El mes cerraría en torno de los u$s2.000 millones, lo que representa una caída de alrededor del 30% respecto de agosto pasado. Para octubre y noviembre se esperan montos aún menores.
En la misma línea, desde la Fundación Mediterránea adelantan que, según sus proyecciones, el 80% de las exportaciones totales de granos y principales derivados industriales del año, estimada en u$s37.300 millones, se habrían completado al cabo de agosto, quedando sólo un 20% para lo que resta del año.
Lo que viene
En tanto, el dato clave a tener en cuenta es que el recorte estacional en las exportaciones agroindustriales implica perder en los próximos meses entre el 15% y 20% de las exportaciones totales, que pasarían a ubicarse más cerca de los u$s6.000 millones que de los u$s7.000 millones. “Una cifra que deja muy a tiro a las importaciones (u$s5.800 millones) y que por tanto implica perder el importante superávit comercial que se había logrado acumular gracias a precios internacionales extraordinarios de commodities y una finalmente buena campaña agrícola”, adelantan desde la Fundación Mediterránea.
En paralelo, un salvavidas clave para la economía puede llegar a partir de diciembre con el ingreso de los dólares de la cosecha de trigo. Es que el cereal se encamina a alcanzar una producción récord por lo que podría aportar entre fines de 2021 y comienzos de 2022 entre u$s3.500 y u$s4.500 millones, pero para eso falta mucho.
Por lo pronto, según indican en el sector, las expectativas de una posible devaluación del tipo de cambio oficial que se suma además a los cimbronazos políticos y económicos post elecciones PASO desalienta una posible mayor liquidación de divisas que está íntimamente atada a las ventas de granos por parte de los productores agropecuarios. En este marco las proyecciones indican que restan por vender maíz y soja por un total de poco más de u$s12.000 millones.
Fuente: Ambito