los tiempos apremian pues con un plazo de obra de 18 meses, los días están contados para poder usar la línea en el invierno del 2023, sin embargo como reza el dicho no hay que poner el carro delante de los bueyes.

 

 

Fuente: Rio negro