La petrolera dio a conocer las cifras del último balance. Allí se desprende que el EBITDA ajustado fue de u$s1.084 millones, un 41% superior respecto del trimestre anterior, y u$s100 millones más que en el mismo período pre-pandemia.
Respecto al desglose de la producción, detallaron que la producción no convencional proveniente del yacimiento Vaca Muerta tuvo un crecimiento del 22% mientras que la producción de gas no convencional en áreas operadas por la compañía mostró un impactante crecimiento del 48%. Esto permitió a la empresa “superar ampliamente los ambiciosos objetivos de abastecimiento contraídos en el marco del Plan Gas”.
Asimismo, manifestaron una reducción en el endeudamiento debido a los buenos resultados financieros. A raíz del aumento del flujo de caja libre en u$s311 millones, la compañía alcanzó un acumulado de u$s595 millones “permitiéndonos continuar reduciendo nuestra deuda neta consolidada en u$s253 millones adicionales secuencialmente a u$s6.499 millones”. De esta manera, la disminución total fue de u$s577 millones en la primera mitad del año.
“La combinación de una menor deuda neta consolidada y un mejor EBITDA Ajustado de los últimos 12 meses móviles llevó a una recuperación significativa en nuestro ratio de apalancamiento neto (deuda neta sobre EBITDA Ajustado de los últimos doce meses) a 2,7x desde 4,9x en el 1T21, nuevamente en línea con los covenants de deuda”, explicaron.
La petrolera presidida por Pablo González, ratificó su compromiso de inversión por u$s2.700 millones para este año y reafirmaron sus proyecciones de crecimiento de su producción del 5% en petróleo y del 9% en gas en el segundo semestre comparado con el mismo período del año pasado.
Fuente: Ambito