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El Gobierno tomó nota de que la transición hacia las energías limpias no es una proyección, es una realidad concreta que la pandemia acelerará. Con este diagnóstico, las distintas áreas trabajan en programas para posicionar a la Argentina como un país que no solo cuenta con los recursos naturales, sino con un esquema capaz de integrar a los distintos eslabones productivos.

Fuentes oficiales, adelantaron a Ámbito que en el segundo semestre del año saldrá una convocatoria desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología destinada a impulsar el desarrollo del hidrógeno y del litio. Además, habrá acompañamiento para la energía solar, eólica y biomasa como complementos. El monto que el Estado desembolsará es en principio de $700 millones, pero podría escalar hasta los $800 millones.

Desde la cartera que conduce Roberto Salvarezza detallaron que se trata de proyectos de gran envergadura. Se espera entonces que en promedio insuman desembolsos de alrededor de $50 millones. Por lo que las estimaciones previas arrojan como resultado que en esta primera etapa se podrán financiar entre 15 y 30 iniciativas.

“El foco es avanzar en el conocimiento y desarrollo de ciencia y tecnología en materiales, procesos, diseño de nuevos equipos y prototipos de instalaciones productivas. El objetivo es ampliar las oportunidades para que nuevas empresas de base tecnológicas, pymes innovadoras y grandes empresas, en alianza con instituciones, participen de las cadenas de valor de estos nuevos segmentos industriales”, explicó Fernando Peirano, presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación.

El plan se dará en paralelo al envío de un proyecto de ley para atraer inversiones en la movilidad sustentable. La iniciativa que llegará al Congreso en los próximos días tendrá beneficios impositivos para fabricantes y consumidores de vehículos eléctricos. También incluirá un capítulo de impulso a la producción de baterías de litio.

En Desarrollo Productivo piensan que en los próximos años se definirá hacia dónde irán las inversiones necesarias para fabricar estos vehículos. “Si no empezamos a desarrollar nuestra industria para este proceso, en diez años necesitaremos los dólares para importar los autos eléctricos. Y no los vamos a tener”, remarcó un importante funcionario del área.

Los sindicatos y las empresas están alineadas en la idea de acelerar la transición. Existe entre la convicción de que se puede desarrollar un entramado nacional que incluya a terminales y autopartistas. Según lo que pudo relevar Ámbito, el diagnóstico optimista surge en parte de que Brasil, que es el principal competidor para atraer inversiones, atraviesa presiones del sector de la alconafta que demorarán la convergencia.

Otro de los datos alentadores es que Argentina cuenta con una de las mayores reservas del mineral. Las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca comparten con Bolivia y Chile el triángulo del litio que es observado por las multinacionales como una importante fuente de insumos.

Fuente: Ambito