Los grandes usuarios eléctricos apelan a los contratos entre privados ya sea para cubrir su consumo obligatorio, cambiar su matriz, o reducir su huella de carbono.
El desarrollo de las energías renovables en la Argentina tiene indicado su futuro inmediato en el denominado Mercado a Término de las Energías Renovables (Mater), y el Gobierno nacional ya anticipó que incentivará ese modelo de contratos entre privados ante la decisión de no continuar con el esquema de incentivo que significaron las rondas del Programa Renovar.
En la actualidad son más de 330 las grandes empresas que operan en el país que tienen contratos en el Mater con alguno de los 20 agentes registrados en Cammesa, entre los que se encuentran principales generadores como Genneia, AES, Central Puerto, YPF Luz, Aluar, PCR o Pampa Energía que son responsables, en particular, de los más mayores proyectos eólicos en operación.
Para este esquema, Cammesa diferencia, de acuerdo a su nivel de demanda, entre Grandes Usuarios Mayores (GUMA), Grandes Usuarios Menores (GUME) y Grandes Usuarios Particulares (GUPA) con un requerimiento de potencia mayor a 300 kW. Estos tienen la opción por defecto de quedarse en compra conjunta, es decir la que se realiza a través de Cammesa o salir de ese esquema y gestionarse su propia energía renovable mediante un contrato con un generador privado de renovables o con autogeneración.
Estos contratos son pactados libremente entre las partes en cuanto a la duración que puede extenderse de 1 a 20 años, el módulo a contratar, el precio y a la condición de regularidad que quieran, e incorpora la garantía de la prioridad de despacho del generador. En conjunto este mercado le da variedad, dinamismo y flexibilidad a este tipo de operación, a diferencia del Renovar que son contratos iguales bajo un mismo modelo. Tal es así que se observa que hay muchos agentes con más de un contrato vigente con distintos generadores.
De esta manera, hay identificados 2150 grandes usuarios de los cuales 330 ya tienen más de 1.400 contratos vigentes para la compra de electricidad a partir de fuentes renovables. Se trata de compañías tan disímiles como Nestlé, Banco Santander, Direct Tv, Coca Cola, QuickFood, Arcoir, Laboratorios Temis Lostaló, Cervecería Quilmes, Biogénesis Bagó, Loma Negra, Scania, Crown, Petroquímica Cuyo, Atanor, Toyota, Aysa, Poffertil, entre otras.
Casi la totalidad de las compañías que ingresaron al Mater ya cubrieron con sus contratos más allá de lo requerido por la legislación del 12% a 2020, pero de acuerdo a su demanda y a los contratos alcanzados hay empresa que se abastecen desde al 20% hasta el 100% de su requerimiento. En su mayoría se trata de contratos promedio a 5 años.
Todas tienen en común la compra de energías eléctrica para poder cumplir con la Ley 27.191 que creó el régimen de fomento de Fuentes Renovables que estableció que los GU deberán contribuir con el cubrimiento de energía de este tipo de fuentes de su consumo eléctrico propio. Los parámetros vigentes de la legislación son del 12% del total al 2021 para elevarse al 16% en el actual bienio 2021-2022.
Gustavo Castagnino, director de Asuntos Públicos de Genneia y miembro de la comisión directiva de la Cámara Argentina de Energía Eólica (CEA), explicó que “se advierte un interés creciente de las compañías por varias razones. Primero porque hay una demanda de los consumidores de los distintos mercados -sobre todo en los más desarrollados- respecto a qué huella de carbono, cuánta y que tipo de energía usó el producto que encuentran en la góndola de supermercado”.
Y a partir de esa demanda, es que “las empresas de todos los rubros están mirando la generación de renovables para hacer ese cambio de la matriz energética. Es así como el segmento corporativo está generando un cambio enorme a nivel mundial, es el gran driver del cambio no sólo por los consumidores, sino también por los reguladores y los que financian las inversiones”, aseguró Castagnino al destacar que hoy existen grandes fondos de inversión dedicados a empresas carbono neutrales que van a proyectos renovables o que dejan de financiar a ciertas compañías por no cumplir estos parámetros o estándares.
En el país, es la Resolución 281 de 2017 la que regula los contratos del Mercado a Término y la autogeneración de energía eléctrica de fuente renovable –es decir la que pueden proveerse las propias compañías-, y administra las prioridades de despacho en función de las capacidades existentes de la red eléctrica para evitar la congestión de proyectos.
Es precisamente este último punto, junto a las dificultades de financiamiento, uno de los principales puntos que ponen incertidumbre al desarrollo del sector por la falta de disponibilidad de nueva capacidad en la red de transporte del sistema eléctrico nacional.
El tema de la disponibilidad de transporte fue uno de los puntos centrales que la Cámara Eólica analizó esta semana con el subsecretario de Energía Eléctrica Federico Basualdo, a quien las empresas le plantearon alternativas para definir la situación de una veintena de proyectos no concretados licitados en las distintas rondas del Renovar.
Y en este sentido, fuentes del Gobierno nacional admitieron que “este es un tema que preocupa ya que impide el desarrollo de nuevos proyectos que, sin dudas, hoy son necesarios debido a la creciente demanda de los clientes corporativos”.
“El Mercado a Término (MATER) es un mercado que el Estado Nacional quiere incentivar, para lo cual ya se están tomando medidas”, aseguraron los voceros de la Secretaría de Energía, en implícita referencia al plan de desarrollo de infraestructura en tendido eléctrico que se espera vea la luz en no mucho tiempo y que si bien no estará destinado exclusivamente a las necesidades de las renovables será de alivio para todo el sector para permitir la inclusión de nuevos proyectos.
De acuerdo a cifras de Cammesa a enero el Mater representaba el 25%, incluida la autogeneración, del total de la oferta de los renovables surgida de las distintas rondas del Renovar. Un número importante si se tiene en cuenta que en ese programa de incentivo del Estado hay un repago asegurado con contratos con Cammesa a 20 años en dólares y doble sistema de garantías, mientras que el Mater ofrece otro riesgo al desarrollador ya que el tomador es un privado gran usuario industrial sujeto a las condiciones de mercado.
Fuente: Lm neuquen