Los empresarios piden renegociar los contratos adjudicados que no pudieron mantenerse debido al daño causado por las consecuencias de la pandemia.
Actualmente, la Argentina ocupa el segundo lugar en Sudamérica, luego de Brasil, como generador de energía eólica, con más de 2.000 MW de potencia instalada proveniente del viento, volumen que se proyecta duplicar para el próximo año. En el sector se han invertido, aproximadamente, unos u$s1.600 millones para el desarrollo de parques en todo el país.
Con presencia en Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén, La Pampa, Buenos Aires, Córdoba y La Rioja, la energía eólica genera actualmente alrededor de 4,7 GWh anuales, lo que equivale al consumo de más de 1.5 millones de hogares, y evita así la emanación de más de 2,3 millones de toneladas de CO2 por año.
A partir de esas cifras se asegura que el recurso eólico dejó de ser solamente una fuente de energía renovable que permite generar electricidad con un bajo impacto ambiental, sino que se ha convertido en una fuente de generación alternativa y complementaria a las ya existentes, que permitirán lograr el autoabastecimiento energético nacional y cumplir con las metas de reducción de emisiones comprometidas por el país.
Sin embargo, desde el sector se sostiene que encuentran ante desafíos y oportunidades para apuntalar su desarrollo con alto impacto en la economía y los objetivos de sustentabilidad, en medio de una tendencia global de transición energética.
Se asegura también que el “inédito” crecimiento de la generación eléctrica evidenciado a partir de proyectos eólicos demuestra que se trata de uno de los principales drivers para la inversión y el crecimiento del país si se tiene en cuenta que en los últimos cinco años se destinaron más de u$s4.300 millones para el desarrollo de nuevos parques que aportan una generación anual de 10.200 GWh, equivalentes al consumo de más de 1,6 millones de hogares y una reducción de más de 2,5 millones de toneladas de CO2 por año.
Sin embargo, desde esta industria se enviaron varios mensajes al gobierno nacional para debatir con las autoridades temas que traban el crecimiento de la energía eólica en la actualidad.
En esa agenda, se destacan pedidos sobre financiamiento, seguridad jurídica, competitividad, cadena de valor y la transformación de una matriz energética hoy dominada por los combustibles fósiles.
Agenda nacional
Con estos objetivos, hace unos días la Cámara Eólica Argentina (CEA) llevó a cabo el primer CEA Wind Energy Summit, del cual participaron los principales actores del sector privado y los gestores de políticas públicas del ámbito nacional y provincial.
Durante la jornada se hizo un paralelismo con el contexto “auspicioso” que generan las decisiones de los gobiernos en todo el mundo en favor de una transformación energética para contener y revertir el cambio climático y la “inestable” coyuntura local que afecta la situación del sector y sus perspectivas de corto y mediano plazo.
El evento también estuvo orientado a la transición energética, a la mirada de las empresas sobre la actualidad de la industria eólica en Argentina y en la región, y al aporte que las energías renovables hacen a la lucha contra el cambio climático.
Entre los participantes se destacaron la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras; el presidente de la CEA, René Vaca Guzmán, y su gerente General, Hector Ruiz Moreno, entre otros.
En el caso de ambos ejecutivos, quienes estuvieron a cargo del comienzo y del cierre del encuentro, destacaron en sus discursos la importancia de la previsibilidad y la seguridad jurídica para la sostenibilidad y el desarrollo del sector.
“Necesitamos resolver en forma concluyente qué es lo que va a pasar con los proyectos que por diversas razones hoy no tienen posibilidades de seguir adelante, ya que tienen comprometidas líneas de transmisión y eso bloquea el crecimiento del sistema” sostuvo Ruiz Moreno, mientras que el presidente de CEA expresó que “el Gobierno deberá establecer las penalizaciones correspondientes en cada caso por no haberse cumplido con los contratos”.
Para Vaca Guzmán, el principal obstáculo o dilema central que sufre la industria es cómo activar los proyectos paralizados antes de la pandemia, para lo cual reclama al Gobierno más seguridad jurídica y confianza herramientas para poder lograrlo.
El titular de la CEA recordó un documento que la entidad empresaria le envió a la Secretaría de Energía de la Nación y que contiene una serie de propuestas para reflotar las iniciativas y la capacidad de transporte del sector.
“Entre las empresas que se adjudicaron los proyectos hay que diferenciar entre las que pusieron capital propio y financiamiento para movilizar los parques y las que no lo hicieron. A las primeras, que asumieron el riesgo empresario, el Gobierno debería buscar renegociar los contratos para retomar los proyectos. A las otras, que no hicieron nada, les pedimos que devuelvan las concesiones, liberen capacidad de transporte y a las autoridades que les apliquen las multas correspondientes por no haber cumplido con los acuerdos”, reclamó.
En este sentido, también mencionó el plan de la CEA para promover los intereses conjuntos del sector de energía eólica, influir en la creación de iniciativas y políticas a favor del mantenimiento y desarrollo de un sector que creció notablemente en los últimos años a partir del Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía destinada a la Producción de Energía Eléctrica.
Más infraestructura
En el documento enviado al Gobierno, la cámara se comprometió a que se logre para el 2025 una contribución de al menos un 20% del consumo nacional en energía provenientes de fuentes renovables.
Pero también se hace referencia a necesidad de o asumir compromisos que aseguren el desarrollo del sector, como inversiones en infraestructura que permita ampliar por ejemplo la capacidad de las redes de transporte del Sistema Argentino de Interconexión (SADI). También, mantener un marco normativo estable a lo largo del tiempo que permita seguir incrementando el volumen de inversiones.
“De esta manera, el mercado estará preparado para enfrentar los desafíos de demanda energética que vendrán de la mano de los nuevos hábitos y tecnologías, y reducir la dependencia de las fuentes convencionales, complementándolas, y a su vez, permitiendo la generación de divisas mediante la exportación tanto de petróleo como de gas”, sostuvo Vaca Guzmán.
En esa línea, avanzó el panel de transición energética junto a Gustavo Castagnino, director de Asuntos Corporativos de Genneia y miembro de la comisión directiva de la CEA; Paulo Farina y Sergio Drucaroff, investigadores asociados en Desarrollo Económico de CIPPEC – Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento.
Los participantes expusieron los datos más relevantes del estudio elaborado por CIPPEC, con el apoyo de otras organizaciones, sobre los escenarios para ampliar y diversificar la matriz energética con vistas al 2050 y su vinculación directa con el desarrollo productivo.
En ese sentido, Castagnino destacó que “hay una demanda creciente de energías renovables por parte de las empresas ya que el mundo se encamina a un esquema de impuestos al carbono que hará cada vez más complejo el ingreso a los mercados más desarrollados”.
Para el ejecutivo de Genneia, la matriz energética de las empresas está cambiando, siguiendo la tendencia que se está dando a nivel mundial, convirtiéndose en el driver más importante para el crecimiento del sector. De hecho, su empresa, que es considerada actualmente como la principal generadora de energías renovables de Argentina, acaba de concluir un plan de inversiones por más de u4s1.100 millones que incluye 15 proyectos renovables.
Por su parte, Farina estimó que para lograr una industria de escala, “la Argentina necesita incorporar entre 500 y 1.000 MW de oferta todos los años”.
El investigador del CIPPEC también valorizó el potencial que tiene la Patagonia respecto al factor de capacidad de los vientos que están “entre los mejores del mundo”. Asimismo, Drucaroff manifestó que el sector energético tiene “un gran impacto en muchas cadenas de valor”, haciendo foco principalmente en la generación de empleo.
“Con dos vectores tan importantes como el gas de Vaca Muerta y el sector eólico, tenemos grandes oportunidades para movilizar la creación de empleo local y apuntar a la exportación de servicios” afirmó.
En el caso de la gobernadora de Río Negro, abordó el tema energético en su provincia y los desafíos que representa la transición del desarrollo de las energías renovables.
“La perspectiva sobre las energías alternativas se vinculan a la diversificación energética necesaria a la producción de gas y petrolero pero que va planteando ciertos problemas en el escenario internacional por la emisión de CO2″, sostuvo Carreras, quien está al frente de una provincia que se ubica quinta en el ranking de producción de gas y petróleo de país.
“Río Negro tiene en el recurso eólico una gran oportunidad de desarrollo, con experiencias y mediciones en el proyecto de Cerro Policía que datan del año 2000, lo que ratifican que hay una trayectoria que le da confiabilidad a los proyectos”, advirtió, a la vez que admitió que la generación eólica para el escenario nacional y la inyección de electricidad al sistema requieren un “claro acompañamiento del Estado, porque el valor de la energía tiene que ser subsidiado en virtud de la envergadura de la inversión en parques eólicos, y para esto estamos buscando distintas estrategias”.
Fuente: Economia sustentable